Los engaños de la mente- S.L. Macknik.pdf?part=0
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saturación mental.<br />
Han pasado dos años <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se celebraron <strong>la</strong>s jornadas sobre Magia <strong>de</strong> <strong>la</strong> Consciencia en Las<br />
Vegas, y nos encontramos en <strong>la</strong> pintoresca localidad pirenaica <strong>de</strong> Benasque, asistiendo a una<br />
conferencia internacional sobre arte y ciencia. He aquí a un grupo <strong>de</strong> expertos <strong>de</strong> lo más ecléctico que<br />
han venido a explorar los límites <strong>de</strong> <strong>la</strong> percepción humana. <strong>Los</strong> chefs <strong>de</strong> cocina se emparejan con los<br />
científicos para estudiar el sentido <strong>de</strong>l olfato, los arquitectos forman equipo con expertos en<br />
percepción espacial humana, a los pintores se los pone a trabajar con los neurocientíficos especialistas<br />
en visión, y a nosotros dos nos juntan con uno <strong>de</strong> los jóvenes magos con más talento <strong>de</strong> España.<br />
Mientras que nosotros abordamos los aspectos académicos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>svíos abiertos y encubiertos <strong>de</strong><br />
<strong>la</strong> atención y su re<strong>la</strong>ción con los mecanismos cerebrales asociados a <strong>la</strong> atención, Miguel Ángel Gea va<br />
directo al grano realizando unos trucos <strong>de</strong> magia que <strong>de</strong>jan embobados a todos los allí reunidos,<br />
<strong>de</strong>mostrando que nuestra comprensión <strong>de</strong> <strong>la</strong> realidad es algo más que frágil.<br />
Miguel Ángel es un joven corpulento con una <strong>la</strong>rga melena castaña recogida en una co<strong>la</strong> <strong>de</strong><br />
caballo. Ataviado con sus pantalones <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s bolsillos a cada <strong>la</strong>do y una camisa <strong>de</strong> algodón, hace<br />
ga<strong>la</strong> <strong>de</strong> un magnífico sentido <strong>de</strong>l humor, lo cual no ha <strong>de</strong> sorpren<strong>de</strong>r a nadie puesto que fue alumno <strong>de</strong><br />
Juan Tamariz. A Miguel Ángel le gusta tanto divertirse que, a pesar <strong>de</strong> que al principio sólo iba a<br />
quedarse en Benasque veinticuatro horas, ha <strong>de</strong>cidido permanecer cuatro días, lo cual se <strong>de</strong>be sobre<br />
todo a <strong>la</strong> cálida acogida que le han brindado los participantes en <strong>la</strong> conferencia e incluso <strong>la</strong> gente <strong>de</strong>l<br />
pueblo. Nuestra presentación conjunta comienza a <strong>la</strong>s nueve <strong>de</strong> <strong>la</strong> noche y se prolonga, a petición<br />
popu<strong>la</strong>r, hasta <strong>la</strong> medianoche, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> lo cual Miguel Ángel se <strong>de</strong>dica a ir a los bares y los<br />
restaurantes <strong>de</strong>l pueblo para rega<strong>la</strong>r a los lugareños (que ya lo conocían, pues lo habían visto en <strong>la</strong><br />
televisión españo<strong>la</strong>) más trucos <strong>de</strong> magia hasta <strong>la</strong>s tantas <strong>de</strong> <strong>la</strong> madrugada. Y así todas <strong>la</strong>s noches,<br />
dando por terminada <strong>la</strong> jarana sólo cuando anuncia que está agotado y que es incapaz <strong>de</strong> sostener una<br />
moneda o una baraja.<br />
Miguel Ángel siente un gran amor por <strong>la</strong> vida, y lo mismo pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse <strong>de</strong> su comprensión <strong>de</strong>l<br />
comportamiento humano. Recurre a <strong>la</strong> literatura científica más reciente sobre cognición como faro<br />
que lo guía en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> nuevos trucos. Por ejemplo, nuestro colega Dan Simons, el inventor <strong>de</strong>l<br />
experimento <strong>de</strong>l gori<strong>la</strong> en <strong>la</strong> cancha <strong>de</strong> baloncesto, diseñó otro muy ingenioso que ilustra el fenómeno<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> ceguera al cambio. En una versión <strong>de</strong> este experimento, [12] vemos al típico profesor universitario<br />
completa<strong>mente</strong> distraído cruzando el patio <strong>de</strong> un campus. Un estudiante se acerca a él y le dice:<br />
«Disculpe, señor, ¿podría <strong>de</strong>cirme dón<strong>de</strong> está el gimnasio?», mientras les muestra un mapa <strong>de</strong>l<br />
campus. «No sé cómo encontrarlo».<br />
El profesor, encantado <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r ayudarlo, mira el mapa en un acto <strong>de</strong> atención conjunta con el<br />
estudiante y empieza a explicarle el camino que <strong>de</strong>be tomar. Justo entonces, dos operarios que<br />
transportan un enorme objeto rectangu<strong>la</strong>r —a veces se trata <strong>de</strong> una puerta, otras, <strong>de</strong> un cuadro <strong>de</strong><br />
gran<strong>de</strong>s proporciones— se acercan a ellos y les pi<strong>de</strong>n paso. «Disculpen. Disculpen, por favor, tenemos<br />
que pasar», dicen mientras transportan el objeto pasando entre el profesor y el estudiante. Sólo<br />
transcurren dos segundos, durante los cuales se produce el cambiazo. El estudiante (que a lo mejor es<br />
moreno y lleva unos vaqueros y una camiseta <strong>de</strong> color rojo) aprovecha que el objeto lo tapa y<br />
<strong>de</strong>saparece con él. En su lugar aparece otro estudiante, que permanecía oculto <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l objeto<br />
(pongamos que es rubio, más bajo que el otro, y que lleva pantalones <strong>de</strong> vestir y camisa), y se coloca