21.01.2015 Views

Musica para camaleones

Musica para camaleones

Musica para camaleones

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

PEARL (echándome una ojeada, lanzando luego una sonrisa radiante): ¡Pero, chico!<br />

¿Qué haces escondiéndote ahí<br />

TC (haciéndole señas <strong>para</strong> que se acerque más; hablando en susurros): Escucha,<br />

Pearl. Estoy en un lío tremendo.<br />

PEARL (inmediatamente seria, porque es una mujer muy inteligente y en seguida<br />

entendió que, fuera lo que fuese, no se trataba de nada divertido): Cuéntamelo.<br />

TC: ¿Vas en ese avión a Nueva York<br />

PEARL: SÍ, todos nosotros vamos.<br />

TC: Debo cogerlo, Pearl. Tengo billete. Pero hay dos tipos en la puerta que están<br />

esperando detenerme.<br />

PEARL: ¿Qué tipos (Se los señalé.) ¿Cómo pueden detenerte<br />

TC: Son detectives. Pearl, no tengo tiempo de explicártelo.<br />

PEARL: No tienes nada que explicar.<br />

(Inspecciona su grupo de coristas, jóvenes y guapos; tiene media<br />

docena. Recuerdo que a Pearl siempre le gusta viajar con mucha<br />

compañía. Le indica a uno de ellos que se acerque a nosotros; es un<br />

tipo elegante, que lleva un sombrero amarillo de vaquero, una<br />

camiseta que dice CHUPA, MALDICIÓN, NO SOPLES, una cazadora de<br />

cuero blanca con forro de armiño, pantalones amarillos de baile (1940<br />

circa), y zapatos amarillos de cuña.)<br />

Este es Jimmy. Es un poco más alto que tú, pero creo que todo te vendrá bien.<br />

Jimmy, lleva a este amigo mío al lavabo de caballeros y cámbiate de ropa con él. No<br />

abras la bocaza, Jimmy, sólo haz como te dice Pearlie Mae. Os esperaremos aquí<br />

mismo. ¡Vamos, de prisa! Diez minutos más y perderemos ese avión.<br />

(La distancia entre la cabina telefónica y el lavabo de caballeros fue<br />

una carrera de diez yardas. Nos encerramos en un retrete de pago e<br />

iniciamos nuestro intercambio de ropa. Jimmy lo consideraba<br />

fenomenal: se reía nerviosamente, como una colegiala que acabara de<br />

fumarse su primer porro. Dije: «¡Pearl! Eso sí que ha sido un milagro.<br />

Nunca me he sentido tan feliz de ver a alguien. Nunca.» Jimmy dijo:<br />

«¡Oh! Miss Bailey tiene espíritu. Es todo corazón, ¿sabe lo que quiero<br />

decir Todo corazón.»<br />

Hubo una época en que no habría estado de acuerdo con él, una<br />

época en que habría descrito a Pearl Bailey como una puta sin<br />

corazón. Era cuando ella representaba el papel de madame Fleur, el<br />

personaje principal de House of Flowers, una comedia musical cuyo<br />

libreto había escrito yo y, junto con Harold Arlen, compuesto la<br />

música. Hubo muchos hombres de talento aplicados en aquel empeño:<br />

el director era Peter Brook; el coreógrafo, George Ballanchine; Oliver<br />

Messel era autor del legendario y fascinante decorado y de los trajes.<br />

Pero Pearl Bailey estuvo tan firme, tan determinada a hacerlo a su<br />

modo, que dominó toda la producción hasta casi perjudicarla. No<br />

obstante, vivir <strong>para</strong> ver, se perdona y se olvida; <strong>para</strong> cuando la<br />

comedia terminó sus representaciones en Broadway, Pearl y yo<br />

éramos amigos de nuevo. Además, de su arte como actriz, acabé<br />

respetando su temperamento; de vez en cuando podía ser desagradable<br />

de tratar, pero desde luego tenía carácter: una mujer que sabía quién<br />

era y el terreno que pisaba.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!