20.10.2014 Views

ST13-Estrategia para el manejo de suelos.pdf - Unesco

ST13-Estrategia para el manejo de suelos.pdf - Unesco

ST13-Estrategia para el manejo de suelos.pdf - Unesco

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

sus primeros trabajos y, sobre todo, a partir <strong>de</strong> que estableciera <strong>el</strong> concepto <strong>de</strong><br />

evapotranspiración potencial. (1948). Dichas ecuaciones son sencillas, expresadas en función<br />

<strong>de</strong> parámetros físicos y las comprobaciones <strong>de</strong> las mismas se han realizado mediante<br />

lisímetros. Entre las ecuaciones que se han venido utilizando <strong>para</strong> <strong>de</strong>terminar la<br />

evapotranspiración potencial se recuerdan la d<strong>el</strong> propio Thornthwaite (1948); Penman (1948)<br />

o Blaney & Criddle (1950), esta última estima concretamente las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> agua <strong>para</strong> los<br />

cultivos. Un paso realmente importante tiene lugar cuando se analizan las disponibilida<strong>de</strong>s<br />

hídricas <strong>de</strong> una estación a través <strong>de</strong> balances, entre <strong>el</strong> agua incorporada a la misma<br />

(precipitaciones) y <strong>el</strong> agua extraída <strong>de</strong> <strong>el</strong>la (evapotranspiración); apoyándose en este esquema<br />

<strong>de</strong> balance hídrico Thornthwaite & Mather (1955) <strong>de</strong>finen <strong>el</strong> concepto y significado <strong>de</strong> la<br />

evapotranspiración real y establecen un procedimiento <strong>para</strong> su cálculo. Turc (1961),<br />

experimentando en diferentes regiones <strong>de</strong> Francia, Escocia y África d<strong>el</strong> norte, estableció una<br />

ecuación <strong>para</strong> estimar la evapotranspiración potencial y también una expresión <strong>para</strong> establecer<br />

<strong>el</strong> déficit <strong>de</strong> escorrentía. En la actualidad está generalizado <strong>el</strong> uso <strong>de</strong> la ecuación <strong>de</strong> Penman-<br />

Monteith (1965, 1973).<br />

En <strong>el</strong> ámbito forestal, dado que en la inmensa mayoría <strong>de</strong> las repoblaciones forestales no se<br />

plantea <strong>el</strong> riego, los criterios <strong>para</strong> asegurarse que la plantación satisface sus necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

agua en <strong>el</strong> monte, se han orientado en la búsqueda <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> equilibrio climavegetación<br />

en función <strong>de</strong> parámetros fito-climáticos; apoyándose <strong>para</strong> comprobarlo en <strong>el</strong><br />

comportamiento vegetativo <strong>de</strong> las propias plantas instaladas en <strong>el</strong> monte con la reforestación<br />

(cuanto mejores sean las condiciones d<strong>el</strong> medio, <strong>de</strong>finidas con parámetros fito-climáticos, <strong>para</strong><br />

acoger a dichas plantas; mejor será <strong>el</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las mismas, que se podrá estimar en<br />

función <strong>de</strong> su propio crecimiento en <strong>el</strong> monte).<br />

Esta forma <strong>de</strong> concebir <strong>el</strong> problema, favoreció que entre los s<strong>el</strong>vicultores se recurriera a las<br />

experiencias <strong>de</strong> los fito-climatólogos, e incluso que <strong>el</strong>los mismos contribuyeran al <strong>de</strong>sarrollo y<br />

complementación <strong>de</strong> esta línea <strong>de</strong> experimentación. Los fito-climatólogos (cuyos trabajos son<br />

coetáneos con los autores anteriores) tratan <strong>de</strong> <strong>de</strong>finir los climas d<strong>el</strong> planeta y su r<strong>el</strong>ación con<br />

la vegetación que los caracteriza (vegetación climácica) en función <strong>de</strong> unos índices, que se<br />

fundamentan principalmente en las variables <strong>de</strong> temperatura y precipitación mensuales y en<br />

otros parámetros r<strong>el</strong>acionados con <strong>el</strong>las, como los días <strong>de</strong> h<strong>el</strong>ada, periodo <strong>de</strong> sequía, etc.;<br />

comprobando los resultados atendiendo al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la vegetación (por ejemplo,<br />

crecimiento <strong>de</strong> las plantas en m 3·ha -1 ) en la propia estación <strong>para</strong> la que se establecen los<br />

índices; pero sobre todo en <strong>el</strong> tipo <strong>de</strong> la vegetación existente.<br />

Esta dicotomía, consecuencia <strong>de</strong> las diferentes labores culturales que se practican en la<br />

agricultura y en la s<strong>el</strong>vicultura, ha condicionado su diferente <strong>de</strong>sarrollo en cuanto a los<br />

mod<strong>el</strong>os <strong>para</strong> estimar las necesida<strong>de</strong>s hídricas en cada una <strong>de</strong> <strong>el</strong>las. Pero tanto Thornthwaite,<br />

como Turc y Penman, utilizaron las ecuaciones obtenidas en sus investigaciones <strong>para</strong> plantear<br />

diferentes aproximaciones climáticas; en este contexto se plantea un punto <strong>de</strong> convergencia<br />

con las formulaciones realizadas por los fito-climatólogos, aunque en sus planteamientos<br />

iniciales las diferencias resulten significativas.<br />

Entre los primeros fito-climatólogos se cita a Gaussen (1955) que establece una clasificación<br />

climática basada en lo que <strong>de</strong>nominó curvas ombrotérmicas. Sus trabajos permitieron a Walter<br />

& Lieth (1960) <strong>de</strong>finir sus Climodiagramas. A su vez, las investigaciones <strong>de</strong> estos últimos<br />

permitieron a Allúe (1966) abordar <strong>el</strong> estudio d<strong>el</strong> fito-clima <strong>de</strong> la España peninsular, basándose<br />

en <strong>el</strong> criterio <strong>de</strong> las subregiones fitoclimáticas. La continuación <strong>de</strong> sus investigaciones permitió<br />

a Allúe (1990) aportar una versión ampliada y mejorada <strong>de</strong> sus resultados anteriores. En la<br />

62

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!