24.09.2015 Views

Los engaños de la mente- S.L. Macknik.pdf?part=0

Los engaños de la mente- S.L. Macknik.pdf?part=0

Los engaños de la mente- S.L. Macknik.pdf?part=0

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Hay otro forzaje matemático que nos <strong>de</strong>muestra cómo pue<strong>de</strong>n llegar a compartir una misma<br />

imagen mental <strong>la</strong>s distintas personas que se encuentran en una habitación. Se nos pi<strong>de</strong> a todos que<br />

pensemos en un número bajo y que cada cual realice en silencio <strong>la</strong>s siguientes operaciones: primero<br />

dob<strong>la</strong>mos el número, sumamos 8 al resultado, dividimos el número resultante entre dos, y luego le<br />

restamos el número original. A continuación, convertimos este número en una letra <strong>de</strong>l alfabeto (1=A,<br />

2=B, 3=C, 4=D, etc.). Pensemos ahora en un país que empiece con esa letra, y <strong>de</strong>spués en un animal<br />

cuya inicial sea <strong>la</strong> siguiente letra. Final<strong>mente</strong>, nos pi<strong>de</strong> que pensemos en el color <strong>de</strong> ese animal.<br />

El mago aprovecha <strong>la</strong> ocasión para realizar una pausa dramática. «Vaya, hombre. Vuestra imagen<br />

colectiva <strong>de</strong>be <strong>de</strong> estar equivocada. Aquí hay algún problema. No hay elefantes grises en Dinamarca».<br />

El truco funciona porque todos hemos escogido un país que empieza por <strong>la</strong> letra «D», y Dinamarca es<br />

el más conocido. La siguiente letra <strong>de</strong> Dinamarca en inglés, Denmark, es <strong>la</strong> «E», y casi todo el mundo<br />

piensa en un elefante. A<strong>de</strong>más, ¿<strong>de</strong> qué color va a ser un elefante sino gris?<br />

La gente suele elegir lo mismo porque, cuando a alguien se le pi<strong>de</strong> que se ponga en pie y hable<br />

ante cientos <strong>de</strong> personas, acostumbra <strong>de</strong>cir lo primero que se le pasa por <strong>la</strong> cabeza. <strong>Los</strong> mentalistas<br />

saben que el número <strong>de</strong> países que empiezan por <strong>la</strong> letra «D» es pequeño y que <strong>la</strong> probabilidad <strong>de</strong> que<br />

piensen en Djibuti sólo existe si el tipo en cuestión tiene <strong>la</strong> sangre muy fría o se le ha dado mucho<br />

tiempo para pensar. Y solemos <strong>de</strong>cir «elefante» en lugar <strong>de</strong> «emú» por <strong>la</strong>s mismas razones. Lo normal<br />

es estar nervioso, tener miedo <strong>de</strong> hacer el ridículo ante tanta gente y no pensar con <strong>la</strong> suficiente<br />

c<strong>la</strong>ridad para <strong>de</strong>cir algo más original.<br />

<strong>Los</strong> mentalistas pue<strong>de</strong>n recurrir también al «principio <strong>de</strong> anticipación» o «<strong>de</strong> un paso por <strong>de</strong><strong>la</strong>nte»,<br />

que consiste en estar siempre un paso por <strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> nosotros y así convencernos <strong>de</strong> que están<br />

leyéndonos <strong>la</strong> <strong>mente</strong>. Las coinci<strong>de</strong>ncias se multiplican <strong>de</strong> tal manera que <strong>la</strong> única explicación posible<br />

a <strong>la</strong> ilusión creada es que el mago posee po<strong>de</strong>res sobrenaturales.<br />

Magic Tony nos ha enseñado un truco basado en este principio. Nos ha pedido que barajemos a<br />

consciencia unas cartas para luego exten<strong>de</strong>r<strong>la</strong>s boca abajo sobre una mesa. Acto seguido, ha anunciado<br />

que adivinará todas <strong>la</strong>s cartas que escojamos. «Primero elegiréis el nueve <strong>de</strong> corazones», nos dice.<br />

Escogemos una carta al azar y <strong>la</strong> <strong>de</strong>slizamos hacia él. Tony <strong>la</strong> mira y <strong>la</strong> aparta.<br />

«¡Buen trabajo! —exc<strong>la</strong>ma sin enseñárnos<strong>la</strong>—. Ahora digo que vais a coger el dos <strong>de</strong> tréboles».<br />

Escogemos otra carta al azar y se <strong>la</strong> damos, siempre boca abajo. La mira y dice: «¡Excelente!».<br />

Tony recoge <strong>la</strong>s cartas <strong>de</strong> <strong>la</strong> mesa y <strong>la</strong>s baraja. «Ahora elegiréis <strong>la</strong> reina <strong>de</strong> picas. Voy a pasar el<br />

pulgar por el extremo inferior <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cartas y cuando queráis <strong>de</strong>cís: «alto»». A continuación, coge <strong>la</strong><br />

baraja con una mano y comienza a pasar el pulgar por todas <strong>la</strong>s cartas.<br />

Decimos «alto» más o menos hacia <strong>la</strong> mitad <strong>de</strong> <strong>la</strong> baraja.<br />

Tony saca <strong>la</strong> carta, <strong>la</strong> coloca junto con <strong>la</strong>s otras dos que ya hemos elegido y <strong>la</strong>s pone boca arriba<br />

para que podamos ver<strong>la</strong>s: el nueve <strong>de</strong> corazones, el dos <strong>de</strong> tréboles y <strong>la</strong> reina <strong>de</strong> picas. ¡Increíble!<br />

Para llevar a cabo el truco, Tony ha memorizado con disimulo <strong>la</strong> última carta <strong>de</strong> <strong>la</strong> baraja, el nueve<br />

<strong>de</strong> corazones. Luego, ha extendido <strong>la</strong>s cartas boca abajo sobre <strong>la</strong> mesa y entonces nos ha pedido que<br />

escogiéramos cualquiera, anunciándonos, a<strong>de</strong>más, que iba a ser el nueve <strong>de</strong> corazones.<br />

Al elegir <strong>la</strong> primera carta, hemos creído que, efectiva<strong>mente</strong>, era el nueve <strong>de</strong> corazones (al fin y al<br />

cabo, estamos con un mago genial), pero no hemos podido comprobarlo con nuestros propios ojos. De<br />

hecho, <strong>la</strong> carta que Tony ha levantado, sin enseñárnos<strong>la</strong>, era el dos <strong>de</strong> tréboles.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!