ontem e hoje - Repositório Aberto da Universidade do Porto

Desde Ia intensificación de1 contacto con Occidente (especialmente desde e1 siglo
XIX), las diferentes comunidades malgaches han adoptado distintas estrategias a1
respecto. Aunque nunca homogéneas ni exclusivas (entre otras cosas para facilitar
alternativas más o menos ocasionales), se pueden distinguir tendencias dominantes
entre Ias distintas einias: En alg~inas (tan diferentes como 10s sakalava, 10s tandroy o
10s tafiala), se detecta un distanciamiento sistemático respecto a1 estado. Ese
distanciamiento es parcialmente forzado, debido a que Ias élites de Antananarivo y
sus limitados socios en provincias han tendido a acaparar e1 espacio estatal desde 10s
tiempos de Ia colonia (en continuidad con su expansionismo decimonónico, en 10
político y en 10 económico); no se trata de una disputa menor, ya que, en e1 modelo
desarrollista postcolonial, se otorga a1 estado e1 rol de motor privilegiado en Ia
producción de riqueza (internacionalmente homologable) y en la renovación de1 tejido
social. No obstante, e1 distanciamiento de1 estado (que se convierte en subsidiario en
las dinámicas sociales de dichas comunidades) también entrafia una opción utilitaria
ante 10 limitado de1 "pastel desarrollista": Ia mentira acerca de1 potencial malgachemerina
es que pueda generalizar fácilmente entre las poblaciones de la isla e1 bienestar
de Ias sociedades de~arrolladas~~. Ante semejante fiasco cotidiano (Ia oferta y las
decepciones son permanentes) no es raro que se deje la puerta abierta a otros
potenciales, que acaban siendo 10s más actualiados por la mayor parte de la población.
Pese a las reiteradas y evidentes adaptaciones que presentan, dichos potenciales
proyectan estrategias de longiie diirée que podríamos calificar de no maximizadoras
(a diferencia de1 modelo de progreso occidental); esta continuidad y sn fuerte referencia
endógena permite denominarias "hadicionales".
La complejidad desvelada a partir de1 acercamiento a Ia polémica sobre e1 racismo
en Madagascar afecta, e ilumina, uno de 10s puntos de1 debate, Ia responsabilidad de
la antigua metrópoli. Más allá de 10s múltiples traumas humanos y de laarticulación
perversa en e1 sistema internacional que propició e1 colonialismo, está claro que la
configuración de una gente de1 fnnjnknnn (con sus desequilibrios étnicos y sociales)
contó con Ia connivencia de 10s franceses. En su calidad de vector globalizador (y
formalizador) colonial y postcolonial, 10s franceses fueron, y son, 10s grandes adalides
de un nuevo mundo formal y de su aparente monopolio de la res p~rblicn. En contra
de un cierto rousseaunismo, Ia homogeneización cultural es una eshategia que puede
" Otra vez se abre un tema "largo". " La imoosibilidad de generalizar Ia realización a medio olazo de1
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