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Para conocer las sectas

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do en cuenta desde una interpretación teológica a la<br />

hora de entablar el diálogo con <strong>las</strong> <strong>sectas</strong> y los<br />

NMR. He aquí lo sustancial de su aportación, que<br />

desarrolla a través de estos cuatro núcleos: el diálogo<br />

es un encuentro entre personas, desde la confianza<br />

mutua, como servicio a la vida, para testimonio de<br />

Jesucristo.<br />

• El diálogo como encuentro<br />

entre personas<br />

Si existe un terreno común que fundamenta y<br />

posibilita el encuentro entre los seres humanos y,<br />

consecuentemente, entre los creyentes, es, sin duda,<br />

la pertenencia a la misma humanidad.<br />

«Lo que hace posible el diálogo entre nosotros<br />

-afirma el documento del Consejo Británico de Iglesias—<br />

es nuestra común humanidad, creada a imagen<br />

de Dios. Todos afrontamos los gozos y tristezas de la<br />

vida humana, somos ciudadanos del mismo país, sentimos<br />

los mismos problemas, vivimos todos en presencia<br />

de Dios» 4I .<br />

Cualquier encuentro que quiera ser verdaderamente<br />

humano —y el diálogo no podría prescindir<br />

de esa cualidad- debe tener en cuenta ese nivel<br />

básico. Acercarse a una persona exige acercarse con<br />

los mínimos presupuestos (prejuicios) si es que uno<br />

quiere realmente encontrarse con la persona y no<br />

con <strong>las</strong> etiquetas que previamente se le han asignado.<br />

El teólogo anglicano Frederick Denison Maurice<br />

escribió:<br />

«Una persona no te será verdaderamente inteligible<br />

si, en lugar de escucharla y simpatizar con ella,<br />

intentas c<strong>las</strong>ificarla».<br />

Este principio lleva a Cracknell a creer que, en<br />

realidad, no cabe un diálogo entre «religiones», sino<br />

entre personas que han sido moldeadas por<br />

creencias religiosas. De la misma manera que propiamente<br />

hablando no hay un diálogo con el Islam,<br />

157-167; Id., Toward a New Relationship: Christians and People of<br />

Other Faiths, Epworth Press, Londres 1986.<br />

41 Relations with People of Other Faiths..., o. c, 16.<br />

sino con los musulmanes; ni un diálogo con el hinduismo,<br />

sino con los creyentes cuyas vidas han experimentado<br />

<strong>las</strong> viejas tradiciones religiosas de la<br />

India, así el encuentro y diálogo que se pueda establecer<br />

con <strong>las</strong> <strong>sectas</strong> y NMR deberá considerarse<br />

como encuentro y diálogo con los miembros concretos<br />

pertenecientes a esos grupos religiosos.<br />

Y es que nadie ni nada es la personificación de<br />

<strong>las</strong> ideas y creencias que se encierran en los cuerpos<br />

doctrinales y en los distintos credos. Esto que se<br />

puede decir de cualquier tradición eclesial o de <strong>las</strong><br />

mismas grandes religiones, cabe afirmarlo también<br />

de los grupos sectarios.<br />

No niega Cracknell en absoluto que el conocimiento<br />

previo de <strong>las</strong> enseñanzas y del cuerpo de<br />

doctrinas no ayude a <strong>conocer</strong> mejor a los creyentes<br />

determinados, pero en ningún caso ese conocimiento<br />

especulativo podría sustituir al conocimiento de<br />

los seres reales, precisamente para el mejor entendimiento<br />

de los mismos grupos. Se ha repetido muchas<br />

veces que se conoce mejor, por ejemplo, la fe<br />

luterana o calvinista acudiendo a sus reuniones,<br />

participando de sus celebraciones litúrgicas, encontrándose<br />

con sus miembros en la vida de cada día,<br />

que simplemente estudiando el cuerpo de doctrinas<br />

de Lutero o de Calvino.<br />

Así se entiende, por ejemplo, que los organizadores<br />

de la Consulta del Consejo Británico de Iglesias<br />

sobre <strong>las</strong> <strong>sectas</strong> y NMR exigiesen como requisito<br />

indispensable a los participantes no sólo el conocimiento<br />

teórico de al menos veinte NMR, sino que<br />

deberían acreditar haberse encontrado y mantenido<br />

conversaciones con dos miembros de cada uno de<br />

esos grupos teóricamente estudiados.<br />

• El diálogo depende de<br />

la confianza mutua<br />

El segundo principio pone todo el énfasis en la<br />

necesidad de la confianza mutua para que el diálogo<br />

sea real. Y desde una perspectiva cristiana se incide<br />

en que el diálogo ayuda a cumplir el mandamiento<br />

del decálogo: «No levantarás falsos testimonios<br />

contra tu prójimo». En efecto, existe un desconocimiento<br />

general muy notable por parte de los cristianos<br />

respecto a los miembros de <strong>las</strong> <strong>sectas</strong> y NMR,<br />

que se sustituye por «clichés» —la mayoría de <strong>las</strong><br />

PARA CONOCER LAS SECTAS 157

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