ontem e hoje - Repositório Aberto da Universidade do Porto

iDónde reside entonces e1 problema de1 federalismo, susceptible según sus críticos
de invocar 10s fantasmas de1 tribalismo?
Quizás e1 problema no resida en lugar alguno, sino que tenga que ver con e1
auditorio que reciba dicho mensaje. Cuando éste resuena en Ia arena política
"nacional", con sus instituciones y asambleas, no deja de ser una opción más, negociable,
apreciada o denostada por Ias diferentes facciones, pero comprensible y, en
principio, legítima23. Ahora bien, Ia doctrina federalista que se podría escuchar en Ia
Asamblea Nacional, también se dejaría oír ante otras audiencias. Y Ia repulsa a sus
hipotéticos efectos se centra precisamente en la reacción que pueda provocar entre
esas audiencias. Simplificando, da Ia impresión como si 10s efectos de1 racismo entre
10s merina se juzgaran a priori menos desestructurantes que 10s efectos de1 racismo
côtier, en sus distintas variedades. Se trata de saber cómo se puede reapropiar (y
traducir) e1 discurso federalista esa "mayoría silenciosa" a Ia que tanto aluden 10s
medios de comunicación en vísperas de todo proceso electoral, esa población rural,
más omnipresente y supuestamente "más rural" fiiera de Imerina, aunque también
podríamos considerar "mudas" a 10s desheredados urbanos, incluyendo a grandes
contingentes mninty.
Si jcomo parece obligado! se descarta Ia argumentación biologista para explicar
Ias sombrías expectativas depositadas sobre estas audiencias provincianas, hay que
ir a parar a su historia y ésta es muy aleccionadora. No hay que engaíiarse: Ia asimila-
ción de mensajes universalistas se ve extraordinariamente facilitada por una encultu-
ración, o aculturación, occidentalizadores, ya que Occidente pone e1 código y en buena
medida e1 contenido de 10s supuestos universales. La occidentalización precolonial
merina durante e1 siglo XIX no tiene comparación en Ia isla, con Ia excepción más
bien forzada de 10s betsileo, vecinos sureiios de 10s merina en las Tierras Altas (no en
vano entre 10s dos continúan sumando Ia mayoría de 10s cristianos y una gran parte
de 10s alfabetizados de Ia isla). De ahí e1 miedo a que un mensaje como e1 federal, aun
emitido por elementos occidentalizados, se viese fatalmente traducido en claves que
pudieran reavivar formas de solidaridades tradicionales jerarquizadas, condenadas
por e1 colonialismo y sus secuelas. Esas solidaridades yrescindirían de1 bien comúna
escala isleiia y no asumirían Ia defensa de 10s derechos y libertades universales.
La inquietud parece injustificada ya que Ia "mayoría silenciosa" acude a votar
en una proporción apreciable y 10 suele hacer sin estridencias revolucionarias,
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cii otro lugar. F.iicuilcluier c,is~, h&) que matiiar IA i>iagiitod ~i~l?nci~,~n g?~\~ral m\.v ionlrolxl~,
COii nlgunai ?*cepcioncs, sobre railu en 13 rcgión dc Ansiriiri:iii;i sxiidida por Ias i~iafias dcil \.;iinilli L.
inçkumentalizada -cuanda no pmducida directamente- por facciones locales con grandes intereses e1 10s
sucesivos regímenes ratsirakktas (Ratsiraka, presidente 1975-1992.1997-2001).