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Sandy Cove, se había ocultado entre los árboles, debajo del terraplén, amenazado a<br />
Addie con un revólver y la había agarrado, ahogándola.)<br />
FRED: Ésa es la historia de Jake.<br />
TC: No.<br />
FRED: ¿Es algo que imaginaste tú<br />
TC: Más o menos.<br />
FRED: Igual, es la historia de Jake. Espera, tengo que sonarme la nariz.<br />
TC: ¿Qué quieres decir con eso de que "es la historia de Jake"<br />
FRED: Como te dije, debe haber algo de verdad en esto de la telepatía. Con algún<br />
detalle más o menos, es la historia de Jake. Hizo un informe <strong>para</strong> el Departamento, y me<br />
mandó una copia. Y así es como reconstruyó los hechos. Quinn vio el auto, las siguió...<br />
(Fred continuó. Sentí una oleada de vergüenza. Me sentí como un escolar al que<br />
descubren copiando en un examen. Irracionalmente, en lugar de echarme la culpa, se la<br />
endilgué a Jake. Estaba enojado con él por no haber provisto una solución coherente<br />
abatido porque sus conjeturas no fueran mejores que las mías. Confiaba en Jake, el<br />
profesional, y me sentía deprimido al ver fluctuar esa confianza. Pero era un invento tan<br />
descabellado, todo esto de Quinn, Addie y la cascada. Aun así, a pesar de los<br />
comentarios destructivos de Fred Wilson. Yo sabía que la fe básica que yo tenía en Jake<br />
era justificada.) El Departamento está en una situación difícil. Tienen que sacar a Jake<br />
de este caso. Él se ha descalificado a sí mismo. ¡Oh, luchará contra ellos! Pero es por su<br />
propia reputación. Por seguridad también. Una noche, después que murió su novia, me<br />
llamó a las cuatro de la mañana. Más borracho que cien indios bailando en un maizal.<br />
Todo se reducía a que iba a desafiar a Quinn a un duelo. Lo llamé <strong>para</strong> ver cómo estaba<br />
al día siguiente. El hijo de puta ni siquiera se acordaba de que me había llamado.<br />
La ansiedad, como dice cualquier psiquiatra costoso, es causada por la depresión,<br />
pero la depresión, como dirá el mismo psiquiatra en una segunda visita, después que se<br />
ha pagado otra sesión, es causada por la ansiedad. Toda esa tarde giré en ese monótono<br />
círculo vicioso. Para la noche, los dos demonios se habían combinado. Mientras la<br />
ansiedad copulaba con la depresión, yo miraba la controvertida invención de Mr. Bell<br />
temiendo el momento de llamar al hotel Prairie y oír que Jake me decía que el<br />
Departamento lo había retirado del caso. Por supuesto, podría haberme sentido mejor<br />
después de una buena comida, pero ya había abolido el hambre comiendo la torta de<br />
chocolate con la cobertura de hongos. También podría haber ido a ver una película y<br />
fumado un cigarrillo de marihuana. Pero cuando uno se siente así, el único remedio es<br />
llevarle la corriente: aceptar la ansiedad, seguir deprimido, relajarse, dejarse llevar<br />
donde sea.<br />
OPERADORA: Buenas noches, motel Prairie. ¿Mr. Pepper Eh, Ralph, ¿has visto a<br />
Jake Pepper ¿En el bar Hola, la persona que llama está en el bar. Lo conecto.<br />
TC: Gracias.<br />
(Recordé el bar del Prairie; a diferencia del motel, tenia cierto encanto, propio de<br />
una tira cómica. Los clientes eran vaqueros, las paredes de cuero crudo, decoradas con<br />
pósteres de chicas y sombreros mexicanos; el baño de hombres era <strong>para</strong> TOROS,<br />
mientras que el de mujeres decía BELLAS. Había un tocadiscos automático con música<br />
del oeste. Al oír esa música, me di cuenta de que el barman me había contestado.)<br />
BARMAN: ¡Jake Pepper! ¡Lo llaman por teléfono! Hola, señor, quiere saber quién<br />
es.<br />
TC: Un amigo de Nueva York.<br />
VOZ DE JAKE (lejana, cada vez más fuerte, a medida que se acerca al teléfono):<br />
Claro que tengo amigos en Nueva York. En Tokio, Bombay. ¡Hola, amigo de Nueva<br />
York!