rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas

ROJO Y NEGRO
más reservado. "Esto es efecto de la dimisión del abate Pirard, pensó.
Toda la casa la conoce y yo paso por ser su fa vorito. » Debía de haber
insulto en esas maneras, pero no podía advertirlo. Había, por el
contrario, ausencia de odio en todos aquellos ojos que encontró.
Por fin, el joven seminarista de Verriéres,le dijo con alegre semblante:
Cornelii Taciti opere omnia ( (Obras completas de Tácito).
A estas palabras pronunciadas en voz alta, todos, a un tiempo
mismo, felicitaron a Julián, no solamente por el magnifico regalo que
Monseñor le había hecho, sino también por la conversación que
durante dos horas había mantenido con él. Conocían hasta los más
ínfimos detalles. Desde aquel momento, ya no hubo envidia; se le
hizo la corte bajamente. El abate Castanede, que la víspera aún era
insolente con el joven, le cogió del brazo y le invitó a almorzar .
Por una fatalidad del carácter de Julián, la insolencia de aquellos
seres vulgares le había hecho daño, y sus bajezas le produjeron repugnancia.
Hacia el mediodía el abate Pirard se despidió de sus discípulos
con una severa alocución.
El abate Pirard se hospedó en la posada más lujosa de Besans;on,
y, so pretexto de asuntos, que no tenía, pasó allí dos días.
El obispo le habia invitado a cenar, y para molestar a su gran
vicario, procuró, a los postres, hacerl e brillar. Aún no habían terminado
cuando llegó de Paris la extraña y sensacional noticia de que
el abate Pirard había sido nombrado cura de N., a cuatro leguas de
la capital. El buen prelado le felicitó sinceramente. Vió en todo este
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