60 ISABEL SERRANO PINTADOque controlen el comportamiento de los alumnos. En este sentido, numerosos estudios handemostrado que el entrenamiento en el manejo de técnicas de modificación de conductaproporciona a los profesores un mayor conocimiento del origen y mantenimiento de las conductasinadaptadas de sus alumnos, y les enseña una serie de estrategias que les permiten,por un lado, conseguir un mayor control de la clase, y por otro, establecer un clima escolarpositivo, en el que se optimice el proceso de enseñanza-aprendizaje. O bien, entrenando alos padres en el control del comportamiento de los hijos. El entrenamiento de padres en habilidadesparentales y en el manejo de técnicas de modificación de conducta se ha mostradomuy eficaz para lograr la reducción y/o eliminación del comportamiento desobediente yagresivo de niños y adolescentes (McMahon, 1991; Toro, 1984; De Nicolás y Lozaiga, 1993;Olivares y García, 1997; García, Olivares y Rosa, 1997). Estamos de acuerdo, pues, conCarrobles y Pérez-Pareja (1999) cuando afirman que con el estudio y puesta en práctica delos métodos y principios que se presentan en los programas de entrenamiento, los padresaprenden a influir positivamente en la conducta de sus hijos, y por tanto, en su desarrollo.Sin embargo, la mayoría de las veces se han realizado estos entrenamientos aisladamente.Y consideramos que actuar aisladamente en un único factor no nos asegura el éxito.Además, cuando se ha ayudado a estos sectores, padres y profesores, ha sido en el contextode prevención secundaria. Pues se les enseña y ayuda a corregir los comportamientos,cuando éstos ya ocurren. No es frecuente que se les entrene formalmente para realizar funcionesde prevención primaria.Como indicamos anteriormente, a pesar de que, efectivamente, una gran parte del comportamientoagresivo puede tener su origen en un déficit en las habilidades sociales o desolución de problemas interpersonales, la consideración del resto de los factores implicadosen el mismo nos permite afirmar que no siempre resultan suficientes si no lo acompañamosde un entrenamiento adecuado de los principales agentes implicados en el proceso educativo,como son los padres y los profesores. En este sentido, estamos de acuerdo con la propuestaque Olivares, Méndez y Macià (1997) hacen en el modelo tetrádico deevaluación/intervención (modificado de Silva y Moro, 1994), según el cual la intervencióncon niños y adolescentes debe suponer una interrelación entre todos y cada uno de los elementosque lo integran, cuando en el origen y mantenimiento del problema puedan estarimplicados tanto el medio escolar como el familiar.Partiendo de esta idea, consideramos que la manera más adecuada de intervenir y prevenirimplica la puesta en marcha de programas multicomponentes que incluya un entrenamientode padres y profesores en técnicas adecuadas para controlar el comportamiento agresivo,así como un entrenamiento dirigido a los agentes principalmente implicados, padres,maestros y alumnos, en habilidades sociales. De este modo, los padres y los maestros estaránen disposición de modelar comportamientos alternativos a la agresión ante situaciones conflictivas,así como de potenciar la emisión de conductas incompatibles con la agresividad altiempo que reduzcan la probabilidad de ocurrencia de comportamientos agresivos, sin deteriorarlas relaciones educadores-educandos.A las ventajas que este tipo de intervenciones tiene por separado, hemos de añadir la dela homogeneización de las estrategias educativas de padres y profesores, algo enormementebeneficioso para el individuo infantil o adolescente, y nada fácil de conseguir en la mayoríade las ocasiones, tal y como está planteado el sistema educativo.Los resultados de las investigaciones (Serrano y Sánchez, 2002) llevadas a cabo paraprobar la eficacia de este tipo de programas multicomponentes, han demostrado que su aplicaciónno sólo es viable, sino que resulta muy beneficiosa de cara a la mejora del comportamientode los alumnos y el clima social escolar y familiar.
AGRESIVIDAD Y PROBLEMAS DE CONDUCTA EN EL AULA 61REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICASBandura, A. (1969). Principios de Modificación de Conducta. Salamanca: Ediciones Sígueme.Carrobles, J. A. y Pérez-Pareja, J. (1999). Escuela de padres. Guía práctica para evitar problemas deconducta y mejorar el desarrollo infantil. Madrid: Pirámide.Cerezo, F. (1996). Agresividad social entre escolares. La dinámica bully.víctima. Servicio de publicacionesde la Universidad de Murcia.Cerezo, F. (1997). Conductas agresivas en la edad escolar. Aproximación teórica y metodológica. Propuestasde intervención. Madrid: Pirámide.Del Campo, J. (1996). La disciplina en el aula. En M. Álvarez y R. Bisquerra, Manual de orientación ytutoría. Barcelona: Praxis.De Nicolás, L. y Loizaga, F. (1993). Los Programas de entrenamiento de padres (Actualidad y panoramabibliográfico). Letras de Deusto, 57, 109-129.Díaz-Aguado, M. J. (1986). El papel de la interacción entre iguales en la adaptación escolar y el desarrollosocial. Madrid: CIDE.Eron, L.D., Huesman, L. R., Lefkowitz, M. M. y Walter, L. O. (1987). Agression and its correlates over22 years. En D. Crowell, I. Evans y C. O’Donnell (Eds.), Childhood agresión and violence. NewYork: Plenum.Fernández, I. (1998). Prevención de la violencia y resolución de conflictos. El clima escolar como factorde calidad. Madrid: Narcea.García, L. J., Olivares, J. y Rosa, A. I. (1997). Un Análisis psicométrico sobre el entrenamiento a padresen España. Psicología Conductual, 5 (2), 191-198.Marchesi, A. (2000). Controversias en la educación española. Madrid, Alianza Editorial.McMahon, R. J. (1991). El Entrenamiento de padres. En V. Caballo, Manual de Técnicas de Terapia yModificación de Conducta. Madrid: Siglo XXI.Melero, J. (1993). Conflictividad y violencia en los centros escolares. Madrid: Siglo XXI.Monjas, I. (1996). Programa de enseñanza de habilidades de interacción social. Madrid: CEPE.Olivares, J. y García, L. J. (1997). Una revisión del estado actual de la literatura española sobre elentrenamiento a padres. Psicología Conductual, 5 (2), 177-190.Olivares, J., Méndez, F.X. y Mácià, D. (1997). Tratamientos conductuales en la infancia y la adolescencia.Madrid: Pirámide.Pelechano,V. (1979). Psicología Comunitaria en EGB. Valencia: Alfaplús.Pérez Pareja, F. J. (1993). Descripción de variables conductuales y su relación con la prevención inespecíficaen niños en edad escolar (EGB). En F. X. Méndez., D. Macià y J. Olivares, Intervenciónconductual en contextos comunitarios I. Programas aplicados de tratamiento. Madrid: Pirámide.Saldaña, C. (2001). Detección y prevención en el aula de los problemas de los adolescentes. Madrid:Pirámide.Sharp, S. y Smith, P. K. (1994). Tacking Bullying in your school. A practical handbook for teachers.London: Routledge.Serrano, I. (1996). Agresividad infantil. Madrid: Pirámide.Serrano, I. y Sánchez, Y. N. (2002): Desarrollo de un programa multicomponente en el ámbito infantily adolescente. Análisis y Modificación de Conducta.Silva, F. Y Moro, M. (1994). Evaluación conductual en niños y adolescentes. En R. Fernández-Ballesteros(Ed.), Evaluación conductual hoy. Un enfoque para el cambio en psicología clínica y de lasalud. Madrid: Pirámide.