rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas
rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas
rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
ROJO Y NEGRO 157<br />
extenso contorno <strong>de</strong> aquella frente, estaba marcado por cabellos<br />
espesos, aplastados, y <strong>negro</strong>s como el ébano.<br />
- ¿ Quiere usted acercarse, sí o no? dijo al fin el hombre con impaciencia.<br />
Julián avanzó con inseguro paso, pálido y atemorizado como<br />
jamás lo estuvo en su vida. Se <strong>de</strong>tuvo <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> la mesita <strong>de</strong> pino<br />
blanco cubierta <strong>de</strong> papelitos cuadrados.<br />
- Más cerca, dijo el hombre.<br />
Julián avanzó más aún, extendiendo la mano como si buscase<br />
apoyo en algún punto.<br />
¿ Su nombre?<br />
- Julián Sorel.<br />
- Ha t ardado usted bastante, le dIjo fijando <strong>de</strong> nuevo en él<br />
su mirada.<br />
Julián no pudo soportar la fuerza <strong>de</strong> aquellos ojos; extendió la<br />
mano como para apoyarse y cayó al suelo, sin sentido.<br />
El hombre llamó. J ulián había perdido solamente la visión y el<br />
uso <strong>de</strong> sus movimientos. Oyó pasos que se acercaban. Lo levantaron<br />
y lo sentaron en el sillón <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra. Oyó que el hombre t errible<br />
<strong>de</strong>cía al portero :<br />
- E s un ataque epiléptico, a lo que parece. Nos nos faltaba más<br />
que eso.<br />
Cuando Julián pudo abrir los ojos, el hombre <strong>de</strong> la cara encarnada<br />
continuaba escribiendo. E l portero habia <strong>de</strong>saparecido. " Es preciso<br />
tener valor, dijo el joven, y sobre todo ocultar lo que siento ». Sentía<br />
el pobre un gra n dolor en el corazón. " Si me ocurre un acci<strong>de</strong>nte,<br />
sabe Dios lo que van a pensar <strong>de</strong> mí. » Por fin, el hombre terminó<br />
<strong>de</strong> escribir y mirando a Julián <strong>de</strong> través le preguntó:<br />
- ¿ Se hall a en estado <strong>de</strong> contestarme?<br />
- Sí señor, dijo Julián con voz débil.<br />
. - Menos mal.<br />
E l hombre <strong>negro</strong> se había medio incorporado, y buscaba, febrilmente,<br />
una carta en el cajón <strong>de</strong> la mesa <strong>de</strong> pino. La encontró, se<br />
sentó <strong>de</strong> nuevo, y mirando a Julián, como si quisiera arrancarle<br />
la poca vida que le quedaba, dijo:<br />
- 1'1'1e ha sido recomendado usted por el señor Chelán. Era el<br />
mejor cura <strong>de</strong> la diócesis, hombre virluoso y amigo mío <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace<br />
treinta años.