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Jotter [PDF 494 K]

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—Tienes que ir a buscar a las niñas.<br />

Oulipo estaba diseñando objetos que bañaba en agua bendita. No se trataba de<br />

imitar, quería entrar en contacto con espíritus del pasado. Sus hijas lo recibieron<br />

felices, como pequeñas figuritas de un retrato clásico, como un rayo de imaginación<br />

mágica.<br />

Sophie estaba en un seminario de literatura comparada, caminaba con unas<br />

sandalias doradas que Oulipo veía en sueños cada noche. Tenía talento. Tenía éxito.<br />

Le picaba la cabeza. Una persona le había dicho que su trabajo causaría sensación en<br />

el futuro. Una persona que lo había llamado por teléfono, y se escuchaba débil, como<br />

si su voz saliera de una película infantil.<br />

—¿Cómo quieres renacer? Concéntrate. Escúchame bien.<br />

Al colgar el teléfono, creó un personaje abstracto basado en la carta de tarot<br />

del emperador. Estaba totalmente ensimismado, creando con todo su ser, hablando a<br />

través de sus manos. Pensó que sus ideas nacían en telarañas que se abrían en su<br />

cerebro sin los límites del tiempo y el espacio. No podía existir una fuerza mayor que<br />

esa. Empezó a llorar como un niño y trabajó con esa sensación infinita.<br />

¿Quién era él para decir nada? Se sentía disperso, roto, pero sin límites<br />

emocionales. Trató de hacer un dibujo de una gárgola del siglo XXI, andrógina. Tenía<br />

que ir más lejos, hacia el oeste, sin moral, siendo crítico, aceleradamente. Sentía<br />

rabia, y rencor, y frustración, estaba superando los límites racionales.<br />

Para todos los depósitos de una lápida. Augusto sobre todo. Oulipo se levantó<br />

de la tumba en siete segundos. Augusto parecía terriblemente elegante en la<br />

fotografía, sin embargo, el texto era chapucero, estaba borroso y parecía que le faltaba<br />

un fragmento. Había insectos. Insectos aburridos. Oulipo lavó la lápida con jabón.<br />

Nada más despertar, al día siguiente, Matilde murió atropellada por un tren.<br />

Sophie se puso en pie:<br />

—Estoy a tu disposición. A ver qué podemos hacer.<br />

—Todavía no sé si era inteligente o estaba loca.<br />

Guadaña.<br />

Matilde no quería ser enterrada en la hierba, no quería ni oír hablar de eso.<br />

Oulipo y Sophie eran sus niños. Los quería, sí.<br />

—¿Has leído la carta? —preguntó Sophie.<br />

—No.<br />

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