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Los engaños de la mente- S.L. Macknik.pdf?part=0

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ya <strong>la</strong>s conocíamos. Este tipo <strong>de</strong> <strong>la</strong>drones suele llevar a cabo su actividad en espacios públicos don<strong>de</strong><br />

hay mucha gente y pue<strong>de</strong>n confiar en los <strong>de</strong>svíos <strong>de</strong> <strong>la</strong> atención más comunes en sociedad: contacto<br />

ocu<strong>la</strong>r, contacto corporal y <strong>de</strong>slizarse a lo ninja invadiendo el espacio personal. Pero <strong>la</strong> observación <strong>de</strong><br />

Apollo era nueva para nosotros e inmediata<strong>mente</strong> sirvió <strong>de</strong> estímulo para realizar nuevos<br />

experimentos.<br />

Ya se ha <strong>de</strong>mostrado que <strong>la</strong> percepción visual se suprime durante movimientos sacádicos, lo cual<br />

podría explicar por qué los carteristas recurren tanto a los movimientos lineales rápidos. Pero ¿qué<br />

suce<strong>de</strong> con <strong>la</strong> atención? ¿Queda también suprimida durante el movimiento ocu<strong>la</strong>r? <strong>Los</strong> científicos aún<br />

no han dado con <strong>la</strong> respuesta, pero <strong>la</strong> explicación <strong>de</strong> Apollo nos pareció tan intrigante que <strong>de</strong>cidimos<br />

llevar<strong>la</strong> al <strong>la</strong>boratorio. La conversación que mantuvimos con él supuso un cambio radical en nuestra<br />

re<strong>la</strong>ción con los magos. Al principio, <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a era apropiarnos <strong>de</strong> sus mejores técnicas para así po<strong>de</strong>r<br />

diseñar mejores experimentos, pero ahora nos dábamos cuenta <strong>de</strong> que los magos sabían cosas sobre <strong>la</strong><br />

<strong>mente</strong> y el comportamiento humano que los neurocientíficos <strong>de</strong>sconocíamos.<br />

Ya conocemos nuestra capacidad para aten<strong>de</strong>r <strong>de</strong> forma «abierta» o «encubierta». Sabemos que <strong>la</strong><br />

«atención abierta» se da cuando dirigimos <strong>de</strong>liberada<strong>mente</strong> nuestros ojos hacia un objeto y fijamos<br />

nuestra atención en él, y que <strong>la</strong> «atención encubierta» es el acto mediante el cual miramos una cosa y<br />

fijamos <strong>la</strong> atención en otra. <strong>Los</strong> magos, ¡los muy en<strong>de</strong>moniados!, han sabido explotar estas<br />

propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> nuestro cerebro para diseñar algunos <strong>de</strong> sus mejores trucos. Para <strong>de</strong>scribir estos<br />

métodos hemos acuñado los términos «<strong>de</strong>sviación abierta <strong>de</strong> <strong>la</strong> atención» y «<strong>de</strong>sviación encubierta <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> atención». [3]<br />

En <strong>la</strong> primera, los magos consiguen que apartemos <strong>la</strong> mirada <strong>de</strong>l método en que se basa el truco.<br />

Atraen nuestra mirada hacia algo cuyo interés es falso mientras realizan su acción secreta en otra<br />

ubicación. Es lo que casi todo el mundo piensa cuando oye mencionar el término «<strong>de</strong>sviación <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

atención». Una explosión ilumina <strong>de</strong> pronto el escenario y una pequeña nube con forma <strong>de</strong> seta<br />

empieza a ascen<strong>de</strong>r hacia el techo. «¡Vaya! —exc<strong>la</strong>mamos—. ¿De dón<strong>de</strong> ha salido ese conejo que hay<br />

al otro <strong>la</strong>do <strong>de</strong>l escenario?». Y es que, mientras mirábamos <strong>la</strong> explosión, el mago ha aprovechado <strong>la</strong><br />

distracción para usar uno <strong>de</strong> los muchos métodos existentes para hacer aparecer un conejo. Es un<br />

ejemplo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sviación abierta <strong>de</strong> <strong>la</strong> atención. Es lo mismo que hacía Steve <strong>de</strong> niño, cuando se <strong>la</strong>s<br />

ingeniaba para apropiarse <strong>de</strong> los caramelos recogidos en Halloween. «¡Mira, Jimbo! ¿No es eso un<br />

zepelín?». Y el caramelo vo<strong>la</strong>ba. Cuando el otro se daba cuenta, <strong>de</strong> él no quedaba ni el envoltorio. Sí,<br />

Jimbo es el hermano pequeño <strong>de</strong> Steve y éste es un entrañable recuerdo <strong>de</strong> inocencia perdida con sabor<br />

a choco<strong>la</strong>te y nueces.<br />

La <strong>de</strong>sviación encubierta <strong>de</strong> <strong>la</strong> atención es más sutil. El mago aleja nuestro foco <strong>de</strong> atención —y<br />

también <strong>de</strong> sospecha— <strong>de</strong>l método que utiliza sin necesidad <strong>de</strong> redirigir nuestra mirada. Po<strong>de</strong>mos<br />

mirar directa<strong>mente</strong> el método que hay <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l truco, pero nos pasa completa<strong>mente</strong> inadvertido<br />

porque estamos centrando <strong>la</strong> atención en otra parte. Miramos, pero no vemos.<br />

<strong>Los</strong> neurocientíficos especialistas en cognición saben mucho <strong>de</strong> <strong>de</strong>sviación encubierta <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

atención: constituye un elemento fundamental en <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada «ceguera por <strong>de</strong>satención». [4] Se trata <strong>de</strong>

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