rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas
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ROJO Y NEGRO<br />
caballo, corbata 1Iegra y levita (l ml. Se entrega la carta al p01'tero COII<br />
a ire contrito. Profll1lda m elancolía en la mirada. Si se ve algll1la doncelta<br />
<strong>de</strong> la casa, ha)' q1le seca rse los ojos 'rápida",ente, )' dirigir la palabra<br />
a la doncella.<br />
Todo aquello fué fi elmente ejecutado.<br />
" Lo que hago es muy atrevido, pensó Julián a l salir <strong>de</strong>l h otel d e<br />
l'ervacques, pero peor para Korassoff. i Atreverse a escribir a una<br />
virtud t a n célebre ! Me van a trat a r con el mayor <strong>de</strong>sprecio, y nada<br />
me divertirá más. Es, en realidad la única comedia a la c ua l puedo<br />
ser sensible. Sí: cubrir <strong>de</strong> ridículo a este ser tan odioso que yo lla mo<br />
)'0, me divertirá. Si me <strong>de</strong>jara llevar <strong>de</strong> mis impulsos, comet ería ,<br />
cua lq uier atrocidad por distraerme.<br />
Des<strong>de</strong> hacía un mes, el más hermoso moment o <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> J u<br />
Jián , era aquel en que hoy ponía su caballo en la cuadra. ¡';orassoff , le<br />
había prohibid o que, ba jo ningú n pretexto, mirase a la mujer que<br />
le había abandonado. Pero el paso d eaqucl caballo q ue tan bien conocía<br />
ell a, la ma nera especia l con la cual golpeaba ] ulián con su fust a la<br />
puerta para llamar algún cria do, atraían a ;\-latil<strong>de</strong>, algunas veces,<br />
<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la ventana. Mirando con habilida d por <strong>de</strong>ba jo <strong>de</strong>l ala <strong>de</strong>l<br />
sombrero, veía el cuerpo <strong>de</strong> Matil<strong>de</strong> a través <strong>de</strong> la visillos sin verle<br />
los ojos; " por consiguiente, <strong>de</strong>cía Julián, no pue<strong>de</strong> t a mpoco ver los<br />
míos, yeso no es mirarla. ))<br />
Por la noche, la señora <strong>de</strong> Fervacq ucs. se condujo con él, ig ual que<br />
si por la nlañana no hubiera reci bido la <strong>de</strong>claración fil osófica, mística<br />
y religiosa, que el portero le había entregado. E l día a nterior , la<br />
casualidad había revelado a ] uJi á n el medio <strong>de</strong> ser elocuente; se<br />
arregló <strong>de</strong> manera que pudiese ver los ojos <strong>de</strong> Matildc. Ella, por s u<br />
parte, un momento <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> llegar la mariscala, a ba ndonó el<br />
canapé azul: era <strong>de</strong>sertar la sociedad habitua l. El señor <strong>de</strong> Croiscnois<br />
pareció consternado por aquel nuevo capricho; su evi<strong>de</strong>nte<br />
dolor , quitó a J uliá n 10 que su <strong>de</strong>sgracia t enía <strong>de</strong> más atr oz.<br />
Aquel suceso imprevisto le hizo hablar como un á ngel. E l a m or<br />
propio se infiltra hasta en los corazones q ne sirven <strong>de</strong> t em p10 a la<br />
virtud más augusta. Al s ubir a su coche se dijo la mariscala<br />
1\ La señora <strong>de</strong> la I\'Iolc tiene razón. Ese joven abate es muy inteligente.<br />
Preciso es, C)uc los primeros días nlÍ presencia le haya intinlidado.<br />
Realmente touo 10 que se encuentra en esta casa, es nluy li gero;<br />
no V CU sino virlu<strong>de</strong>s ayudadas pur la a ncia nidad. y que tenía.n<br />
gran neccsidad <strong>de</strong>l hielo <strong>de</strong> los aúos. Ese jovcn habrá sabido aprecia r