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Él le sujetó el antebrazo y le mordió los labios.<br />
—¡Ay!<br />
A veces. Como esa noche.<br />
—Probemos algo diferente. Algo asombroso.<br />
Miró a Sophie y ella le devolvió la mirada. Su boca sabía a pájaros.<br />
—Te sugiero subir al coche y fotografiarnos sobre las rocas —dijo ella<br />
cambiando de postura.<br />
—¿Adonde fuimos la semana pasada?<br />
—Me sentaré sobre tu regazo y te desabrocharé el cinturón. Descansaré sobre<br />
los pliegues de tu piel.<br />
Oulipo.<br />
ventana.<br />
El amor es tan raro... Sophie ladeó la cabeza y puso la boca en el hombro de<br />
—Podría ser divertido.<br />
—Está bien, vayamos —dijo él.<br />
A ella le temblaban las manos.<br />
—Joder, tienes que estar tomándome el pelo.<br />
De pronto había cambiado totalmente el panorama. La lluvia golpeaba la<br />
—Podría ser increíble.<br />
—Estará muy oscuro.<br />
A Sophie se le llenaron los ojos de una nueva luz.<br />
—Oh, mierda. ¿Estaremos bien?<br />
Le cogió la mano.<br />
—Te quiero.<br />
Ella sonrió.<br />
—Coge la cámara.<br />
Estaban en lo alto de la colina.<br />
—Entrégame a la chica. Siempre he querido poseerte.<br />
Sophie se arrojó a él. Se arrodilló. Le desabrochó el cinturón. Un chorro. Tenía<br />
las manos tan pequeñas... Hummm... El lugar estaba oscuro. Oulipo golpeó el coche<br />
con el muslo. A su alrededor todo estaba borroso. Se apartaron del coche. Al lado<br />
había un escalón abstracto.<br />
—Ja, ja, ja —se rieron.<br />
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