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Palabras en juego

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Expresiones Culturales [16].<br />

Un criterio de evaluación: acceso al conocimi<strong>en</strong>to<br />

Si se permite que continú<strong>en</strong> de forma descontrolada, los reci<strong>en</strong>tes<br />

acontecimi<strong>en</strong>tos de la ley de derechos de autor y de pat<strong>en</strong>te que amplían la<br />

definición y las sanciones por “piratería” traerán consigo serias implicaciones<br />

negativas para el fair use [17] y el dominio público, las tecnologías y las normas<br />

tecnológicas (por ejemplo, los requerimi<strong>en</strong>tos de los DRM), la educación y el área<br />

pública del conocimi<strong>en</strong>to. Un movimi<strong>en</strong>to creci<strong>en</strong>te y diverso considera que el<br />

actual sistema de “propiedad intelectual” es una am<strong>en</strong>aza para la democratización<br />

de la educación, la participación cívica, la promoción de la expresión creativa y la<br />

protección de una her<strong>en</strong>cia humana compartida de conocimi<strong>en</strong>to y creatividad.<br />

Muchos plantean que el problema debe ser reformulado: <strong>en</strong> lugar de preguntar<br />

“¿qué hay de malo <strong>en</strong> la piratería?”, se podría preguntar “¿qué hay de malo <strong>en</strong> la<br />

“propiedad intelectual”?” Sería un eufemismo decir que existe un acalorado<br />

debate sobre el actual empleo <strong>en</strong> la industria del término “piratería”.<br />

Las “industrias del derecho de autor” (de la música, el cine y especialm<strong>en</strong>te del<br />

software) emplean una definición sumam<strong>en</strong>te amplia de “piratería” que incluye<br />

toda duplicación, distribución y uso de material registrado sin autorización,<br />

indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de si dicha duplicación es realizada: 1) por empresas<br />

profesionales, que realizan una duplicación a gran escala y rev<strong>en</strong>d<strong>en</strong> materiales<br />

con afán de lucro; 2) por proveedores de servicios que pose<strong>en</strong> herrami<strong>en</strong>tas de<br />

distribución de archivos; 3) por individuos que usan las redes de distribución de<br />

archivos para intercambiar materiales librem<strong>en</strong>te; o incluso 4) por consumidores<br />

que sin saberlo se v<strong>en</strong> involucrados <strong>en</strong> la “piratería” al no compr<strong>en</strong>der totalm<strong>en</strong>te<br />

los términos de lic<strong>en</strong>cia de los productos que inicialm<strong>en</strong>te compraron, por ejemplo<br />

cuando hac<strong>en</strong> algunas copias extras para uso personal o familiar [18]. Todos<br />

estos usos del término “piratería”, exceptuando el primero, son ampliaciones<br />

serias que no deb<strong>en</strong> ser tomadas a la ligera. En parte debido a la expansión del<br />

término <strong>en</strong> la industria, los legisladores de la pasada década com<strong>en</strong>zaron a<br />

combinar la distribución gratis de cont<strong>en</strong>idos con la rev<strong>en</strong>ta de material registrado,<br />

al punto de que la distribución de archivos prácticam<strong>en</strong>te se ha convertido <strong>en</strong><br />

sinónimo de “piratería” [19].<br />

La propaganda de la industria (y del Estado) sobre la piratería dirigida a la opinión<br />

pública se basa <strong>en</strong> algunos puntos claves: primero, <strong>en</strong>fatizan <strong>en</strong> la vulnerabilidad<br />

del artista, el investigador o el programador, y el sufrimi<strong>en</strong>to directo de los<br />

creadores originales <strong>en</strong> manos de los “piratas”; segundo, plantean que sin los<br />

b<strong>en</strong>eficios económicos garantizados por una política fuerte de “propiedad<br />

intelectual” y una aplicación rigurosa, disminuiría la creatividad por falta de<br />

inc<strong>en</strong>tivos; tercero, afirman que las regulaciones débiles de la “propiedad<br />

intelectual”, particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los países <strong>en</strong> vías de desarrollo, debilitan el<br />

“desarrollo”, impid<strong>en</strong> el sust<strong>en</strong>to de los artistas locales y el crecimi<strong>en</strong>to de la<br />

industria local, y am<strong>en</strong>azan el conocimi<strong>en</strong>to local. Aunque la industria financia<br />

costosos estudios que g<strong>en</strong>eran cifras muy especulativas para apoyar esas<br />

afirmaciones, los resultados son problemáticos y no concluy<strong>en</strong>tes [20].<br />

Aun si se aceptaran las cifras de la industria sobre las “ganancias perdidas”, esas<br />

cifras siempre <strong>en</strong>cubr<strong>en</strong> la relación explotadora <strong>en</strong>tre los titulares de los derechos<br />

corporativos y los productores originales. No resulta sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te que exista un<br />

debate d<strong>en</strong>tro de la industria que rompe con las líneas de postura <strong>en</strong> la cad<strong>en</strong>a de

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