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el antiguo testamento, manual para el alumno

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de que <strong>el</strong> Señor demande adoración y devoción exclusivas<br />

suena un tanto egoísta. Pero se debe tener<br />

presente lo siguiente: Primero, como Señor y Creador<br />

de todo <strong>el</strong> universo con todo <strong>el</strong> poder, conocimiento<br />

y gloria, Dios no necesita la adoración d<strong>el</strong><br />

hombre <strong>para</strong> engrandecerse. De manera que su c<strong>el</strong>o<br />

no es por proteger su propio estado.<br />

Lo segundo a tener en cuenta es que <strong>el</strong> Señor enseñó<br />

a Moisés que la obra de El es "llevar a cabo la<br />

inmortalidad y la vida eterna d<strong>el</strong> hombre" (Moisés<br />

1:39). Cada vez que sus hijos dan más importancia a<br />

algo que la que dan a Dios, sea lo que fuere, en ese<br />

momento comienzan a desviar la obra de El y sus<br />

própositos. El es la única fuente de poder y conocimiento<br />

suficientes <strong>para</strong> otorgar la salvación, y <strong>el</strong> poner<br />

algo por encima de El disminuye la capacidad<br />

d<strong>el</strong> hombre de participar de ese poder y conocimiento<br />

<strong>para</strong> salvación propia. Por eso es que, ante todo, El<br />

dice a sus hijos: "No tendrás dioses ajenos d<strong>el</strong>ante de<br />

mí" (Exodo 20:3).<br />

Un reconocido estudioso de la Biblia lo dice en esta<br />

forma: "Este mandamiento prohibe toda clase de<br />

idolatría mental y todo apego desmedido a las cosas<br />

terrenales, que estimulan los sentidos . .. Dios es la<br />

fuente de f<strong>el</strong>icidad y toda criatura int<strong>el</strong>igente puede ser<br />

f<strong>el</strong>iz solamente mediante El. .. El primer mandamiento<br />

que nos ha dado tiene <strong>el</strong> propósito de evitarle<br />

aflicción al hombre y de darle f<strong>el</strong>icidad, apartándolo<br />

de toda dependencia falsa y llevándolo a Dios mismo,<br />

la fuente de todo bien." (Clarke, Bible Commentary,<br />

1:402-3.)<br />

(11-4) Exodo 20:4-6. "No te harás imagen . .. "<br />

En <strong>el</strong> prefacio de Doctrina y Convenios <strong>el</strong> Señor<br />

dijo que una de las características d<strong>el</strong> mundo moderno<br />

era: "Todo hombre anda por su propio camino,<br />

y en pos de la imagen de su propio Dios, cuya imagen<br />

es a semejanza d<strong>el</strong> mundo y cuya substancia es la<br />

de un ídolo" (D. y C. 1:16). En cuanto a la idolatría,<br />

<strong>el</strong> élder Spencer W. Kimball dijo:<br />

"Sin embargo, la idolatría que más nos preocupa<br />

es la adoración consciente a otros dioses. Algunos son<br />

de metal, terciop<strong>el</strong>o, cromo, de madera, de piedra y<br />

de ricas t<strong>el</strong>as. No son hechos a imagen de Dios o d<strong>el</strong><br />

hombre, sino que se <strong>el</strong>aboran <strong>para</strong> proporcionar al<br />

hombre comodidad y d<strong>el</strong>eite, <strong>para</strong> satisfacer sus caprichos,<br />

ambiciones, pasiones y deseos. Algunos<br />

carecen de forma física alguna, pues son intangibles.<br />

" . .. los ídolos modernos o dioses falsos pueden<br />

asumir formas tales como ropa, casas, negocios, máquinas,<br />

automóviles, botes de recreo y otras numerosas<br />

atracciones materiales que nos desvían d<strong>el</strong> camino<br />

hacia la santidad. ¿Qué importa que <strong>el</strong> objeto<br />

en sí no tenga la forma de un ídolo? Brigham Young<br />

dijo: 'Igual sería <strong>para</strong> mí ver a un hombre adorar a<br />

un dios pequeño hecho de latón o de madera, que<br />

verlo adorar sus bienes'. (Journal of Discourses, 6:196.)<br />

"Las cosas intangibles constituyen dioses igualmente<br />

prestos. Los títulos, grados y letras pueden convertise<br />

en ídolos. Muchos jóvenes determinan matricularse<br />

en la universidad cuando primero deberían<br />

cumplir una misión. El título, y <strong>el</strong> dinero y la comodidad<br />

que por estos medios se obtienen parecen ser<br />

tan deseables, que la misión queda en segundo lugar.<br />

Algunos desatienden <strong>el</strong> servicio que deben prestar a<br />

la Iglesia durante los años de sus estudios universitarios,<br />

optando por dar preferencia a la instrucción seglar<br />

y despreciando los convenios espirituales que<br />

han concertado.<br />

"Hay muchas personas que primero construyen y<br />

amueblan una casa, y compran su automóvil, y entonces<br />

descubren que 'no les alcanza' <strong>para</strong> pagar<br />

sus diezmos. ¿A quién están adorando? Ciertamente<br />

no es al Señor de los ci<strong>el</strong>os y de la tierra, pues servimos<br />

a quien amamos y damos nuestra primera consideración<br />

al objeto de nuestro afecto y deseos. Las<br />

parejas jóvenes que no quieren hijos sino hasta que<br />

hayan recibido sus títulos quizás se sentirían ofendidas<br />

si se tildara de idolatría a su preferencia expresada.<br />

Sus pretextos les proporcionan títulos a costa<br />

de los hijos. ¿Será una permuta justificable? ¿A quién<br />

aman y adoran, a sí mismos o a Dios? Otras parejas,<br />

comprendiendo que la vida no tiene como objeto<br />

principal las comodidades, <strong>el</strong> desahogo y los lujos,<br />

completan su educación mientras siguen ad<strong>el</strong>ante llevando<br />

una vida completa, teniendo hijos y prestando<br />

servicio a la Iglesia y a la comunidad.<br />

"Muchos adoran la cacería, la pesca, las vacaciones,<br />

los días de campo y paseos de fin de semana.<br />

Otros tienen como ídolos a las actividades deportivas,<br />

<strong>el</strong> béisbol, <strong>el</strong> fútbol, las corridas de toros o <strong>el</strong><br />

golf. Estas actividades, en la mayoría de los casos,<br />

interrumpen la adoración d<strong>el</strong> Señor y <strong>el</strong> prestar servicio<br />

<strong>para</strong> la edificación d<strong>el</strong> reino de Dios. La afición<br />

hacia estas cosas no parecerá cosa grave a los participantes;<br />

sin embargo, indica dónde <strong>el</strong>los están depositando<br />

su fid<strong>el</strong>idad y su lealtad.<br />

"Otra imagen que los hombres adoran es la d<strong>el</strong><br />

poder y <strong>el</strong> prestigio. Muchos hu<strong>el</strong>lan con los pies los<br />

valores espirituales, y con frecuencia los valores éticos,<br />

en su ascenso al éxito. Estos dioses de poder, riqueza<br />

y prestigio son sumamente exigentes, y son<br />

tan reales y verdaderos como los becerros de oro de<br />

los hijos de Isra<strong>el</strong> en <strong>el</strong> desierto." (El milagro d<strong>el</strong> perdón,<br />

págs. 38-40.)<br />

(11-5) Exodo 20:5. Si los c<strong>el</strong>os son un rasgo negativo,<br />

¿cómo es que Dios es un Dios c<strong>el</strong>oso?<br />

La raíz hebrea kanah significa "ardor, c<strong>el</strong>o, c<strong>el</strong>os"<br />

(Gesenius, Hebrew and English Lexicon of the Old Testament,<br />

pág. 888). Por lo tanto, la implicación es que<br />

<strong>el</strong> Señor posee "sentimientos profundos y firmes"<br />

con r<strong>el</strong>ación a la idolatría (Exodo 20:5). La razón parece<br />

clara: El único poder <strong>para</strong> salvar de los lazos<br />

d<strong>el</strong> pecado a la humanidad está en Dios. Toda adoración<br />

falsa, por lo tanto, se interpone entre <strong>el</strong> pecador<br />

y ese poder. Como Dios ama a sus hijos y desea<br />

solamente su mayor bienestar eterno, es c<strong>el</strong>oso; es<br />

decir, tiene sentimientos profundos con r<strong>el</strong>ación a<br />

cualquier inclinación a la adoración falsa que aquéllos<br />

puedan tener.<br />

(11-6) Exodo 20:5-6. ¿Castiga <strong>el</strong> Señor a los hijos por<br />

la maldad de sus padres?<br />

En varios pasajes <strong>el</strong> Señor indica que visitará "la<br />

iniquidad de los padres sobre los hijos . .. hasta la<br />

tercera y cuarta generación" (Exodo 34:6-7; Números<br />

14:8), lo que se ha interpretado de la siguiente ma-

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