Los engaños de la mente- S.L. Macknik.pdf?part=0
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con nuestros dos hijos pequeños, le aseguraron que los espíritus querían que se quedara en casa con<br />
ellos. Como Susana ha invertido catorce años <strong>de</strong> su vida en su educación y jamás se le ha ocurrido<br />
abandonar su carrera, <strong>la</strong>s dos predicciones nos parecieron completa<strong>mente</strong> absurdas, aunque son dos<br />
vaticinios bastante razonables en el caso <strong>de</strong> muchas madres jóvenes.<br />
Al final, llegamos a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que, si los magos son unos artistas en materia <strong>de</strong> atención y<br />
consciencia, los vi<strong>de</strong>ntes son unos farsantes. <strong>Los</strong> que conocimos en Sedona <strong>de</strong>mostraron muy poca<br />
perspicacia y sofisticación. Su método consistía en son<strong>de</strong>ar al cliente para conocer sus <strong>de</strong>seos y, por<br />
un módico precio, ven<strong>de</strong>rles <strong>la</strong> promesa <strong>de</strong> dichos <strong>de</strong>seos. El negocio <strong>de</strong> <strong>la</strong> vi<strong>de</strong>ncia es muy próspero<br />
porque <strong>la</strong> gente está <strong>de</strong>sesperada por que alguien le confirme que todo le irá bien, que han tomado <strong>la</strong>s<br />
<strong>de</strong>cisiones correctas y que seguirán haciéndolo, y que al final se reunirán con sus seres queridos en el<br />
«más allá».<br />
¿Cómo po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> vi<strong>de</strong>ntes, impostores, ven<strong>de</strong>dores agresivos, clérigos, políticos y,<br />
en general, <strong>de</strong> cualquiera que use <strong>la</strong>s técnicas <strong>de</strong> lectura en frío para sacarnos dinero? Por supuesto, no<br />
todos los que han elegido estas profesiones engañan <strong>de</strong> forma consciente; muchos creen firme<strong>mente</strong><br />
en sus métodos y están convencidos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r ayudar a <strong>la</strong>s almas perdidas. Si alguien acu<strong>de</strong> a un<br />
vi<strong>de</strong>nte y <strong>de</strong>spués se siente mejor consigo mismo, entonces no hay <strong>de</strong> qué preocuparse. Pero algunos<br />
vi<strong>de</strong>ntes se <strong>de</strong>dican a estafar, utilizando técnicas <strong>de</strong> lectura en frío para mentirnos y vaciarnos los<br />
bolsillos. Al igual que en todas <strong>la</strong>s estrategias comerciales: cuidado, consumidor.<br />
<strong>Los</strong> mentalistas y los vi<strong>de</strong>ntes suelen <strong>de</strong>cirnos exacta<strong>mente</strong> lo que queremos oír. <strong>Los</strong> médiums que<br />
leyeron el «futuro» <strong>de</strong> Susana cambiaban su historia en función <strong>de</strong>l lenguaje corporal y <strong>la</strong>s<br />
expresiones <strong>de</strong> el<strong>la</strong>. Cuando Susana sonreía y asentía con <strong>la</strong> cabeza ante un tema en particu<strong>la</strong>r, los<br />
«c<strong>la</strong>rivi<strong>de</strong>ntes» se atrevían a profundizar en él, pero cuando arqueaba <strong>la</strong>s cejas o fruncía el ceño<br />
modificaban <strong>la</strong> afirmación prece<strong>de</strong>nte. «Veo éxito en tu futuro —dijo uno <strong>de</strong> los vi<strong>de</strong>ntes en cuestión.<br />
Susana arrugó el entrecejo e intentó parecer lo más <strong>de</strong>sconcertada posible—. Pero no en lo profesional<br />
—corrigió <strong>de</strong> inmediato el médium—, me refiero a que tendrá unas re<strong>la</strong>ciones personales plenas y<br />
satisfactorias». Susana sonrió y re<strong>la</strong>jó los hombros. Y el supuesto visionario se mostró visible<strong>mente</strong><br />
más tranquilo.<br />
Algunos ven<strong>de</strong>dores recurren a métodos parecidos al <strong>de</strong> <strong>la</strong> «lectura <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>mente</strong>». La próxima vez<br />
que vayamos a comprar un producto caro y sospechemos que el ven<strong>de</strong>dor está dándonos gato por<br />
liebre, cambiemos <strong>de</strong> argumentos en medio <strong>de</strong> <strong>la</strong> conversación: por ejemplo, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cirle al<br />
ven<strong>de</strong>dor a propósito <strong>de</strong> un coche en concreto que nos preocupa más <strong>la</strong> seguridad que el diseño, y al<br />
cabo <strong>de</strong> un rato cambiar <strong>de</strong> argumento y comentarle que en realidad nos interesa más el diseño que <strong>la</strong><br />
seguridad. Si <strong>la</strong>s virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l vehículo cambian en función <strong>de</strong> <strong>la</strong>s priorida<strong>de</strong>s que manifestamos,<br />
entonces el ven<strong>de</strong>dor no está siendo sincero sobre el producto y tan sólo nos dice lo que queremos oír.<br />
Una cuestión final: ¿por qué <strong>la</strong> gente cae en <strong>la</strong> trampa <strong>de</strong> <strong>la</strong> lectura en frío si ésta resulta tan poco<br />
convincente? ¿Qué hace que nuestro cerebro sea tan vulnerable a este engatusamiento, a esta<br />
prestidigitación lingüística? La respuesta es que, <strong>de</strong> hecho, <strong>la</strong> lectura en frío constituye un componente<br />
fundamental <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s interacciones sociales <strong>de</strong>l ser humano. El discurso educado y normal exige<br />
que <strong>de</strong>terminemos <strong>la</strong>s necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> nuestros interlocutores en cualquier conversación. Tenemos que<br />
mostrarnos sensibles, encantadores y receptivos. Así es como nos tratamos los unos a los otros, con<br />
educación. <strong>Los</strong> vi<strong>de</strong>ntes capitalizan y explotan esta inclinación natural.