rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas

ROJO Y NEGRO 261
frecuentemente como le era posible. A Julián le pareció que habla
perdido la joven algo de la perfecta mesura ·que siempre presidía a
todos sus actos ; respondía a sus amigas algunas veces con bromas
tan picantes, que ultrajaba n ; creyó ver que t oma ba a l marqués de
Croisenois, como cabeza de turco. " Preciso es que ese joven t enga
un gra n cariño al dinero, para no d ejar plantada a esa niña, por muy
rica que sea» decla Julián. Y para él, todos los ultrajes que hacían
a la dignidad masculina, aumentaban su frialdad respecto de la
señorita de la M¿le. A menudo, llegó hasta las respuestas poco corteses.
Por muy decidido que estuviera a no ser enga ñado por las señales
de afecto de Matilde, eran estas tan evidentes algunas veces y ella
era tan hermosa, que la energía de Julián se encontraba, en ciertos
momentos, muy comprometida.
« La habilidad y longanimidad de esos jóvenes del gran mundo.
acabarán por triunfa r de mi escasa experiencia, se dijo. Hay que
marcharse y poner término a todo esto. » El marqués acababa de
confia,le la administración de unas cuantas tierras que poseía en
el Languedoc. y un viaje se imponía. El señor de la Mole autorizó
dichc viaje. con mucho sentimiento. Excepto para las altas a mbiciones
del anciano, Julián le había llegado a ser indispensable.
" Al fin y al cabo, no se han burlado de mí. pensaba Julián. mientras
preparaba su viaje; sean ciertas las bromas que la señorita de
la Mole da a esos caballeros o sólo para inspirarme confianza. el hecho
es que yo me he divertido. »
, Si no hay conspiración contra el hijo del carpintero. la señorita
de la Mole es inexplicable. y 10 es t anto para el señor de CT01senois
como para mí. Ayer. por ejemplo, su mal humor era evidente. y he
tenido la satisfacción de verla maltratar al marqués, tan rico y tan
noble como soy pobre y plebeyo. sólo por defenderme. E st e es mi
mayor triunfo ; me distraerá en la silla de posta. durante mi viaje
al Languedoc. »
Había preparado su viaje en secreto. pero Matilde sabía t a n bien
como él. que al día siguiente iba a salir de París para mucho tiempo.
R ecurrió la joven al pretexto de un gran dolor de cabeza. que hacía
mas intenso la cargada ab11ósfera del salón. Salió a l jardín. y acosó
de tal manera con sus impertinencias a su corte de jóvenes y
correctos a migos. que estos se vieron obli gados a marcha rse. En
cambio. miraba á Juliá n de una ma nera extra"a.
" Esa mirada es . quizás una comedia. pensaba Julián. i pero esa