rojo y negro - Dirección General de Bibliotecas

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conseguía demostrar a Matilde la inocencia de las visitas de la señora
R enal le decía : Ahora la solución del drama está próxima. Es una
e xcusa para mí si no sé fingir m ejor.
La señorita de la Mole supo la muerte del marqués de Croisenois.
El señor de Thaler, aquel joven ta n rico, se había per mitido a lgunos
comentarios desfavorables sobre la desaparición de Matilde. El
señor de Croisenois, le r ogó que los desmintiera; el señor de Thaler ,
le enseñó cartas anónimas dirigidas a él, y llenas de ta les detalles,
que fué imposible al pobre marqués continuar negando la evidencia.
El señor de Thaler , se permitió groseras bromas. Lleno ele cólera
y de mal humor el marqués exigió
tales reparaciones que el millonario
prefirió un duelo. - La
idiotez triunfó, y uno de los hombres
m ás dignos de ser amados,
encontró la muerte antes de los
'Veinti-cuatro años.
Aquella muerte hizo una impresión
extraiia sobre el alma
debilitada de Julián.
- El pobre Croisenois, ha sido
r ealmente muy razonable y muy
honrado con respecto a nosotros,
decía a Matilde. Debió odiar me,
-c uando usted cometía aquellas imprudencias
por mi en el salón de
'su señora madre, y provocarme a
un d ualo ; porque el odio que s ucede ¿ Es posíhle, hijo mio? (Pág. 3?8i
al desprecio es casi siempre furioso.
La muerte del señor de Croisenois, cambió en el espíritu de Julián
todas sus ideas respecto al porvenir de lI'latilde. Empleó varios días
·en demostrarle que debía aceptar la mano del señor de Luz .• Es un
)lOmbre thnido, y a quien indudablemente espera un gra n porvenir,
le decía. Con ambición más sombría y más continua q ue el pobre
'Croisenois, sin ducado, sin fa milia, no opondrá ninguna dificultad
a su matrimonio con la viuda de Sorel,
- y una viuda que desprecia las grandes pasiones, a ñadió con
maldad Matilde ; porque he vivido lo suficiente para ver , después