rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas

118 ROJO Y NEGRO
adivinar que Renal ha recibido una carta anónima ! En fin, con la
cara alterada, entregaré a mi marido esta carta que un desconocido
me habrá dado. En cuanto a ti, ve a pasearte acompañado de los
niños por los caminos del bosque, y no vuelvas hasta la hora de
• Desde las rocas puedes ver la torre del palomar de nuestra casa.
Si los asuntos marchan bien, haré aparecer alli un pañuelo blanco, y
en caso contrario, nada.
« ¿ Tu ingrato corazón, encontrará la ocasión de decirme que me
quiere antes de salir para este paseo ? Suceda lo que quiera puedes
est ar seguro de que no viviré ni un día después de nuestra separación
definitiva. I Ah ! I mala madre! I No hagas caso de las palabras que
acabo de escribir, Julián ! No me doy cuenta de ellas, pues solo en t i
puedo pensar en estos instantes. No las he escrito sino para que nc
me creas digna de reproches. Ahora que me veo próxima a perderte
¿ por qué he de ocultar mis sensaciones? Sí; aunque mi alma te
parezca monstruosa, no puedo mentir al hombre que adoro. Te
perdono si no me amas ya. No tengo tiempo de volver a leer mi carta .
E s muy poco, a mi manera de ver, pagar con la vida los momentos
que he pasado entre tus brazos. Tú sabes que me costarán muy
caros. 1I
CAPITULO XXI
DIALOGO CON UN AMO
Con un placer de niño, durante una hora estuvo Julián reuniendo
palabras. Al salir de su habitación, encontró a sus discípulos acompañados
de su madre, quien tomó la carta con una sencillez y un valor
cuya calma le asustó:
I - ¿ Está bastante seca la goma? le preguntó.
¿ Era aquella la mujer a quien el remordimiento volvía loca?
pensó. ¿ qué proyectos combina en estos instantes? Era demasiado
orgulloso para preguntarle nada sobre este particular, pero jamás
le había agradado_tanto,