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Para conocer las sectas

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epara en los medios para conseguir nuevos adeptos.<br />

- La convicción, muy frecuente en casi todos los<br />

grupos sectarios, de constituir el único y exclusivo<br />

cuerpo religioso poseedor de la verdad total y de la<br />

revelación definitiva y exclusiva.<br />

— La facilidad en desprestigiar todos los espacios<br />

exteriores al propio grupo, considerándolos como<br />

lugares del error, el mal y la injusticia.<br />

- La falta de un adecuado discernimiento -por<br />

parte de la sociedad y de <strong>las</strong> Iglesias— sobre los<br />

diferentes grupos sectarios.<br />

— La ausencia de una decidida y común voluntad<br />

para iniciar el diálogo, ya que todos —sociedad,<br />

Iglesias, <strong>sectas</strong> y NMR- descartan la posibilidad y<br />

utilidad de tal diálogo.<br />

2. ¿Existe alguna esperanza de diálogo?<br />

A pesar de los testimonios aportados sobre <strong>las</strong><br />

enormes dificultades para el diálogo con <strong>las</strong> <strong>sectas</strong><br />

y NMR, una investigación que pretenda un mínimo<br />

de rigor intelectual no puede dar por concluido el<br />

tema. Más que hablar de «imposibilidad absoluta»<br />

de diálogo, como si todas <strong>las</strong> puertas se hubiesen<br />

cerrado de una vez para siempre, parece que debería<br />

hablarse de dificultades —muy serias la mayoría<br />

de <strong>las</strong> veces- que entorpecen cualquier iniciativa en<br />

sentido positivo.<br />

A fin de desbloquear uno de los temas «intocables»<br />

en la cuestión sectaria, recordamos en primer<br />

lugar <strong>las</strong> enseñanzas de algunos documentos oficiales<br />

de Iglesias respecto al diálogo con <strong>las</strong> <strong>sectas</strong> y<br />

NMR que abren una puerta a la esperanza; y después<br />

se analizan <strong>las</strong> razones de esta esperanza desde<br />

diversas perspectivas. Quizá más de un lector<br />

mantendrá, a pesar de todo, sus interrogantes sobre<br />

la viabilidad de esta empresa. Reconociendo, sin<br />

embargo, su precariedad, desde aquí se apuesta por<br />

la posibilidad y conveniencia, porque <strong>las</strong> razones<br />

aducidas nos parecen más fuertes que la situación<br />

actual de desconfianza, desconocimiento mutuo y<br />

repetidas condenas de unos contra otros, tantas veces<br />

motivadas más por la visceralidad que por la<br />

racionalidad.<br />

2.1. La enseñanza de algunos<br />

documentos oficiales<br />

La pregunta sigue en pie: ¿Existe alguna esperanza<br />

para el diálogo con <strong>las</strong> <strong>sectas</strong>? En dos documentos<br />

de relevante importancia se vislumbra una<br />

respuesta positiva. Son documentos eclesiales, fechados<br />

en 1986, que han querido ser, en primer<br />

lugar, clarificadores de su posicionamiento eclesial<br />

ante el fenómeno sectario; pero a la vez —colocados<br />

en la difícil situación de tener que señalar lealmente<br />

<strong>las</strong> actuaciones menos honorables de muchos<br />

grupos— han sabido ofrecer, dentro de un gran espíritu<br />

ecuménico, <strong>las</strong> líneas de actuación y <strong>las</strong> pautas<br />

capaces de suscitarel interés por el diálogo franco.<br />

a) La «Consulta de Obispos y Pastores de América<br />

Latina y el Caribe», celebrada en noviembre de<br />

1986 en Cuenca (Ecuador), aborda precisamente el<br />

tema Los Nuevos Movimientos Religiosos Contemporáneos.<br />

En el documento final expone entre otras <strong>las</strong><br />

siguientes opciones pastorales:<br />

«En el espíritu de libertad religiosa tratar de informarnos<br />

para <strong>conocer</strong> mejor los MRC con una actitud positiva,<br />

capaz de re<strong>conocer</strong> y valorar lo bueno que hay en ellos, sin<br />

dejar de denunciar sus errores.<br />

- Tener postura de apertura a los MRC desde la opción<br />

por la verdad sobre Dios y sobre el hombre, buscando ser<br />

testigos de ella con nuestra práctica de vida.<br />

- Tomar una actitud de diálogo ecuménico no sólo entre<br />

nosotros, sino también con los líderes y demás miembros de<br />

otros movimientos religiosos que estén dispuestos a ello» 7 .<br />

Esta actitud positiva hacia el diálogo venía fundamentada<br />

en una idea de extraordinario valor. La<br />

consulta de Cuenca reconoce explícitamente que<br />

«este fenómeno religioso ha de ser visto a la luz de<br />

la fe como uno de los signos de los tiempos, que<br />

cuestiona la vida y la acción pastoral de nuestras<br />

Iglesias» 8 . La consideración de <strong>las</strong> <strong>sectas</strong> y NMR<br />

como «signo de los tiempos» será recogida por la<br />

7 Sobre los Movimientos Religiosos Contemporáneos. Comunicado<br />

de la Consulta de Obispos y Pastores de América Latina y El<br />

Caribe, Cuenca (Ecuador) 1986; el texto: Renovación Ecuménica<br />

90 (1987) 4-8; el texto en el n. 41.<br />

8 Sobre los Movimientos Religiosos Contemporáneos. Comunicado<br />

de Cuenca, o. c, n. 35.<br />

PARA CONOCER LAS SECTAS 147

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