rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas
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ROJO Y NEGRO 235<br />
D ebajo <strong>de</strong> aquell a tela, el patio esta ba tra nsformado en bosque <strong>de</strong><br />
n aranjos y <strong>de</strong> la ureles-rosa en fl or. Como habían t enido mucho cuidado<br />
en oculta r profunda mente en la tierra las macetas, los naranjos<br />
y los la ureles parecían salir <strong>de</strong>l suelo. E l camino que recorría r,<br />
est aba enarenado.<br />
Aquel conjunto pareció extraordinario a nuest ro provinciano.<br />
No podía imaginar t al magnificencia. E n un insta nte <strong>de</strong>sapareció<br />
tod o su mal humor . E n el coche, cua ndo iba a l baile , Norberto estaba<br />
muy contento y él lo veía todo <strong>negro</strong>. Apenas en el patio los pa peles<br />
se trocaron.<br />
Norberto se fij aba en a lgunos <strong>de</strong>tall es que, en med io <strong>de</strong> ta nta<br />
suntuosida d , ha bían sido <strong>de</strong>scui dados. Valoraba el gast o <strong>de</strong> cad"<br />
objeto, y ]uliá n not a ba que, a medida que la cifra se elevaba, el<br />
joven con<strong>de</strong> se ponía <strong>de</strong> m al humor y su sembla nte revelaba 1 ..<br />
envidia.<br />
En c ua nt.o a él, llegó seducido, admira d o, casi tímido, a l primer<br />
salón d on<strong>de</strong> se ba ila ba ; los invitados se agolpaba n a la puerta <strong>de</strong>l<br />
segundo, y era t an compacta la much edumbre, q ue le fu é imposible<br />
avan7.ar. El <strong>de</strong>corado <strong>de</strong> aquel segundo salón , representaba la Alha mbra<br />
<strong>de</strong> Gra na d a.<br />
- Es preciso convenir en que es la reina <strong>de</strong>l baile , <strong>de</strong>cía un joven,<br />
cuyos hombros oprimía n el pecho <strong>de</strong> ]uliá n.<br />
- La señorita Gourmont, que durante todo el invierno ha sillo<br />
tan hermosa , se da perfecta cuent a <strong>de</strong> que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> un escalón, y<br />
eso la pone <strong>de</strong> m al humor.<br />
- R ealmente hace todo lo posible para agradar. I Mire qué sonrisa<br />
tan encantadora cua ndo bail a la contrada nza! Realmente, no tiene<br />
precio.<br />
- L a señorita <strong>de</strong> la Mole parece dominar el placer que le causa<br />
su triunfo. Se diría que t eme a grad ar a aquell os que le h ablan .<br />
] uliá n h acía va nos esfuer zos pa ra ver a aquella mujer ta n seduct<br />
ora . Siete ú ocho hombres m ás altos q ue él se lo impedíán .<br />
- H ay bastante coquetería en esos mod ales t an nobles, continuó<br />
el joven que h a bía h ablado a ntes.<br />
- I Y esos ojos a zul es que b aja n los parpad os t a n lentam ente en<br />
el insta nte en que se diría que está n a pun to <strong>de</strong> traicionarse ! Nada<br />
h a y q ue revele mayor ha bilida d .<br />
- Fíjese, en que a su lado la señorita <strong>de</strong> Gourmont tiene un<br />
aspecto completa mente vul gar , a Jia dió u n t ercero.