La Esfinge y el Espejo I.pdf - Editores Alambique
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Divino Señor de todas <strong>el</strong>las, tú que laboras para <strong>el</strong>las,<br />
señor de todas las tierras para quienes alumbras, <strong>el</strong><br />
Disco Atén d<strong>el</strong> día, grande en majestad!<br />
Todas las tierras extranjeras también, tú creaste<br />
su vida. Tú has puesto un Nilo en los ci<strong>el</strong>os para que<br />
fluya para <strong>el</strong>las, y has hecho fuentes de agua como <strong>el</strong><br />
mar en las montañas para que irriguen los campos de<br />
sus aldeas. ¡Cuán exc<strong>el</strong>entes son tus planes, oh Señor<br />
de la Eternidad!—un Nilo en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o es tu regalo a los<br />
extranjeros y a las bestias de sus tierras; pero <strong>el</strong><br />
verdadero Nilo fluye bajo la tierra para Egipto.<br />
Tus rayos nutren cada campo y cuando tú<br />
alumbras viven y crecen para ti. Tú haces las<br />
estaciones para sustentar todo lo que has hecho, <strong>el</strong><br />
invierno para enfriar y <strong>el</strong> verano para calentar, para<br />
que todos puedan saborear tus cualidades. Tú has<br />
hecho <strong>el</strong> firmamento alejado para poder ver desde ahí<br />
todo lo que hiciste cuando estabas solo, apareces en tu<br />
aspecto como Atén Viviente, levantándote y brillando<br />
hacia d<strong>el</strong>ante. A partir de ti mismo has hecho millones<br />
de formas, ciudades y poblados, campos, caminos, <strong>el</strong> río.<br />
Todos los ojos te contemplan d<strong>el</strong>ante de <strong>el</strong>los, pues tú<br />
eres <strong>el</strong> Atén d<strong>el</strong> tiempo d<strong>el</strong> día, sobre todo lo que has<br />
creado.<br />
Estás en mi corazón, pero no hay ningún otro que<br />
te conozca, salvo tu hijo Akhenaten, a quien has hecho<br />
sabio en cuanto a tus planes y en cuanto a tu poder. 138<br />
Aunque sin duda los antiguos egipcios tenían<br />
ideas que podríamos considerar de naturaleza ética,<br />
eran diferentes de las ideas éticas que se desarrollaron<br />
138 Aldred, Cyril, op. cit., págs. 131-133. <strong>La</strong> versión de la<br />
traducción al inglés es mía.<br />
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