rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas
rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas
rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
ROJO Y NEGRO 111<br />
Dios ... ! ¿ Por qué, Cielos, no pasas la enfermedad <strong>de</strong>l niI10 a mi<br />
cuerpo I<br />
- 1 Ah ! tú también lo quieres ... dijo ella arrojándose en los brazos<br />
<strong>de</strong> Julián.<br />
Al mismo tiempo lo rechazó con horror.<br />
- Te creo, te creo, exclamó ponióndose <strong>de</strong> rodillas, mi único<br />
amigo. ¿ Porqué no serás tú el padre <strong>de</strong> Estanislao ? Entonces no<br />
sería un horrible pecado amarte más que a tu hijo.<br />
- ¿ Quieres permitirme que me que<strong>de</strong>, y que en a<strong>de</strong>lante no te<br />
ame más que como un hermano? Será la sola expiación razonable.<br />
Podrá calmar la cólera <strong>de</strong>l Todopo<strong>de</strong>roso<br />
- ¿ y yo ? contestó ella, levantándose y cogiendo 'Ia cabeza <strong>de</strong><br />
Julián entre sus dos manos, y teniéndola distanciada ante sus ojos,<br />
¿ y yo? ¿ Te quelTé como a un hermano? ¿ Estará en mis fuerzas<br />
po<strong>de</strong>r amarte como a un hermano?<br />
Julián no pudo contener sus lágrimas.<br />
- Te obe<strong>de</strong>ceré, dijo, <strong>de</strong>jándose caer a sus pies. Te obe<strong>de</strong>ceré<br />
sea lo que fuere lo que or<strong>de</strong>nes; es todo lo que me queda que hacer.<br />
Mi entendinúento está ciego; no veo ningún camino que segllir;<br />
si me marcho, cuentas todo a tu marido, y te pier<strong>de</strong>s, al mismo tiempo<br />
que labras su ruína. Jamás, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> semejante ridículo, será<br />
elegido diputado. Si me quedo, creerás que soy la causa <strong>de</strong> la muerte<br />
<strong>de</strong> tu hijo, y te volverás loca. ¿ Quieres que pruebe a alejarme? Si<br />
quieres, me castigaré por nuestro pecado separándome <strong>de</strong> tí durante<br />
ocho días, que pasaré en el retiro que me impongas; en la abadía <strong>de</strong><br />
Bray-el-Alto, por ejemplo. Pero jura que durante mi ausencia no<br />
dirás nada a tu marido. Piensa en que si hablas, no podría yo volver<br />
más.<br />
Ella lo prometió; ]uJián se marchó, pero, al cabo <strong>de</strong> dos días<br />
tuvo que volver <strong>de</strong> nuevo obe<strong>de</strong>ciendo a su llamada.<br />
- Me es imposible sin ti cumplir mi juramento. Terminaré por<br />
hablar <strong>de</strong> nuestro secreto a nú marido si tú no estás cerca <strong>de</strong> mi<br />
para imponerme silencio con tus miradas. Cada hora <strong>de</strong> esta horrible<br />
vida me parece que dura un día.<br />
Por fin el cielo tuvo lástima <strong>de</strong> aquella <strong>de</strong>sgraciada madre, y pocos<br />
días <strong>de</strong>spués, Estanislao estaba fuera <strong>de</strong> peligro. Pero el hielo estaba<br />
roto ; su conciencia tenía noción <strong>de</strong> la extensión <strong>de</strong> su pecado. y<br />
ya no pudo recobrar el equilibrio.<br />
Los remordinúentos quedaron y fueron lo que <strong>de</strong>blan ser en aquel