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Musica para camaleones

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verdad les gusta. ¿Qué tienen de malo los negros Yo soy negra y católica, y estoy<br />

orgullosa de afirmarlo.»<br />

Conozco a Mary Sánchez desde 1968, y ha trabajado periódicamente <strong>para</strong> mí<br />

durante todos estos años. Es concienzuda, y se toma un interés más que circunstancial<br />

por sus clientes, a bastantes de los cuales apenas ha visto o no conoce en absoluto,<br />

porque muchos de ellos son trabajadores solteros y mujeres que no están en casa cuando<br />

ella va a limpiarles el piso; se comunica con ellos, y ellos con ella, por medio de notas:<br />

«Mary, por favor, riegue los geranios y dé de comer al gato Espero que se encuentre<br />

bien. Gloria Scotto.»<br />

Una vez le sugerí que me gustaría seguirla durante el transcurso de un día de<br />

trabajo, y ella dijo que de acuerdo, que no veía nada malo en ello y que, en realidad,<br />

disfrutaría de mi compañía: «A veces, éste puede ser un trabajo bastante solitario.»<br />

Y por eso es por lo que caminamos juntos en esta mañana de abril pasada por agua.<br />

TC: ¿Qué demonios lleva usted en este capacho<br />

MARY: Vamos, démelo. No quiero que maldiga.<br />

TC: No. Lo siento. Pero pesa.<br />

MARY: Quizá sea la plancha.<br />

TC: ¿Plancha usted la ropa Nunca plancha la mía.<br />

MARY: ES que alguna de esa gente no tiene utensilios Por eso tengo que cargar con<br />

tantas cosas. Yo les dejo notas: compre esto, compre lo otro. Pero se olvidan. Es como<br />

si toda mi gente estuviera absorta en sus problemas. Como ese míster Trask, a cuya casa<br />

vamos. Lo tengo desde hace siete u ocho meses, y aún no lo conozco. Pero bebe<br />

demasiado, su mujer lo abandonó por eso y debe facturas en todas partes, y si alguna<br />

vez contesto al teléfono, es alguien que trata de cobrar. Sólo que ahora le han cortado el<br />

teléfono.<br />

(Llegamos a la dirección, y de su bolso de bandolera saca un enorme<br />

aro metálico en el que tintinean docenas de llaves. El edificio, de color<br />

pardo rojizo, tiene cuatro pisos con un ascensor diminuto.)<br />

TC (después de entrar y echar una ojeada al piso de Trask Una habitación de gran<br />

tamaño con verduzcas paredes de color arsénico, una cocina pequeña y un cuarto de<br />

baño con un retrete roto que mana constantemente): Hmm. Ya entiendo lo que quiere<br />

decir. Este tipo tiene problemas.<br />

MARY (abriendo un armario viscoso y lleno de ropa <strong>para</strong> lavar con olor a sudor):<br />

¡Ni una sábana limpia en esta casa! ¡Y mire esa cama! ¡Mayonesa! ¡Chocolate! Migas,<br />

migas, chicle, colillas de cigarrillos. ¡Lápiz de labios! ¿Qué clase de mujer estaría<br />

dispuesta a meterse en una cama como ésta No he podido cambiar las sábanas durante<br />

semanas. Meses.<br />

(Enciende varias lám<strong>para</strong>s con las pantallas torcidas; y mientras se<br />

afana en organizar el desorden circundante, observo la estancia con<br />

mayor cuidado. En realidad, parece que un ladrón la hubiese<br />

saqueado, dejando algunos cajones de la cómoda abiertos y otros<br />

cerrados. Encima de la cómoda hay una fotografía con marco de cuero<br />

de un hombre rechoncho y moreno y de una rubia desdeñosa de la

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