Jotter [PDF 494 K]

Sophie volvió con un vaso de whisky y se lo dio a William. Oulipo los miró.
Sophie abrió el bolso, sacó una caja de cerillas y la puso sobre la mesa. Sonrió y dijo:
—No he encontrado un taxi.
—Mejor —dijo Oulipo.
William les ofreció un cigarrillo.
—Sí, claro.
Oulipo no esperaba esa respuesta de Sophie, pero había bebido mucho, no
estaba acostumbrada.
—Nos sobra sitio en la cama.
Oulipo no se creía lo que estaba escuchando. Sophie caminando por la cuerda
floja, nunca se la había imaginado de esa manera, ahora era un cuerpo coqueteando.
Tenía la cabeza alta y sonreía. Se la imaginó en la cama.
camarera.
—¿Quieres otra copa?
—Si bebo más creo que tendré una experiencia mística.
—Llevas un vestido bonito, te queda bien.
—Lo sé, pero gracias.
Oulipo cogió a Sophie de la mano:
—Es mejor que nos vayamos.
La camarera parecía cansada.
—Creo que deberíamos irnos —repitió Oulipo.
—Mira, creo que no quiere irse —dijo William mientras pagaba otra copa a la
—Puto yuppie. Lárgate.
—Sí, ya te gustaría.
Era muy tarde, o quizás demasiado temprano. Oulipo tiró de Sophie hacia la
calle. William los siguió, Oulipo se preguntó quién coño era y de qué lo conocía. Solía
olvidarse de la gente y estaba acostumbrado a tener altercados en bares, pero no con
Sophie.
—¿Qué problema tienes?
Oulipo pensó en irse, simplemente, pero William se estaba poniendo duro.
Pensó que si lo ignoraba los dejaría en paz. Sophie suspiró y dijo pausadamente:
—¿Te apetece un poco de sadomasoquismo, William?
¿Lo qué estaba pasando era real? Oulipo volvió a tirar de Sophie hacia la calle,
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