11.05.2013 Views

rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas

rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas

rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

ROJO Y NEGRO 13 1<br />

muebles en <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n. Julián, queriendo <strong>de</strong>mostrar a Verneles <strong>de</strong> lo<br />

que era cap az un sacerdote, fué a casa <strong>de</strong> su padre a coger una docena<br />

<strong>de</strong> tablas, que llevó él mismo, sobre sus hombros, a todo lo largo <strong>de</strong> la<br />

calle principal <strong>de</strong> la población. Suplicó a un su antiguo compañero<br />

que le prestara herramientas, y muy pronto construyó una biblioteca<br />

en la que colocó or<strong>de</strong>nadamente los libros <strong>de</strong>l cura .<br />

- Yo pensaba que la vanidad mundana te habría corrompido, le<br />

<strong>de</strong>cía el anciano llorando <strong>de</strong> alegría. Esto rescata la niliería aquella<br />

<strong>de</strong> ser guardia <strong>de</strong> honor, que tantos enemigos te creó.<br />

El señor Renal había or<strong>de</strong>nado a Julián que durmiera en su casa.<br />

Nadie sospechó lo que había sucedido. Al tercer día <strong>de</strong> su llegada,<br />

Julián vió subir hacia su habitación la importante silueta <strong>de</strong>l subprefecto<br />

Maugirón. Solamente al cabo <strong>de</strong> dos horas <strong>de</strong> insípida charla y<br />

<strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s jeremiadas sobre la maldad <strong>de</strong> los hombres, sobre la<br />

falta <strong>de</strong> probidad en los encargados <strong>de</strong> la Administración pública,<br />

los peligros <strong>de</strong> la pobre Francia, etc., etc., vió Julián apuntar el verdad<br />

ero objeto <strong>de</strong> su visita.<br />

Estaban ya en la escalera a la que había acompañado respetuosamente<br />

el pobre preceptor casi caído en <strong>de</strong>sgracia al futuro prefecto<br />

<strong>de</strong> algún dichoso <strong>de</strong>partamento, cuando a este se le ocurrió ocuparse<br />

<strong>de</strong>l porvenir <strong>de</strong> Julián, <strong>de</strong> alabar su mo<strong>de</strong>ración en los asuntos <strong>de</strong><br />

dinero, etc., etc. En fin, el señor Maugirón, abrazándole con aire<br />

paterJ.lal, le propuso que <strong>de</strong>jara al señor Renal y entrara en casa<br />

<strong>de</strong> un funcionario que tenía niños que educar, y que, como<br />

Filipo, daba gracias a Dios, más que por haberle dado la vida, por<br />

haberles permiti do nacer cerca <strong>de</strong> Julián. El preceptor gozaría <strong>de</strong><br />

ochocientos francos pagados, no <strong>de</strong> mes en mes, cosa que no es noble,<br />

sino por trimestres, siempre a<strong>de</strong>lantados.<br />

Era el tumo <strong>de</strong> Julián, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía una hora, oía, aburrido,<br />

aq uellas proposiciones. Su respuesta fu é perfecta, y sobre t odo,<br />

larga como requerla la ocasión; <strong>de</strong>jaba esperanzas para todo, y<br />

nada afirmaba claramente. En su respuesta, se hubiera podido ver<br />

al mismo tiempo, respeto para el señor Renal, veneración para el<br />

pueblo <strong>de</strong> Verrieres, y agra<strong>de</strong>cimiento hacia el señor Maugirón. El<br />

subprefecto, sorprendido <strong>de</strong> encontrar alguien más disimulado que<br />

él mismo, procuró en vano obtener una respuesta catógorica. Encant<br />

ado Julián con la ocasión q ue le daban <strong>de</strong> ejercitar su t alento, empezó<br />

la respuesta, <strong>de</strong> nuevo, con diferentes palabras, para llegar a los<br />

mismos resultados.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!