CEPAL – Colección Documentos de proyectosAlianzas público-privadas para una nueva visión estratégica del desarrolloestos fines se fomentó la inversión extranjera, para lo cual en 1965 se promulgó la ley de empresasinternacionales (International Business Company Act), que otorgaba incentivos tributarios a lainversión (CEPAL, 2005; Artana, Auguste y Downes, 2008 y Springer, 2008). En este período existíaamplio consenso sobre la importancia de la apertura económica y de la atracción de IED.En la década de 1970 los gobiernos de la isla procuraron desarrollar la industria livianacon el fin de crear las condiciones para una mayor absorción de mano de obra. Sin embargo,el retiro de Intel a mediados de los años ochenta dio un vuelco a la estrategia y los esfuerzosapuntaron entonces al fortalecimiento de la industria financiera. El acuerdo al respecto firmadocon los Estados Unidos dio mucho empuje a esta estrategia, pero ello no evitó que a comienzos dela década de 1990 el país cayera en una profunda crisis de balanza de pagos que, sin embargo, fueenfrentada con éxito mediante la concertación social que se examinará más adelante. En los añosnoventa la estrategia se orientó a la consolidación de una plataforma de negocios internacionales,lo que implicó la reformulación de la International Business Company Act y el diseño de unalegislación complementaria para la atracción de IED.El Plan estratégico nacional de Barbados (2005-2025) consta de los siguientes seis objetivosgenerales: desatar el espíritu de la Nación; idear un nuevo gobierno para tiempos nuevos; construircapital social; fortalecer la infraestructura física y preservar el medio ambiente; elevar la prosperidady la competitividad del país y expandir globalmente la marca Barbados. Cada uno de los seis objetivosde la estrategia está desglosado en objetivos secundarios, los cuales tienen estrategias y metastambién muy generales, aunque en unos pocos casos se proponen indicadores finales para verificar elcumplimiento de las metas (véase el anexo).De la lectura del plan de Barbados se desprende que, como en el caso de México que seanalizará a continuación, constituye un marco general en el que se llevan adelante las políticas,lo que significa que estas se estructuran en torno a aspiraciones relativamente generales sobre eldesarrollo de una economía moderna y competitiva, pero que no están expresadas en un plan deacción operacional. Si se reconoce que la estrategia y sus acciones específicas son dos elementosindisolubles e indispensables para cumplir una aspiración, no es sorprendente que en este caso losresultados concretos sean a menudo limitados.El Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 de México es otro buen ejemplo de falta deconcreción de la estrategia adoptada, lo que también se observa en algunos casos anteriores (Presidenciade la República de México, 2007b). El Plan fue elaborado con un enfoque integral, basado en laVisión 2030, debatido formalmente con la ciudadanía y guiado por la perspectiva del desarrollohumano sustentable. Al igual que los casos anteriores, cuenta con varios ejes estratégicos: Estadode derecho y seguridad; economía competitiva y generadora de empleos; igualdad de oportunidades;sustentabilidad ambiental; democracia efectiva y política exterior responsable. Para cada uno de estosejes orientadores de política, en el Plan se presenta una serie de objetivos por alcanzar y las estrategiaso caminos diseñados para lograrlos. Por ejemplo, para el eje “economía competitiva y generadorade empleos” existen 13 objetivos relacionados 116 . Estos objetivos no responden a prioridades, sinoque representan más bien el abanico completo de temas asociados al eje orientador, en este caso,generación de empleo y competitividad. Un hecho que explicaría la ausencia de prioridades es queaparentemente se mezcla el programa de gobierno con la estrategia de desarrollo, sin tener en cuentaque mientras el primero está limitado al ciclo político, el segundo apunta fundamentalmente almediano y largo plazo. 117 .Sin embargo, quizás lo más importante sea que en el plan no se señala concretamente cómose podrán lograr los objetivos, ya que las estrategias propuestas también se expresan en generalidades,116Estos objetivos son: Política hacendaria para la competitividad; sistema financiero eficiente; Sistema nacional depensiones; Promoción del empleo y paz laboral; Promoción de la productividad y competitividad; Pequeñas ymedianas empresas; Sector rural; Turismo; Desarrollo regional integral; Telecomunicaciones y transportes; Energía,electricidad e hidrocarburos; Sector hidráulico, y Construcción y vivienda.117La posibilidad de proyectar el Plan más allá del período del gobierno de turno depende del logro de consensospúblicos, un tema que se aborda más adelante.131
CEPAL – Colección Documentos de proyectosAlianzas público-privadas para una nueva visión estratégica del desarrollotales como “se debe fomentar y profundizar la competencia… hay que facilitar la investigacióncientífica… es preciso disminuir los costos para la apertura de nuevas empresas…” 118 . Por lo quecabe preguntar: ¿Cómo se van a instrumentar los objetivos? ¿Quién es responsable de los temas encuestión? ¿A qué organismos compete su promoción? ¿Con qué recursos cuenta el país y cuántosserá necesario agregar para lograr los objetivos propuestos? Tampoco se indica el plazo en que secumplirán los objetivos ni cuáles son las metas a corto, mediano y largo plazo, ni siquiera en elcontexto de un programa por un período presidencial.Estrategias y planes como el de México, que se acaba de examinar, nuevamente constituyenmás un marco conceptual de intenciones que un camino de acción. Por ello no es de extrañar laescasa articulación entre los programas y políticas de las entidades específicas y los objetivos dela estrategia.B. Las alianzas público-privadas contemporáneas:logros y limitacionesA pesar de no haberse alcanzado el grado de madurez que muestran las experiencias extrarregionales,en América Latina se conocen casos de diálogo entre los principales actores económicos y socialesy el Estado que, en ocasiones, han desempeñado un papel relevante. Este fenómeno se ha dado en elámbito global, con mesas de diálogo, comisiones especiales e, incluso, órganos permanentes asesoresde la Presidencia e intercambios de ideas con vistas a la definición de estrategias, planes nacionalesde desarrollo o ambos. También se aprecia colaboración público-privada en sectores y regiones, enalgunos casos aún más maduras que en el ámbito global. Por último, ha habido una cierta incorporaciónde representantes del sector privado en las entidades ejecutoras de las políticas públicas.Con respecto a los tipos de diálogo, el análisis es equivalente al presentado en el capítulo III.Se distinguen claramente las alianzas de tipo formal y estructurado que predominan en Barbados,Colombia, Panamá y el Perú. En estos países se ha legislado respecto del proceso de colaboraciónpúblico-privada, lo que le otorga un estatus formal que facilita la legitimación de estas alianzas y suorganización, a la vez que, en cierta forma, las protege de los cambios de gobierno y sus diferentesconcepciones. En cuanto a los diálogos estructurados, puede ser que no haya legislación al respecto,pero se expresan en consejos o comisiones que, en algunos casos, con el transcurso del tiempofueron adquiriendo legitimidad de hecho. Los diálogos informales y tácitos existen, por ejemplo, enCosta Rica, donde los sectores público y privado son permanentes colaboradores, pero sin instanciasformales que definan esta relación. Hay también participaciones de tipo específico, como en México,originadas por convocatorias del gobierno con duración y funciones acotadas.En ciertos países puede predominar la coexistencia de varios tipos de diálogo y por ello,como se vio en un capítulo anterior, se han caracterizado como “híbridos”. Un ejemplo de alianzapúblico-privada híbrida es la que se observa en el Brasil, ya que al nivel más alto del gobiernoexiste una alianza formal y estructurada en el marco del Consejo de Desarrollo Económico y Social(CDES), mientras que aún prima una modalidad especial de colaboración público-privada en torno apolíticas y planes específicos, como por ejemplo en la PDP. En Chile, la forma predominante tambiénes híbrida; por una parte, una alianza formal y estructurada en el caso del Consejo Nacional deInnovación y de las comisiones especiales estructuradas de las aglomeraciones de exportación y, porotra parte, comisiones especiales convocadas en relación con temas específicos, como las comisionesde educación, de equidad y otras.Para comprender la evolución de las alianzas público-privadas en los países de AméricaLatina se debe tener en cuenta que en ellos predominó por largo tiempo una visión dicotómica entreEstado y mercado. En un extremo están los defensores del mercado, que continúan abogando porla reducción del Estado, lo que en muchos casos ha redundado en un gran debilitamiento de las118El plan estratégico de Barbados tiene un carácter parecido.132