La Esfinge y el Espejo I.pdf - Editores Alambique
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ey, y por tanto <strong>el</strong> hombre habría de contentarse con la<br />
fama que compra la gesta heroica o la vida justa.<br />
En lugar de una noción última de “bien” y de<br />
“mal”, de una distinción esencialmente ética más allá<br />
y más acá de las costumbres y las leyes de los<br />
hombres, los egipcios tenían la noción de ma’at.<br />
Personificada, esta noción es la diosa Ma’at,<br />
funcionalmente es los conceptos de verdad (como se la<br />
traduce usualmente), orden y equilibrio cósmico. Este<br />
equilibrio o armonía divina era reflejo directo de la<br />
estabilidad d<strong>el</strong> estado, de hecho en <strong>el</strong> Reinado<br />
Antiguo <strong>el</strong> pueblo egipcio tenía la obligación de<br />
sostener y defender ma’at mediante obediencia al<br />
faraón. Por eso las acciones incorrectas no eran<br />
realmente fallas éticas (es decir, incumplimientos de<br />
principios asumidos como universales), sino<br />
incumplimientos puntuales, fallas en las prácticas d<strong>el</strong><br />
culto r<strong>el</strong>igioso, infracciones de naturaleza comercial<br />
(por ejemplo cobrar de más a sabiendas) y<br />
contravenciones sociales (por ejemplo acusar<br />
falsamente a un sirviente ante su amo). <strong>La</strong>s angustias<br />
existenciales de la ÉPICA DE GILGAMESH, las reflexiones<br />
sobre la piedad y la compasión, la especulación sobre<br />
misterios divinos inescrutables o ajenos a las<br />
sociedades de los hombres, no son temas usuales en la<br />
literatura r<strong>el</strong>igiosa de los antiguos egipcios.<br />
Tanto Egipto antiguo como la antigua Mesopotamia<br />
han dejado su impronta en la manera de ser y<br />
la visión de mundo de Occidente, pero de maneras<br />
muy diferentes. De un lado un pragmatismo prepotente,<br />
un materialismo vigoroso, una confianza<br />
ciega en las propias capacidades surgidas de la energía<br />
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