el antiguo testamento, manual para el alumno
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diera fruto maduro. Esto demostró que Aarón no solamente<br />
era apto <strong>para</strong> su llamamiento, sino que ministraba<br />
en su oficio en pleno poder d<strong>el</strong> Espíritu y dio<br />
<strong>el</strong> fruto que de él se esperaba. La vara de almendro<br />
era especialmente adaptada <strong>para</strong> esto, pues <strong>el</strong> almendro<br />
florece y da fruto más rápido que todos los demás<br />
árboles y ha recibido su nombre d<strong>el</strong> vocablo<br />
. .. 'apresurar' debido a esta cualidad (confrontar<br />
con Jeremías 1:11-12)." (Keil y D<strong>el</strong>itzsch, Commentary,<br />
1:3--114.)<br />
(18-11) Números 18. Los Sacerdocios Levítico y<br />
Aarónico<br />
Aquí se hace una distinción entre los dos órdenes<br />
d<strong>el</strong> Sacerdocio Aarónico. Aunque los vocablos Aarónico<br />
y Levítico a veces se usan como sinómimos (véase<br />
D. y C. 107:1, 6, 10), ambos órdenes eran diferentes<br />
en sus deberes. El sacerdocio menor fue dado a los de<br />
la tribu de Leví (Números 18:2), a la cual pertenecían<br />
Aarón y sus hijos. Los levitas efectuaban las tareas<br />
domésticas d<strong>el</strong> tabernáculo, como ser llenar y<br />
encender las lám<strong>para</strong>s, transportar <strong>el</strong> arca d<strong>el</strong> testimonio,<br />
armar y desarmar <strong>el</strong> tabernáculo, etc. Los sacerdotes,<br />
que eran <strong>el</strong>egidos solamente entre los hijos<br />
de Aarón, tenían como responsabilidad ofrecer los<br />
sacrificios, quemar <strong>el</strong> incienso, instruir al pueblo<br />
acerca de la ley, etc. Presidiendo sobre todos los sacerdotes,<br />
o sea, los hijos de Aarón, había un primogénito.<br />
Servía como sumo sacerdote, o presidente de<br />
los sacerdotes (véase Números 3:5-10; 18:1-7; 1 Crónicas<br />
23:27-32).<br />
Los s<strong>el</strong>eccionados <strong>para</strong> ministrar en los oficios de<br />
sacerdote y levita debían sostenerse con los diezmos<br />
y ofrendas hechos por los hijos de Isra<strong>el</strong> (véase<br />
Números 18:21, 24) . Así <strong>el</strong> Señor le dijo a Aarón:<br />
"De aceite, de mosto y de trigo, todo lo más escogido,<br />
las primicias de <strong>el</strong>lo, que presentarán a Jehová,<br />
<strong>para</strong> ti las he dado". (vers. 12). Estos productos,<br />
como todo lo demás en Isra<strong>el</strong>, tenían que ser<br />
diezmados (véase verso 26).<br />
Además, los levitas tenían que tener un lugar<br />
donde vivir ya que no recibieron tierra como las demás<br />
tribus porque su herencia fue <strong>el</strong> sacerdocio<br />
(véase verso 20). A fin de esparcirlos entre las tribus y<br />
proporcionar hogares <strong>para</strong> <strong>el</strong>los, Moisés mandó que<br />
cuarenta y ocho "ciudades levitas" fueran establecidas<br />
<strong>para</strong> quienes atendían las necesidades espirituales<br />
de Isra<strong>el</strong> (véase Números 35:1-8). Se estableció esta<br />
herencia levítica cuando la tierra de Canaán fue<br />
conquistada bajo <strong>el</strong> mando de Josué (véase Josué 21).<br />
(18-12) Números 19. Leyes de purificación<br />
Antiguamente <strong>el</strong> isra<strong>el</strong>ita que había estado en la<br />
presencia de un muerto era considerado inmundo<br />
(véase encabezamiento 15-3). Este capítulo de Números<br />
describe la forma en que esa persona se purificaba.<br />
Primero, mataban una vaca alazana, la quemaban<br />
y apartaban las cenizas. Luego se ponían las<br />
cenizas en agua pura y esta mezcla se esparcía sobre<br />
los que se hubieran contaminado. Esta agua era conocida<br />
como "agua de purificación" (vers. 9). No valerse<br />
d<strong>el</strong> poder purificador en esta forma daba por<br />
resultado que la persona fuese "cortada de entre la<br />
congregación" (vers. 20), esto es, excomulgada.<br />
Hay un gran simbolismo en esta ordenanza ya que<br />
una persona que se profana a sí misma con <strong>el</strong> pecado<br />
sufre una muerte espiritual debido a lo cual es<br />
"cortada de la presencia de Dios", porque pierde la<br />
compañía d<strong>el</strong> Espíritu Santo. Puede recuperarse de<br />
esa muerte espiritual por la fe en <strong>el</strong> sacrificio de Jesucristo,<br />
arrepentimiento por los pecados, bautismo<br />
por inmersión, la recepción d<strong>el</strong> Espíritu Santo y la<br />
obediencia a los mandamientos de Dios. Los que después<br />
de todo esto cometen ciertos pecados graves y<br />
rehusan arrepentirse también son "cortados de entre<br />
la congregación", es decir, son excomulgados<br />
(véase versículo 20) .<br />
(18-13) Números 20:2-13. ¿Por qué no se permitió a<br />
Moisés entrar en la Tierra Santa?<br />
La reb<strong>el</strong>ión no era desconocida entre los hijos de Isra<strong>el</strong><br />
durante su permanencia en <strong>el</strong> desierto. La reb<strong>el</strong>ión<br />
descrita en estos versículos, sin embargo, fue<br />
especialmente grave porque aparentemente hizo<br />
que Moisés, <strong>el</strong> profeta de Dios, momentáneamente olvidara<br />
lo que <strong>el</strong> Señor le había mandado hacer. El<br />
Señor le había dicho que proveyese de agua al pueblo<br />
que murmuraba, pero que lo hiciera en una forma<br />
especial. Señalando cierta roca, <strong>el</strong> Señor le dijo a Moisés:<br />
"Hablad a la peña a vista de <strong>el</strong>los [de Isra<strong>el</strong>]; y<br />
<strong>el</strong>la dará su agua" (vers. 8) . Pero Moisés estaba cansado<br />
y enojado con Isra<strong>el</strong>. "¡Oíd ahora, reb<strong>el</strong>des!"<br />
dijo, "¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?"<br />
(vers. 10; cursiva agregada). Luego, en lugar de ha··<br />
blar a la roca como Dios ordenó, Moisés "golpeó la<br />
peña con su vara dos veces" y salió agua abundante<br />
(vei"s. 11). El Señor entonces reprendió a Moisés<br />
y Aarón por no haberlo santificado ante <strong>el</strong> pueblo<br />
y les dijo que ninguno de <strong>el</strong>los tendría permiso de<br />
introducir a Isra<strong>el</strong> en la tierra prometida (véase<br />
verso 12). No solamente habían desobedecido las instrucciones<br />
d<strong>el</strong> Señor sino que por <strong>el</strong> uso d<strong>el</strong> verbo<br />
en la primera persona d<strong>el</strong> plural dieron a entender<br />
que <strong>el</strong>los fueron los que proporcionaron <strong>el</strong> agua.<br />
Este incidente, tomado junto con otros pasajes, crea<br />
cierto número de interrogantes. ¿Pecó realmente<br />
Moisés contra <strong>el</strong> Señor? ¿Fue ésa la razón por la que<br />
Moisés no tuvo permiso de entrar en la tierra prometida?<br />
¿Se adjudicó realmente la gloria a sí mismo, o<br />
solamente estaba enojado por la falta de fe demostrada<br />
por los hijos de Isra<strong>el</strong>? ¿Fue este único error suficiente<br />
como <strong>para</strong> borrar años de gran fe, obediencia<br />
y devoción?<br />
Por lo menos otros dos pasajes d<strong>el</strong> Antiguo Testamento<br />
indican que Moisés pecó al golpear la roca<br />
en Meriba (véase Números 27:12-14; Deuteronomio<br />
32:51-52). Otros pasajes, sin embargo, nos aclaran<br />
<strong>el</strong> asunto. Deuteronomio 3:26 y 4:21 muestra que <strong>el</strong><br />
Señor dijo a Moisés que la razón por la que no pudo<br />
entrar en la tierra prometida fue que El (<strong>el</strong> Señor)<br />
estaba enojado con Moisés por causa de los hijos de<br />
Isra<strong>el</strong>. Esta declaración podría implicar que había<br />
otras razones, aparte d<strong>el</strong> error de Moisés, <strong>para</strong> justificar<br />
la prohibición y otros dos acontecimientos respaldan<br />
esta suposición. Primero, Moisés y <strong>el</strong> sacerdocio<br />
mayor fueron quitados de Isra<strong>el</strong> por causa de la<br />
indignidad d<strong>el</strong> pueblo, no de Moisés (véase D. y C.<br />
84:23--25). Segundo, Moisés fue trasladado cuando fi-