rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas
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ROJO Y NEGRO<br />
¿ Quién podría <strong>de</strong>scribir el exceso <strong>de</strong> felicidad <strong>de</strong> Julián ? El <strong>de</strong><br />
l\1atil<strong>de</strong> fu e casi igua l.<br />
E lla le habló contra s í misma; se <strong>de</strong>nunció a él.<br />
- Castígame por mi <strong>de</strong>smedido orgullo, le dijo estrechándolo<br />
entre sus brazos, como si quisiera a hogarle. Eres mi amo: soy tu<br />
esclava. Es necesario que te pida <strong>de</strong> rodillas perdón por ha berme<br />
querido rebelar. Y se escapaba <strong>de</strong> sus brazos para caer a sus pies.<br />
- Sí, eres mi amo. le repetía; reina para siempre sobre mi ;<br />
castiga severamente a tu esclava c uando ella quiera r ebelarse.<br />
En otro momento, se escapó <strong>de</strong> entre sus brazos, encendió la<br />
luz y Julián tuvo que hacer esfuerzos sobrehuman os para impedir<br />
que se cortara una trenza <strong>de</strong> sus cabellos.<br />
- Quiero acordarme, le dijo, <strong>de</strong> que soy tu esclava. Si alguna vez<br />
un odioso orgullo me extraviara, enséñame esa gue<strong>de</strong>ja y di : no se<br />
trata <strong>de</strong> amor ni <strong>de</strong> la emoción que tu alma pueda sentir en ese<br />
momento; se trata solamente <strong>de</strong> que has jurado obe<strong>de</strong>cer por el<br />
honor <strong>de</strong> tu nombre: Obé<strong>de</strong>ce, pues.<br />
Pero es más pru<strong>de</strong>nte suprimir la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> sem ejante momento<br />
<strong>de</strong> pasión, <strong>de</strong> amor, <strong>de</strong> locura.<br />
- Es preciso que baje por la escala, dijo a Matil<strong>de</strong> cuando vió<br />
aparecer el alba sobre las lejanas chimeneas, <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong> oriente<br />
más allá <strong>de</strong>l jaldín. El sacrificio que me impongo, es digno <strong>de</strong> ti.<br />
Me privo <strong>de</strong> algunas horas <strong>de</strong>l más sorpren<strong>de</strong>nte goce que el alma<br />
humana pudiera imaginar. y ese es el sacrificio que hago a tu reputación.<br />
" Si has llegado a profundizar en mi corazón, compren<strong>de</strong>rás la<br />
violencia que me hago. ¿ Serás siempre pa ra mí, 10 que eres en este<br />
momento? Pero el honor habla, y es suficiente. Sabe, que a raíz <strong>de</strong><br />
nueslra primera entrevista, todas las sospechas n o han ido sobre los<br />
ladrones. El señor <strong>de</strong> la Mole ha h echo establecer una guardia en el<br />
jardín. El señor <strong>de</strong> Croisenois está ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> espfas, y se sabe 10<br />
que hace durante la noche. "<br />
Ante aquella alusión, Matil<strong>de</strong> rió a carcaja das. Su madre y una<br />
<strong>de</strong> sus doncellas se <strong>de</strong>spertaron , y <strong>de</strong> repente le hablaron a través<br />
<strong>de</strong> la puerta. Julián la miró. Ella pali<strong>de</strong>ció al mismo tiempo que<br />
respondía a la sirviente y no se dignó contestar a s u madre<br />
- P ero si se les ocurre .abrir la ventana verán la escala. dijo<br />
Julián.<br />
La estrechó entre sus brazos, saltó a la escala, y se <strong>de</strong>jó caer,