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rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas

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ROJO Y NEGRO 229<br />

Los frias <strong>de</strong> invierno prolongaron el ataque <strong>de</strong> gota que duró<br />

varios meses.<br />

" Puesto que se toma cariño a un lindo perro, ¿ por qué no la he<br />

<strong>de</strong> sentir yo por este abate? <strong>de</strong>cía el marqués, Es muy ori gina l.<br />

Lo trato como a un hijo /. qué inconveniente hay en ello ? Este capricho,<br />

si dura, me costará un brilla nte <strong>de</strong> diez mil francos en mi testa­<br />

mento )J,<br />

Cua ndo el marqués hubo comprendido el carácter tirme <strong>de</strong> su<br />

protegido, le encargó. cada día, un nuevo y más <strong>de</strong>licado negocio.<br />

Julián notó con temor, que a veces aquel gran señor le comunicaba<br />

<strong>de</strong>cisiones contradictorias sobre el mismo asunto. Aquello podía<br />

comprometerlo seriamente. Julián salió <strong>de</strong>l compromiso escribiendo<br />

en un r egistro todas las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong>l marqués, y este las refrendaba .<br />

Julián tenía a sus ór<strong>de</strong>nes un ayudante que transcribía las <strong>de</strong>cisiones<br />

relativas a cada asunto. sobre un registro particular, en el<br />

cllal se copiaban , a<strong>de</strong>más, t odas las cartas.<br />

Aquella i<strong>de</strong>a pareció al principio el colmo <strong>de</strong>l fastidio o <strong>de</strong>l ridículo,<br />

pero en menos <strong>de</strong> dos meses el marqués notó las ventajas que reportaba.<br />

Julián, le propuso que tomara un tenedor <strong>de</strong> libros. <strong>de</strong> una casa<br />

<strong>de</strong> banca, para que llevase, por partida doble. la cuenta <strong>de</strong> todos los<br />

ingresos y <strong>de</strong> t odos los gastos <strong>de</strong> las tierras que Julián estaba encargado<br />

<strong>de</strong> administrar. Estas medidas aclararon <strong>de</strong> tal manera los<br />

asuntos <strong>de</strong>l marqués, que este pudo t ener la satisfacción <strong>de</strong> empren<strong>de</strong>r<br />

directamente, sin valerse <strong>de</strong>l testaferro, que le robaba, algunos nego­<br />

CIOS más.<br />

- Tome tres mil francos para usted, dijo un día a su joven ministro.<br />

- Señor, mi conducta pue<strong>de</strong> ser calumniada.<br />

- ¿ Qué necesita, pues? preguntó el marqués con mal humor.<br />

- Que tenga usted la bondad <strong>de</strong> escribir en el registro, la autorización<br />

para que yo disponga <strong>de</strong> esos tres mil francos.<br />

El marqués con el semblante aburrido. que tenía el marqués <strong>de</strong><br />

Moneada cuando escuchaba las cuentas <strong>de</strong> su inten<strong>de</strong>nte. escribió<br />

la a utorización.<br />

U n día. al finalizar una audiencia matinal, en traje <strong>negro</strong>. Julián<br />

entretuvo al marqués quien le retuvo durante dos horas, y quiso<br />

darle algunos billetes <strong>de</strong> banco que su corredor acaba <strong>de</strong> traerle <strong>de</strong><br />

la Bolsa.<br />

- Espero, señor marqués, no faltar al profundo respeto que le<br />

<strong>de</strong>bo rogandole que me permita <strong>de</strong>cirk dos palabras,

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