Palabras en juego
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ligadas a la salud, la cultura, el medio ambi<strong>en</strong>te y el desarrollo <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral. Esta<br />
resist<strong>en</strong>cia opera actualm<strong>en</strong>te luchando paso a paso para que las reglas del<br />
comercio internacional toler<strong>en</strong> excepciones, para que el interés común no esté<br />
subordinado al dogma según el cual nada debe trabar el intercambio mercantil<br />
que, siempre que sea “libre”, sería la fu<strong>en</strong>te fundam<strong>en</strong>tal de crecimi<strong>en</strong>to y<br />
bi<strong>en</strong>estar. El ejemplo más conocido de derogación obt<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> estos últimos años<br />
es el de los medicam<strong>en</strong>tos g<strong>en</strong>éricos: <strong>en</strong> la cumbre de Doha, los imperativos de<br />
salud tomaron transitoriam<strong>en</strong>te la delantera, con relación a aquellos de la<br />
propiedad y el comercio.<br />
A primera vista, el mismo movimi<strong>en</strong>to de liberalización/resist<strong>en</strong>cia se manifiesta<br />
cuando se llega a hablar de información: por un lado la doxa internacional<br />
pret<strong>en</strong>de que solam<strong>en</strong>te si los mercados no están reglam<strong>en</strong>tados, se podrá<br />
aportar las estructuras necesarias para un acceso universal a la sociedad de la<br />
información. Por otro lado, algunos movimi<strong>en</strong>tos luchan para que la información<br />
siga si<strong>en</strong>do, ante todo, un bi<strong>en</strong> público y preconizan una regulación y una<br />
gobernabilidad pública a la altura de los grandes desafíos de la era de la<br />
información.<br />
Mirando de cerca, las líneas de fuerza son mucho más complejas. Como si la<br />
información no pudiera dejarse <strong>en</strong>cerrar <strong>en</strong> las grandes categorías que<br />
estructuran hoy las t<strong>en</strong>siones del mundo. En primer lugar, la información está<br />
efectivam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro del proceso económico actual, pero lo supera y se<br />
escapa de él <strong>en</strong> gran medida. Para aquellos que buscan ver <strong>en</strong> la cultura<br />
solam<strong>en</strong>te “bi<strong>en</strong>es culturales” salidos de “industrias culturales” y fu<strong>en</strong>tes de<br />
nuevos mercado pot<strong>en</strong>ciales, las redes de información hicieron explotar los<br />
intercambios de cont<strong>en</strong>idos culturales no mercantiles, dando visibilidad a fuerzas<br />
creadoras, interconectadas de ahora <strong>en</strong> más, que inv<strong>en</strong>tan y experim<strong>en</strong>tan sobre<br />
la marcha nuevos modos de producción <strong>en</strong> colaboración.<br />
Además, <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o mismo de los procesos de producción, la información altera<br />
las reglas fundam<strong>en</strong>tales del capitalismo. Permiti<strong>en</strong>do un crecimi<strong>en</strong>to incesante<br />
de la productividad, ella traslada los costos de producción del c<strong>en</strong>tro mismo de la<br />
fabricación hacia campos de lo inmaterial, como el marketing y la publicidad, que<br />
a su vez contribuy<strong>en</strong>, a su manera, a moldear nuestra visión del mundo.<br />
Siempre <strong>en</strong> el ord<strong>en</strong> económico, la abundancia intrínseca de la información, que<br />
se volvió reproducible a voluntad y a muy bajo costo gracias a la digitalización,<br />
hace inoperante cualquier t<strong>en</strong>tativa de importar reglas prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de la<br />
propiedad de bi<strong>en</strong>es materiales para aplicarlos al campo de la propiedad<br />
intelectual. Aquellos que hablan de fortalecimi<strong>en</strong>to de los derechos de propiedad<br />
intelectual se inscrib<strong>en</strong> <strong>en</strong> una carrera perdida de antemano, y apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te sin<br />
salida, para recrear artificialm<strong>en</strong>te escasez mediante reglas jurídicas o técnicas.<br />
En otro ord<strong>en</strong> de ideas, mi<strong>en</strong>tras que la propia economía de la información, hiper<br />
competitiva y poco regulada, es objeto de t<strong>en</strong>tativas de construcción de<br />
posiciones monopolísticas (Microsoft, Google), emerg<strong>en</strong> sin embargo de todas<br />
partes, procesos de producción cooperativos y de autoproducción, de creación<br />
por los mismos utilizadores. Su éxito saca a la luz el hecho de que la creatividad y<br />
la innovación escapan <strong>en</strong> parte al capitalismo clásico, cuestionando las nociones<br />
de progreso y de desarrollo.<br />
Mucho más allá de la esfera económica, los nuevos artefactos de la información<br />
(CMS, blogs, VoIP, VoD, podcasting) liberan la palabra. La mundialización,