ST13-Estrategia para el manejo de suelos.pdf - Unesco
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9. Los daños que pue<strong>de</strong> originar un evento extremo, que no puedan ser evitados con una<br />
a<strong>de</strong>cuada cubierta vegetal <strong>de</strong> la cuenca, se compensan con creces por los beneficios que<br />
esta misma cubierta vegetal genera día a día y durante los eventos <strong>de</strong> reducida magnitud.<br />
10. La <strong>el</strong>evada magnitud <strong>de</strong> los daños que tienen lugar en la cuenca vertiente durante un<br />
evento extremo, no se <strong>de</strong>be tanto a la ausencia d<strong>el</strong> bosque en sí, sino a la ocupación <strong>de</strong> las<br />
áreas <strong>de</strong> inundación por la población y sus infraestructuras.<br />
6.2. LA REPERCUSIÓN DE LAS CUBIERTAS ARBOLADAS EN LAS<br />
DISPONIBILIDADES HÍDRICAS DE LA CUENCA VERTIENTE EN LOS<br />
PERIODOS QUE TRANSCURREN ENTRE EVENTOS TORRENCIALES<br />
Como se ha indicado en <strong>el</strong> apartado 2.5, en <strong>el</strong> panorama actual diversos investigadores han<br />
constatado que la transformación <strong>de</strong> extensas superficies <strong>de</strong> una cuenca vertiente <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>sarboladas a arboladas o viceversa, modifica <strong>el</strong> estado <strong>de</strong> las disponibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> agua en las<br />
diferentes áreas <strong>de</strong> ésta. Este aspecto tiene especial repercusión en la or<strong>de</strong>nación agrohidrológica<br />
<strong>de</strong> la cuenca vertiente, pues condiciona <strong>el</strong> posible aprovechamiento d<strong>el</strong> recurso<br />
agua por sus pobladores. Para su análisis, en <strong>el</strong> presente texto se ha recurrido a los resultados<br />
obtenidos <strong>de</strong> las experiencias realizadas en cuencas com<strong>para</strong>das, adoptándose <strong>para</strong> <strong>el</strong>lo <strong>el</strong><br />
planteamiento seguido por Adréassian (2004), que establece las dos situaciones siguientes: a)<br />
<strong>el</strong> efecto <strong>de</strong> la <strong>de</strong>forestación en la cuenca vertiente y b) <strong>el</strong> efecto <strong>de</strong> la recuperación <strong>de</strong> la<br />
cubierta arbolada en la cuenca vertiente tras su <strong>de</strong>forestación.<br />
Respecto <strong>de</strong> la primera situación, resulta obvio que la <strong>de</strong>forestación aumenta las escorrentías<br />
(interpretado como agua disponible), mientras que la repoblación lo disminuye; pero también<br />
se observa que los resultados son extremadamente dispersos y parece conveniente señalar que<br />
en <strong>el</strong> análisis no se hace referencia a lluvias torrenciales, ni se contemplan los efectos geotorrenciales.<br />
En cualquier caso, las experiencias en cuencas com<strong>para</strong>das evi<strong>de</strong>ncian que <strong>el</strong><br />
consumo <strong>de</strong> agua por <strong>el</strong> bosque es importante; por lo que <strong>el</strong> bosque en sí no supone una mayor<br />
disponibilidad <strong>de</strong> recursos hídricos <strong>de</strong> forma inmediata, sino más bien lo contrario. Por tanto, si<br />
lo que se preten<strong>de</strong> es disponer a corto plazo <strong>de</strong> la mayor proporción d<strong>el</strong> volumen <strong>de</strong> agua<br />
recibida en la cuenca a través <strong>de</strong> las precipitaciones, las formaciones vegetales <strong>de</strong> menor<br />
consumo <strong>de</strong> agua, como los pastizales, favorecen la escorrentía superficial y con <strong>el</strong>lo su posible<br />
almacenamiento y consiguiente aprovechamiento.<br />
Atendiendo a la segunda situación, las investigaciones en cuencas com<strong>para</strong>das han evi<strong>de</strong>nciado<br />
que la única forma <strong>de</strong> mantener <strong>de</strong>sforestada una cuenca es actuando permanentemente sobre<br />
<strong>el</strong>la, pues <strong>de</strong> otro modo ésta vu<strong>el</strong>ve a cubrirse con la aparición <strong>de</strong> los sucesivos estadios<br />
evolutivos <strong>de</strong> la vegetación climácica; salvo que se trate <strong>de</strong> cuencas con un alto grado <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>gradación en su cubierta vegetal. Diversos investigadores han establecido que <strong>el</strong> efecto <strong>de</strong> la<br />
<strong>de</strong>forestación en <strong>el</strong> incremento <strong>de</strong> la escorrentía en la cuenca tiene una duración entre los 10-20<br />
años <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su tratamiento, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> las especies y <strong>de</strong> las condiciones climáticas <strong>de</strong> la<br />
estación; transcurrido dicho periodo, <strong>el</strong> incremento <strong>de</strong> la escorrentía prácticamente se anula.<br />
Andréassian (2004), estudiando los efectos <strong>de</strong> la repoblación forestal en <strong>el</strong> régimen<br />
hidrológico <strong>de</strong> una cuenca vertiente <strong>de</strong> carácter agrícola que había sido repoblada; comprobó<br />
que en los primeros años tras la repoblación la reducción <strong>de</strong> las escorrentías era muy rápida,<br />
pero que ésta se iba amortiguando <strong>para</strong> estabilizarse a partir <strong>de</strong> los 10-15 años; tendiendo a la<br />
normalización <strong>de</strong> las escorrentías conforme <strong>el</strong> arbolado <strong>de</strong> la repoblación se consolidaba, lo<br />
que apunta a que <strong>el</strong> consumo <strong>de</strong> agua en los bosques maduros se reduce.<br />
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