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cuatro cualida<strong>de</strong>s los principales talentos <strong>de</strong> los diez discípulos.<br />
11.6. Una mancha <strong>de</strong> un cetro <strong>de</strong> ja<strong>de</strong> blanco...: ésta es la cita completa, aunque las<br />
<strong>Analectas</strong> sólo citaban dos palabras. Estas líneas proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> los Poemas (poema<br />
526). Nangong Kuo, si aceptamos su i<strong>de</strong>ntificación con Nan Rong (véase el pasaje 5.2),<br />
sobresalió por su pru<strong>de</strong>ncia.<br />
11.11. No me dio la oportunidad <strong>de</strong> tratarlo como [traté] a mi hijo: no le pu<strong>de</strong> dar un<br />
simple funeral que se a<strong>de</strong>cuase a su mo<strong>de</strong>sta condición.<br />
11.12. Todavía no conoces la vida, ¿cómo podrías conocer la muerte?: ya he evocado en<br />
la Introducción los extraordinarios comentarios que esta importante afirmación suscitaron en<br />
Elías Canetti. He aquí el pasaje entero <strong>de</strong> «<strong>Confucio</strong> en sus conversaciones» <strong>de</strong> Canetti en<br />
The Conscience of Words (Nueva York, Seabury, 1979), pp. 174-75:<br />
No conozco a ningún sabio que tomase la muerte más en serio que <strong>Confucio</strong>. Se niega a<br />
respon<strong>de</strong>r ninguna pregunta sobre la muerte. «Si uno no conoce todavía la vida, ¿cómo podría<br />
conocer la muerte?» Nunca se ha hecho un comentario más a<strong>de</strong>cuado sobre el tema. El sabe muy<br />
bien que todas estas preguntas se refieren a un tiempo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte. Cualquier respuesta<br />
salta sobre la muerte, conjurando tanto la muerte como su incomprensibilidad. Si hay algo <strong>de</strong>spués,<br />
como habría habido algo antes, la muerte pier<strong>de</strong> parte <strong>de</strong> su peso. <strong>Confucio</strong> se niega a jugar<br />
con este juego <strong>de</strong> manos que no sirve para nada. El no dice que no haya nada <strong>de</strong>spués,<br />
simplemente no pue<strong>de</strong> saberlo. Pero se tiene la impresión <strong>de</strong> que realmente no se preocupa por<br />
averiguarlo, aunque pudiera. Por ello, se pone todo el valor en la vida; se vuelve a la vida cualquier<br />
cosa radiante y profunda que se haya sacado <strong>de</strong> ella por haber puesto una buena parte <strong>de</strong> su<br />
fuerza, quizá la mejor, <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la muerte. Así pues, la vida sigue siendo un todo, sigue siendo lo<br />
que es, e incluso la muerte permanece intacta, no son intercambiables, no son comparables.<br />
Nunca se fun<strong>de</strong>n, son inconfundibles.<br />
11.13. (El Maestro dijo): estas palabras no están en el texto original; la mayoría <strong>de</strong> los<br />
comentaristas creen que fueron interpoladas acci<strong>de</strong>ntalmente. Algunos consi<strong>de</strong>ran que este<br />
pasaje <strong>de</strong>bería formar una sección in<strong>de</strong>pendiente y no leerse como la continuación <strong>de</strong> este<br />
pasaje 11.13.<br />
Un hombre como Zilu...: la afirmación <strong>de</strong> <strong>Confucio</strong> fue profética: Zilu tuvo una muerte<br />
violenta durante las luchas <strong>de</strong> sucesión <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> Wei (480 a. <strong>de</strong> C.).<br />
11.14. El Gran Tesoro: este edificio había sido utilizado como una base <strong>de</strong>fensiva por el<br />
soberano <strong>de</strong> Lu, contra las ambiciosas intrigas <strong>de</strong> la familia Ji. La pregunta <strong>de</strong> Min Ziqian<br />
expresaba <strong>de</strong> una forma indirecta y simbólica la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> apoyar realmente la<br />
legítima autoridad <strong>de</strong>l duque <strong>de</strong> Lu.<br />
11.15. ¿Qué clase <strong>de</strong> música está tocando Zilu?: literalmente: «¿Qué está haciendo la<br />
cítara <strong>de</strong> Zilu <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mi casa?» El Maestro no pone reparos a la presencia <strong>de</strong> la cítara <strong>de</strong><br />
Zilu, sino a los aires marciales e inapropiados que Zilu está tocando.<br />
Zilu ha subido hasta el atrio, pero todavía no ha entrado en la cámara: Zilu está en el