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Capítulo 3: El fomento de la lectura fuera de la escuela<br />
la motivación por leer más (Cunningham and Stanovich, 1998). Es más, el meta-análisis de Clark y<br />
Rumbold (2006) demostró que leer por placer correlaciona con una mejor comprensión de los textos<br />
y la gramática, una mayor amplitud de vocabulario, más autoconfianza como lector y mayor placer<br />
por seguir leyendo a lo largo de toda la vida.<br />
Al tratar de responder a la pregunta de por qué algunas personas disfrutan de la lectura en el tiempo<br />
libre más que otras, algunos investigadores y profesionales han señalado la importancia de la motivación<br />
por leer. Guthrie and Wigfield (2000, p. 405) han definido la motivación hacia la lectura como<br />
“las metas, valores y creencias personales de cada individuo con respecto a los temas, procesos y<br />
resultados de la lectura”. Sostienen que la motivación por leer juega un papel muy importante en el<br />
llamado “efecto Matthew” (Stanovich, 1986): mejorar la competencia es en sí mismo motivador y una<br />
elevada motivación lleva a leer más, lo que, de nuevo, mejora el rendimiento.<br />
La motivación por leer viene determinada por el ambiente de lectura y la cultura que rodea al lector. Strommen<br />
y Mates (2004) descubrieron que los niños y los adolescentes que practican la lectura como una actividad<br />
de ocio se ven a sí mismos como una comunidad de lectores que interactúan socialmente alrededor<br />
de los libros y comparten su amor por la lectura. De hecho, la mejor manera en que otros lectores, como<br />
los padres, los amigos y los profesores, pueden transmitir los hábitos de lectura es convirtiendose en modelos<br />
del placer que puede obtenerse de la lectura (Sheldrick-Ross, McKechnie y Rothbauer, 2005).<br />
La elección del material de lectura también está relacionada con la motivación (Krashen, 1993), así<br />
como con el rendimiento (Hung, 1996, 1997). Los estudios han demostrado que fuera de la escuela<br />
los niños y los adolescentes leen muy distintos tipos de material escrito, incluso algunos que tradicionalmente<br />
no se han considerado material de lectura. Por ejemplo, el informe Reading Connects elaborado<br />
por la Fundación Nacional para la Alfabetización del Reino Unido (Clark and Foster, 2005)<br />
demostró que las revistas, páginas webs, mensajes de texto y libros/revistas sobre programas de TV<br />
eran las lecturas más populares entre los alumnos fuera del centro escolar. Más de la mitad de los<br />
alumnos también afirmó que leían emails, novelas, comics y periódicos de manera regular.<br />
Los informes internacionales de evaluación del rendimiento del alumnado (por ejemplo PISA y PIRLS)<br />
permiten realizar comparaciones entre la dedicación a la lectura, la elección del material de lectura y<br />
la frecuencia de lectura por parte los alumnos de los diferentes países. En el epígrafe siguiente se<br />
destacan las principales conclusiones y algunas diferencias importantes que se han encontrado entre<br />
los países europeos (ver epígrafe 3.2).<br />
El papel de los sistemas multimedia<br />
Los hábitos de lectura en los niños y adolescentes están sufriendo cambios. Ha habido un giro importante<br />
ya que el modelo tradicional de lectura de libros por placer ya no es la única forma de leer,<br />
actualmente internet y otros sistemas multimedia ofrecen nuevas oportunidades de lectura. Los ordenadores<br />
y otros soportes, en los que se pueden presentar conjuntamente textos, fotos, películas y<br />
sonidos, constituyen nuevas herramientas que pueden apoyar el desarrollo de las destrezas lectoras<br />
de los niños.<br />
Un reciente estudio llevado a cabo en el Reino Unido (Clark, Osborne and Dugdale, 2009) demuestra<br />
que los materiales presentados en soportes tecnológicos son los que se leen con mayor frecuencia;<br />
cerca de dos terceras partes de los niños y adolescentes leen páginas web todas las semanas. Los<br />
alumnos de secundaria leen más este tipo de materiales que los alumnos de primaria, en particular,<br />
páginas web, blogs y secciones de las redes sociales.<br />
Algunos estudios demuestran que el uso temprano del ordenador es beneficioso para el desarrollo<br />
cognitivo y psicológico del niño. Haugland (1992) descubrió que los niños expuestos a programas informáticos<br />
apropiados para ellos, mostraron un aumento significativo en sus destrezas cognitivas,<br />
verbales y no-verbales. Li y Atkins (2004), en un estudio que controló variables como las diferencias<br />
evolutivas del niño y el estatus socio-económico de la familia, descubrieron que el uso de ordenadores<br />
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