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Para conocer las sectas

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traer a los adeptos a su familia, a sus amigos y a toda<br />

persona que pudiera romper el encanto del compromiso,<br />

es común a numerosos movimientos. Esta desconfianza<br />

se ejerce especialmente acerca de todo tratamiento médico<br />

tradicional, la enfermedad es a menudo descrita por<br />

los gurús y los profetas que dirigen ciertos movimientos<br />

como el castigo por una falta de conducta o incluso por<br />

un acto de traición. Otra técnica de reclutamiento que,<br />

felizmente, parece ser privativa de un único movimiento<br />

particular pernicioso, conocido bajo el nombre de Niños<br />

de Dios, consiste en tender un cebo sexual haciendo prostituirse<br />

a chicas jóvenes pertenecientes al movimiento.<br />

Los Niños de Dios describen esta actividad repugnante,<br />

designada por la expresión flirty fishing («pesca mediante<br />

el flirteo»), en un manual sorprendente donde se presentan<br />

los comportamientos a adoptar, principalmente en la<br />

iniciación a la relación con los niños, en contra de <strong>las</strong><br />

leyes en vigor en todos los Estados miembros y en todas<br />

<strong>las</strong> sociedades civilizadas.<br />

2.2. Tales actividades pueden conducir, naturalmente,<br />

a la degradación de la persona humana. La siguiente<br />

cita, extraída del correo de una joven inglesa que se había<br />

adherido a los Niños de Dios, es instructiva. Esta chica<br />

encontró a un joven que recogía dinero en una gran ciudad<br />

de Escocia y quedó con él en un café... «El me dijo<br />

que Dios deseaba que sus discípulos se retiraran de la<br />

sociedad y dejaran de trabajar por dinero... esto implicaba<br />

que yo abandonara mis estudios en la universidad...<br />

Cada vez que yo manifestaba una duda, él tenía siempre<br />

una respuesta lista, establecida, o bien a través de la<br />

Biblia, o bien de los escritos del profeta de los Niños de<br />

Dios, Moisés David... Yo abandoné a mis padres y a mi<br />

familia y, a partir de entonces, solamente los consideraba<br />

como personas a <strong>las</strong> que estaba atada por la carne y que<br />

únicamente estaban allí para hacerme volver a mi antiguo<br />

modo de vida... Vivíamos de los alimentos que no se<br />

vendían y que los supermercados nos daban, y pedíamos<br />

limosna recorriendo <strong>las</strong> calles...». Esta joven ha abandonado<br />

el movimiento, como consecuencia de una experiencia<br />

que lamenta amargamente, y ha vuelto a reanudar sus<br />

estudios universitarios.<br />

2.3. El caso de los Niños de Dios, del que juzgamos<br />

los modos de conducta chocante, es felizmente único entre<br />

todas <strong>las</strong> organizaciones que su informador ha estudiado.<br />

La legislación en vigor en los Estados miembros parece<br />

manifiestamente suficiente para controlar un movimiento<br />

de esta naturaleza, pero su informador teme que <strong>las</strong><br />

252 PARA CONOCER LAS SECTAS<br />

diferentes autoridades nacionales no hayan percibido la<br />

verdadera medida de la amenaza que hace pensar la<br />

organización arriba mencionada. Aunque sus efectivos<br />

sean modestos, el daño que puede causar, principalmente<br />

por sus numerosas publicaciones que incitan a prácticas<br />

sexuales ilegales y que contienen los propósitos antisemitas<br />

de su jefe, Moisés David, «compensa» esta modestia<br />

de efectivos, si es que resulta posible determinar esto<br />

realmente.<br />

2.4. Otra categoría de movimientos se consagra a la<br />

organización de cursos destinados a desarrollar la capacidad<br />

del espíritu. Numerosos de ellos siguen en la senda<br />

que se puede calificar de mística, algunos cultivando<br />

comportamientos de grupos inhabituales con vistas a «liberar»<br />

una comprensión más profunda. Un buen número<br />

de personas me han escrito diciendo que estos programas,<br />

a menudo complejos, les habían procurado una gran<br />

satisfacción y un enriquecimiento considerable. Naturalmente,<br />

es requisito previo una aportación financiera. La<br />

Iglesia de la «Cienciología», fundada por el americano L.<br />

Ron Hubbard, sobre la base de una filosofía elaborada<br />

por él mismo, pide de 300 a 3.000 libras esterlinas para la<br />

participación en los cursos de diferentes niveles, que<br />

atraen a una clientela mundial a sus Centros de la Comunidad<br />

europea, especialmente en East Grinstead, en el<br />

Reino Unido. El movimiento dirigido por el señor Hubbard<br />

también ha sido objeto de críticas; así, un corresponsal,<br />

hablando de la adhesión de su hija a la «Cienciología»,<br />

precisa que había entregado a través de un Banco<br />

considerables sumas de dinero para «pagar los cursos» y<br />

que finalmente le fueron reembolsadas por una herencia.<br />

«Pero, prosigue, ¿qué ocurre con aquel<strong>las</strong> otras personas,<br />

aisladas, mal aconsejadas o débiles, que no se benefician<br />

de estas herencias y son gentilmente persuadidas para<br />

deshacerse de su dinero con la sola promesa a cambio de<br />

que serán mejores y más activas?». En el pasado, un<br />

gobierno británico buscó los medios de limitar el derecho<br />

de entrada de responsables de la «Cienciología» en el<br />

territorio del Reino Unido. Las restricciones fueron posteriormente<br />

levantadas, a la vez que prosigue el debate<br />

sobre la «Cienciología» y la «Dianética». En East Grinstead<br />

encontré personas que se consideraban satisfechas<br />

de su experiencia cienciológica. En una fecha posterior,<br />

me informaron que algunas personas eran abordadas en<br />

una calle londinense c invitadas a hacer un test poniendo h<br />

en juego un dispositivo denominado «E meter», antes de<br />

que se le propusieran los cursos que los tests demostraban<br />

ser necesarios. Así, un joven que había oído hablar de

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