rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas

CAPITULO XXX VI
UN ATAQUE D E GOTA
El lector esta rá quizá sorprendido d e ese tono libre y casi a mistoso;
hemos olvidado de decir, que desde hacía seis semanas, el
marq ué, estaba retenido en su casa por la gota.
La señorita de la Mole y su madre, estaban e n Hyeres, con la
madre de la ma rquesa; el conde Norberto no veía a su padre sino
cortos instantes; a mbos estaba n en buenas relaciones. pero no
tenían nada que confia rse. E l señor de la Mole, obligado a pasar el
tiempo con J ulían, quedó sorprendido de encontrar en el jo ven ideas,
pensamientos. Hacía que le leyera los periódicos. Muy pronto. el
joven secretario estuvo lo s uficientemente al tanto de las aficiones
del marqués, para encontra r en dichos periódicos los pasajes inter
esantes. H abía un diario nuevo que el marqués había jurado no
leer nunca, y del cual habla ba todos los días. Julián reía. El señor de
la Mole, encolerizado contra los tiem pos presentes, hizo a JuJián que
le leyese Tito Livio ; la traducción improvisada sobre el texto latino.
le entretenía mucho.
Un día, el marqués dijo, con aquel t ono de excesiva delicadeza
que ta nto irritaba a Julián :
- Permítame, mi querido Sorel, que le regale un tra je azul ;
cuando le convenga vestirlo y venir a mis h abitaciones, será. a mis
ojos, el herma no m en or de! conde de Chalóns, es decir, el hijo de mi
amigo el anciano Duque.
Julián no comprendió bien de qué se tra ta ba ; la misma noche
hizo una visita, vestido con el frac azul al señor de la l\Iole. El marqués
le trató de igual a igual. Juliá n tenia un corazón capaz de sentir
la verda dera cortesía, pero no estaba acostumbrado a a preciar los
matices de esta. Hubiera jurado, a nles de aquel capricho del marq ués.
que era imposible recíbirle con mayor miramiento. " 1 Qué talento