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NOTAS AL CAPÍTULO 1<br />
1.1. A su <strong>de</strong>bido tiempo: o «en el tiempo prescrito» (este significado se encuentra en<br />
Mencio) *. La interpretación <strong>de</strong> Zhu Xi «todo el tiempo», «constantemente», es un<br />
anacronismo, ya que es una lectura <strong>de</strong> una antigua expresión a la luz errónea <strong>de</strong> una acepción<br />
posterior.<br />
Caballero: antes <strong>de</strong> <strong>Confucio</strong>, la palabra junzi (caballero) indicaba simplemente una<br />
posición social. Una <strong>de</strong> las principales innovaciones <strong>de</strong>l pensamiento <strong>de</strong> <strong>Confucio</strong> es haber<br />
<strong>de</strong>sprovisto a este concepto <strong>de</strong> su <strong>de</strong>finición social y <strong>de</strong> haberlo dotado con un nuevo<br />
contenido progresista y puramente ético. Esta transformación tuvo implicaciones profundas y<br />
radicales, puesto que más a<strong>de</strong>lante pondría en cuestión los fundamentos estructurales <strong>de</strong>l<br />
aristocrático or<strong>de</strong>n feudal. Y ello porque el concepto <strong>de</strong> una elite hereditaria es sustituido por<br />
el <strong>de</strong> una elite que no se basaba en el nacimiento o en la riqueza, sino que era<br />
exclusivamente <strong>de</strong>terminada por la virtud, la cultura, el talento, la competencia y el mérito.<br />
Naturalmente, esta transformación no se hizo <strong>de</strong> una vez; a lo largo <strong>de</strong> las <strong>Analectas</strong> pue<strong>de</strong>n<br />
i<strong>de</strong>ntificarse diversas fases <strong>de</strong> este concepto. En algunas partes, junzi todavía se utiliza<br />
exclusivamente en su sentido original y estrictamente social; pero con más frecuencia se<br />
encuentra en un sentido ambiguo, que mezcla el rango social y la cualidad moral. La<br />
originalidad <strong>de</strong>l punto <strong>de</strong> vista confuciano se revela plenamente en muchos casos en los que<br />
se <strong>de</strong>sarrolla únicamente la dimensión moral <strong>de</strong> este concepto: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista ético,<br />
un plebeyo pue<strong>de</strong> lograr la cualidad <strong>de</strong> «caballero», mientras que un aristócrata pue<strong>de</strong><br />
per<strong>de</strong>r la atribución <strong>de</strong> ese título.<br />
Al reflexionar sobre la evolución <strong>de</strong> las palabras en la cultura occi<strong>de</strong>ntal, C. S. Lewis hizo<br />
algunas observaciones que vienen aquí muy al caso:<br />
Las palabras que originalmente se referían al rango <strong>de</strong> una persona —a la posición legal, social o<br />
económica y a los atributos hereditarios que a menudo se han asociado con aquél— tienen ten<strong>de</strong>ncia<br />
a convenirse en palabras que <strong>de</strong>notan un tipo <strong>de</strong> carácter y conducta. Las que implican una posición<br />
superior pue<strong>de</strong>n convertirse en términos <strong>de</strong> elogio; las que implican una posición inferior, en términos<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>saprobación. Caballeroso, cortés, franco, generoso, gentil, liberal y noble son ejemplos <strong>de</strong> las<br />
primeras; ejemplos <strong>de</strong> las segunda son innoble, villano y vulgar...<br />
Muchos lo diagnosticarán como un síntoma <strong>de</strong>l inveterado esnobismo <strong>de</strong> la raza humana; y, sin<br />
duda, las connotaciones <strong>de</strong>l lenguaje casi nunca son igualitarias. Pero esto no es todo: pues también<br />
intervienen otros dos factores. El primero es el optimismo, la creencia, o al menos la esperanza, <strong>de</strong> los<br />
seres humanos <strong>de</strong> que los que son superiores socialmente son también superiores o mejores en el<br />
plano personal. En segundo factor es mucho más importante. Una palabra como nobleza empieza a<br />
cuajar su significado ético-social cuando no se refiere simplemente a la posición <strong>de</strong> alguien, sino a las<br />
maneras y al carácter que se piensan que son apropiados a dicha posición. Pero la mente no pue<strong>de</strong><br />
consi<strong>de</strong>rar mucho tiempo esas maneras y ese carácter sin verse forzada a la reflexión <strong>de</strong> que a veces<br />
existen <strong>de</strong>ficiencias en aquellos que son nobles por posición, pero que en ocasiones están presentes<br />
en los que no lo tienen. Así, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio, el significado ético-social, por el simple hecho <strong>de</strong><br />
existir, está abocado a separarse <strong>de</strong>l significado <strong>de</strong> posición. En consecuencia, a partir <strong>de</strong> Boecio se<br />
generaliza en los escritos europeos que la verda<strong>de</strong>ra nobleza se halla <strong>de</strong>ntro, que la villanie, y no la<br />
posición, es lo que hace al villano, que existen los «nobles sin nobleza» y que «noble es quien actúa<br />
noblemente». El fenómeno lingüístico que estamos consi<strong>de</strong>rando es, por ello, tanto una superación,<br />
* Mencio, o Meng Ko, fue uno <strong>de</strong> los principales discípulos <strong>de</strong> <strong>Confucio</strong>, sus doctrinas se encuentran en el cuarto <strong>de</strong><br />
los Cuatro Libros, (N. <strong>de</strong>l T.)