ontem e hoje - Repositório Aberto da Universidade do Porto

o menor grado todos ellos son representantes locales -locales, unos por nacimiento y
enculturación, otros por vocación y contrato- de un ideal de civilización universal.
Ahora bien, unos y otros han tratado de casar e1 universalismo con la conservación
de una identidad malgache distinta; dicho de otro modo, han querido armonizar una
perspectiva "negacionista" con una "revaloracionista". Este esfuerzo ha provocado
revaloraciones selectivas, contradicciones y confusiones reveladoras.
Sin duda, Ia primera estrategia antirracista consiste en un ataque furibundo a1
pilar central de1 etnonacionalisino merina, Ia ecuación raza-lengua-cultura. Por encirna
de todo se recalca la naturaleza compuesta de Ias poblaciones malgaches y, en menor
medida, Ia complejidad histórica de1 doblamiento dela isla. Con e110 se reconoce en
particular la presencia africana en e1 patrimonio genético de la isla -y de todas sus
poblaciones, incluyendo a 10s merina y sus ehonacionalista-, pero se hace de un
modo general, sin apenas intentar cuantificarla o distinguiria de otros aportes.lg E1
"enigma más bello de1 mundo" (como algún investigador arrebatado ha calificado a1
nffnire de1 origen de 10s malgaches) se soluciona con poco más que repetir ese lema
tan en boga de "todos somos mestizos". Volveré sobre Ia cuestión de1 mestizaje, pero
baste sefialar que e1 miedo a que Ia ruptura de Ia ecuación a nivel de la isla se repro-
duzca en escalas fragmentarias -sakalava, mahafale, antandroy o merina- Ileva a evitar
cualquier análisis que pretenda descomponer esa heterogeneidad en "bloques"
estudiables en símismos. Con tal fim, y conun pmrito antibiologista clásico, se opone
la diversidad física a Ia unidad cultural.
La inmensamayoría de 10s universalizantes que atacanelracismoenla isla parten
de Ia idea de que Ia cultura malgache, en tanto que constmcto histórico, es funda-
mentalmente unitaria, aunque cristalice en distintos momentos en variantes locales,
que, de todas formas, se solapan y son siempre reversibles. Algo parecido ocurriría
con la lengua: pese a que algunos autores sefialan que las diferencias entre Ias variantes
dialectales de1 malgache son de1 rango de Ias existentes entre las lenguas romances,
suelen insistir en que su confinamiento insular, provoca un continuo trasvase de
influencias que convierte a1 malgache en una unidad linguística dinámica. Semejante
enfoque podría desembocar en una peligrosa convergencia práctica con la posición
de 10s etnonacionalistas merina (y numerosos "proto-etnonacionalistas" antes que
ellos), quemantienen Ia unidad cultural enla isla desde hace casi dosmilaííos. Póngase
por caso, durante Ias transiciones democráticas, numerosos observadores han
apostado por un potencial malgache que coincidiría a grandes rasgos con Ia visión
"Unos pacos eshrdios,entre 10s afios40 y 60, tratarondedemostrar e1 dominio asiático (nuçmtariano,
para 10s etnonacionalistas) de1 genama de Ias poblaciones islefiaç, pero 10 hicieron tan poco
convincentemente como anteriormente 10 había hecho e1 análisis fenotípico de algunos de 10s investigadoieç
coloniales (como e1 propio Alhed Grandidier, padre de la "academia" en Madagascar y que, entre obs,
había registrado actitudes con visos racistas en e1 período precolonial).