You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
gimnasia y le preguntó si Sophie le daba miedo.<br />
—Una vez tuve un novio que se llamaba Tartemo, yo solía imaginarme casada<br />
con él, que me cuidaba, que me adoraba, pero no era amor. Me fui a Colombia y lo<br />
perdí todo.<br />
Pasaron la noche hablando. Su abuela le dijo que Augusto estaba dejando las<br />
drogas, que estaba viviendo en México con unos nazis amigos de su padre.<br />
cada hora.<br />
—Sí, lo está dejando, lleva dos semanas, pero dice que se bebe una cerveza<br />
—Cuando lo vi tenía las piernas despellejadas y llenas de heridas, le latía el<br />
corazón deprisa. Era algo irreal, tenía aspecto de yonqui. Tenía la ropa empapada en<br />
sudor.<br />
—La droga lo chupa todo.<br />
—En México...<br />
—Ciudad de México. Su mujer tiene allí una tienda de ultramarinos. Janice.<br />
¿Mujer? Oulipo no se lo tragó. Entró en el lavabo de un bar y una enfermera<br />
borracha le dijo que la llevase de vuelta a su celda. Oulipo le puso una moneda en la<br />
mano y le secó el sudor de la cara con un pañuelo. Empezó a hacerle preguntas y<br />
recordó una carta de Sophie. ¿Estaba loco? Así estaban las cosas. Escuchó el sonido<br />
de sus propios pasos cruzando el bar. Era un día precioso.<br />
38