Para conocer las sectas
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Atilano Aláiz, en Las <strong>sectas</strong> y los cristianos, afirma<br />
que <strong>las</strong> <strong>sectas</strong> destructivas se definen por<br />
«la utilización de medios degradantes para (la obtención)<br />
de sus fines: prostitución, ritual o lucrativa;<br />
proxenetismo, comercialización de los niños...; y para<br />
obtener, bajo coacción psicológica, la entrega del patrimonio<br />
personal, de grandes sumas de dinero o del<br />
trabajo no remunerado o insuficientemente remunerado»<br />
29 .<br />
Pilar Salarrullana c<strong>las</strong>ifica <strong>las</strong> <strong>sectas</strong> teniendo<br />
en cuenta <strong>las</strong> tipologías de B. Wilson, J. Vernette y<br />
Ch. Chcrry 30 , pero insiste de manera especial en <strong>las</strong><br />
18 «<strong>sectas</strong> más peligrosas para la sociedad», como<br />
son: Asociación para la Conciencia de Krishna, Vivekananda,<br />
Antroposofía, Iglesia para la Unificación<br />
del Cristianismo Mundial (Moon), Movimient.os<br />
gnósticos. Iglesia de la Cienciologra"7_t¿osacruce¿<br />
A more, SocTedad__l_ej2£otíca y (Jraal, Nueva<br />
Acrópolis, Los Tres*Santos Corazones, Soka Gakkai,<br />
Meditación Trascendental, Misión de la Luz Divina<br />
deT~gT¡HT~Maharaj-Ji, Ánanda Marga, Shree Bhagwan,<br />
Escuela de Filosofía Práctica, Misión Rama y<br />
La Comunidad 3I . A lo largo del libro, sin embargo,<br />
calitica también como «<strong>sectas</strong> destructivas» a los<br />
Adventistas del Séptimo Día, Testigos de JehdvaT<br />
Tglpsj^ pa|mpriapa 32 (KiSi Edclweis y Rashimura"3T<br />
Una de <strong>las</strong> convicciones más arraigadas de la<br />
escritora Pilar Salarrullana es que «<strong>las</strong> <strong>sectas</strong> destructivas<br />
están más protegidas en España que <strong>las</strong><br />
personas a quienes hacen sus víctimas o la sociedad<br />
a la que están socavando...». En realidad, para la<br />
escritora española estas <strong>sectas</strong><br />
«no son ni religiones, ni filosofías. Son auténticas<br />
"mafias" económicas que se disfrazan de religiosidad<br />
para ser más intocables e invulnerables» 14 .<br />
29<br />
Atilano Aláiz, Las <strong>sectas</strong> y los cristianos, Paulinas, Madrid<br />
1990, 69.<br />
10<br />
Pilar Salarrullana, Las <strong>sectas</strong>, Temas de Hoy, Madrid<br />
1990, 54-57.<br />
31<br />
Pilar Salarrullana, Las <strong>sectas</strong>, o. c, 57.<br />
32 Pilar Salarrullana, Las <strong>sectas</strong>, o. c, 133.<br />
31 Pilar Salarrullana, Las <strong>sectas</strong>, o. c, 137.<br />
34 Pilar Salarrullana, Las <strong>sectas</strong>, o. c, 196.<br />
La dificultad de catalogación desde el criterio de<br />
peligrosidad no es, sin embargo, tarea fácil. Si desde<br />
el punto de vista teórico resultan asumibles algunas<br />
de <strong>las</strong> grandes afirmaciones de estos autores,<br />
cuando se desciende al terreno de la práctica resulta<br />
muy delicado indicar en concreto cuáles son los<br />
grupos sectarios realmente «peligrosos». De nuevo<br />
saliaii--a-Lgurias._preguntas de no fácil respuesta:<br />
>í>esde qué parámetros objetivos y umversalmente<br />
válidos se puede afirmar el grado de peligrosidapy<br />
W>-Lina .secta o NMR?; ¿cs"acasol;T~TürfrazTT^dém<br />
normatividacTg~eneral, de los estilos de vida comúnmente<br />
aceptados por la mayoría -modos de vida, de<br />
creencias, de relaciones, etc.— motivo suficiente para<br />
determinar sobre la peligrosidad de <strong>las</strong> <strong>sectas</strong>?;<br />
los delitos cometidos por individuos o incluso por<br />
los dirigentes de <strong>las</strong> <strong>sectas</strong>, y probados legalmcnte,<br />
¿deben imputarse a los individuos transgresores o a<br />
la secta misma?<br />
Parece que la respuesta debe provenir del poder<br />
legal del Estado. El espectro de la tragedia del<br />
«Templo del Pueblo» (noviembre, 1978) planea, sin<br />
duda, a la hora de airear el criterio de peligrosidad.<br />
Será necesario, empero, tener en cuenta el trabajo<br />
de Eillen Barker sobre la influencia negativa de la<br />
secta californiana de Jim Jones para entender parte<br />
de la histeria anti-secta actual \<br />
2.7. Criterio doctrinal<br />
Hay autores cuya preocupación fundamental a<br />
la hora de presentar una tipología sectaria es acudir,<br />
no a criterios de peligrosidad o cualesquiera<br />
otros, sino a <strong>las</strong> doctrinas que profesan a partir de<br />
sus raíces y pasado religioso.<br />
Franz Damcn, aunque escribe desde Bolivia y su<br />
finalidad es presentar el fenómeno sectario latinoamericano,<br />
ofrece una «tipología doctrinal» que merece<br />
tenerse en cuenta. Se observa, una vez más,<br />
que la palabra «religión» se refiere aquí al cuadro<br />
en el que Damen enmarca los grupos sectarios según<br />
sus orígenes históricos y doctrinales. He aquí<br />
su c<strong>las</strong>ificación:<br />
3S Eillen Barker, Religious Movements: Cult and Anticult Since<br />
Jonestown: Annual Revicw of Sociology 12 (1986) 329-346.<br />
PARA CONOCER LAS SECTAS 6 1