rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas
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ROJO Y NEGRO 2 10<br />
E l abate Pirard hizo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lej os, signos a Juliá n para q ue se<br />
a proximara, porque el señor <strong>de</strong> la Mole acababa <strong>de</strong> h a blar con él.<br />
E l abate Pirard pasó a un salón inmediat o y Juliá n lo siguió.<br />
- Al marqués no le agradan los escritor zuelos, es su única antipatía<br />
; se lo advierto. Aprenda el la tín, el griego, si pue<strong>de</strong>, la historia<br />
<strong>de</strong> E gipto, <strong>de</strong> Persia; le h onra rá y le protegerá como a un sabio.<br />
Pero no se le ocurra escribir una página en fra ncés, y menos aún,<br />
sobre asuntos serios, superiores al lugar q ue ocupa usted e n el mundo;<br />
le llamarla escritorzuelo, y le r etiraría pa rte <strong>de</strong> su a fecto.<br />
¿ Cómo, viviendo e n compa ñía d e t an gra n señor n o conoce a ún<br />
la frase <strong>de</strong>l duque <strong>de</strong> Castries, sobre Alambert y R ousseau " Eso<br />
quiere razonar sobre todo, y no tiene mil escudos <strong>de</strong> renta? »<br />
" T odo se sabe aquí como en el seminario» pensó ]uliá n . H abía<br />
escrito el joven ocho o diez c uartillas. Eran una especie <strong>de</strong> elogio<br />
<strong>de</strong>l cirujano mayor que, según el joven, le h abía h echo hombre .<br />
• y sin embargo, continuaba J ulián en su mudo coloquio, el cua <strong>de</strong>rno,<br />
ha perma necido constantemente bajo llave ». Subió a s u dormitorio,<br />
q uemó el m a nuscrito y volvió al salón. Los pillastres <strong>de</strong> ingenio,<br />
se habían marchado, y solo perma necía n en él hombres serios, graves,<br />
con<strong>de</strong>corados.<br />
Al re<strong>de</strong>d or <strong>de</strong> la mesa, que los criados acababan <strong>de</strong> traer, completa<br />
mente servida, se había n reunido siete Íl ocho mujeres muy nobles,<br />
muy <strong>de</strong>vot as, muy empaquetadas, entre los treinta y los treinta<br />
y cinco afias <strong>de</strong> edad. La brillante ma riscala <strong>de</strong> Fcrvaques, entró,<br />
excusandose por el r etraso. Era m ás <strong>de</strong> media noche; la mariscala<br />
se sentó a l lado <strong>de</strong> la marquesa. ]uli{,n '1 u(·