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(AA.VV) Antología universal del relato fantástico

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la mano <strong>del</strong> Todopoderoso, por la audacia de los que no ven la profundidad <strong>del</strong> abismo bajo sus pies,<br />

por la locura de los que son arrastrados por la fuerza de su antigua divinidad, la fuerza pagana de su<br />

cuerpo que todavía recuerda la fe de sus mayores que adoraban a la luna; sus pasos y sus brazos<br />

extendidos, todo ello es adoración de la Luna, diosa pagana, desde la cual les llaman las almas de sus<br />

antepasados, pues ese caminar no es más que la llamada de la sangre y la llamada <strong>del</strong> tiempo; y él<br />

mismo no se atrevía a pronunciar ni una sola palabra, por miedo a despertar a estos paganos dormidos, a<br />

estos sonámbulos reunidos en esta caverna para celebrar su festividad, la de su diosa pagana, porque<br />

afuera brillaba sin duda la luna llena.<br />

8<br />

Y no se atrevía a pronunciar ni una sola palabra, salvo las de su oración que susurraba para sí<br />

entreabriendo apenas sus labios secos, por miedo a despertarse él también de este hechizo sonámbulo y<br />

de que todos se precipitaran en las oscuras profundidades, por encima de las que le llevaban ahora,<br />

hollando descalzos y con silenciosas pisadas el suelo húmedo de la caverna, iluminada por d resplandor<br />

de sus húmedos destellos, su voz y su despertar los arrastrarian a todos por el oscuro precipicio <strong>del</strong> que<br />

los estaban sacando ahora a ellos tres sobre sus hombros, cuesta arriba, y todos se despeñarían en el<br />

terror <strong>del</strong> despertar, por el abismo que se abría bajo sus pies, por la oscura garganta de la caverna, hasta<br />

la que no llegaba ni la luz de las antorchas, pero cuyas profundidades y simas sin fondo estaban<br />

presentes en su conciencia despierta de sonámbulo: oyó una piedra desprenderse bajo los pies descalzos<br />

de quienes lo transportaban, y rodar cuesta abajo botando de roca en roca, sonora y veloz, luego cada<br />

vez más silenciosa y lenta, perdiéndose como un eco; el ruido no había cesado, se había apagado, pues<br />

la piedra no había tocado el fondo, como tampoco podía alcanzarlo su conciencia despierta/dormida.<br />

¿Era un sueño, o una ilusión sonámbula de su conciencia medio dormida, un sueño de su cuerpo<br />

pagano, de antepasados paganos, adoradores de la diosa-luna, de la diosa-luna llena, estos antepasados<br />

que ahora le llamaban? Afuera brillaba sin duda la luna llena u otra fase, se despertaban las almas de sus<br />

antepasados, fas almas de los predecesores maternos y paternos llamaban a su cuerpo pagano, atraían su<br />

sangre pagana.<br />

¿O era acaso la asunción de su alma, el momento en el que el alma se separaba <strong>del</strong> cuerpo, el alma<br />

cristiana de un cuerpo pagano, el cuerpo pecador de un alma pecadora, a la que le había sido concedida<br />

la gracia, a la que le habían sido perdonados los pecados?<br />

¿Era acaso un sueño, este perro que transportaban al lado de Juan, que llevaban en sus brazos como<br />

al Cordero de Dios? ¿Y aquel niño que abrazaba contra su pecho al perro Quitmir como al cordero<br />

ofrendado o al ídolo pagano, llevándolo a través de las simas y de los precipicios, estrechándolo contra<br />

su pecho como el Buen Pastor, los ojos clavados en el suelo, sin atreverse él tampoco a mirar los turbios<br />

ojos color verde cárdeno de Quitmir, velados por la catarata <strong>del</strong> sueño, sus ojos verdes y cárdenos como<br />

una ciruela, sus ojos entreabiertos, casi apagados y ciegos? Tampoco él, Dionisio, podía captar la<br />

mirada de Quitmir, ahora que el niño y el perro se habían detenido a su lado a la entrada <strong>del</strong> angosto<br />

pasaje, para ceder el paso a quienes los transportaban, agachándose hasta el suelo, casi gateando; y él,<br />

Dionisio, se sentía como si hubiese estado flotando por encima de las piedras, siempre en la misma<br />

postura, medio tumbado, con la cabeza ligeramente levantada y recostada en el pecho de uno de los que

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