rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas

RO J O Y NEGRO
Con la mayor lentitud posible. Julián babía arregla do veinte plumas.
y aquel recurso iba a falta rle. En vano buscó una orden en la
mirada del señor de la Mole: el ma rq ués le había olvidado.
CAPITU LO LI
LA DISCUSIÓN
E: lacayo entró precipitadamente anunciando ' E l señor Duque d e' ..
- i Cállese t onto! le dijo el Duque entra ndo. Dij o t a n bien esas
pala bras y con t anta majest a d las pronunció. que a pesar suyo.
pensó Juliá n que. saber responder a un criado. era t oda la sabid uría
d e aquel príncipe. Julián alzó la vista y la volv ió a ba jar inmediat
amente. H abía adivina do t a n bien la alcurnia del nuevo interlocutor
. que t embló al pensar en que s u mirada fuera indiscret a .
Est e Duque. era un hombre de cincuenta a ños. vestido como el
más elegant e joven y a ndando como por r esortes. T enía la ca beza
estrecha. una nariz grande y un sembla nte prominente. Hubiera
sido imposible encontrar un aire más noble y más insignihcante.
Su llegada determinó la a pertura de la sesión .
J ulián fu é interrumpido ' e n sus obser vaciones fi sonó micas
por la voz del señor de la Mole.
- Les presento a l señor Sorel. dijo el llla rqués. E stá dotado de una
maravillosa m emoria; no hace más q ue una hora q ue le ha blado
de la misión con la cual podía ser honrado. ya fin de darme una prueba
de sus faculta des. ha aprendido de memoria la primera página
de El Diario.
- i Ah ! Las noticias extra njeras de ese pobre N .... dijo el dueño
de la casa. Cogió muy de prisa el periódico. y mirando a ] ulián con
aspecto ridículo. en fuerza de intenta r ser importante. le dijo: H able
ust ed caballero .
El silencio era profundo ; t odos los ójos se fij aron en Juliá n . Hecitó
tan bien . que a l cabo de veinte lí neas le dijo el d uque : Basta. El
hombre pequeño con ItUrada de jabalí. se sentó. E l a el presidente.
y. apenas sentado. indicó a J uliá n una mesita de juego y le hizo señas
de que la acerca se junto a él. Julián se sentó con todo lo necesario