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Eduardo Galeano Bocas <strong>del</strong> <strong>tiempo</strong><br />

–Central America –dijo.<br />

Quise creer que había entendido. Por las dudas, no insistí.<br />

Yo bien sabía que muchos de sus compatriotas creen que en el centro de América está<br />

Kansas City.<br />

Distancias<br />

Rafael Gallo, señor de los ruedos, había cumplido gran faena en la plaza de toros de<br />

Albacete y había recibido, en trofeo, las orejas y el rabo.<br />

Mientras se quitaba su traje de luces, el diestro decidió:<br />

–Ahora mismo nos volvemos a Sevilla.<br />

El ayudante le explicó que no se podía, que ya era muy tarde.<br />

–Y con lo lejos que está Sevilla...<br />

Rafael se irguió, estrujó su capa en un puño y mandó: –íQuietoooo!<br />

Y hecho un relámpago de furia, puso las cosas en su sitio:<br />

––¿Qué has dicho tú, qué has dicho? Sevilla está donde debe estar. Lo que está lejos es<br />

esto.<br />

La geografía<br />

En Chicago, no hay nadie que no sea negro. En pleno invierno, en New York, el sol fríe las<br />

piedras. En Brooklyn, la gente que llega viva a los treinta años merecería una estatua. Las<br />

mejores casas de Miami están hechas de basura. Perseguido por las ratas, Mickey huye de<br />

Hollywood.<br />

Chicago, New York, Brooklyn, Miami y Hollywood son los nombres de algunos de los barrios<br />

de Cité Soleil, el suburbio más miserable de la capitc, de Haití.<br />

El geógrafo<br />

–El lago Titicaca. ¿Conoce usted?<br />

–Conozco.<br />

Antes, el lago Titicaca estaba aquí.<br />

–¿Dónde?<br />

–Aquí, pues.<br />

Y paseó el brazo por el inmenso secarral.<br />

Estábamos en el desierto <strong>del</strong> Tamarugal. un paisaje de cascajos calcinados que se extendía<br />

de horizonte a horizonte, atravesado muy de vez en cuando por alguna lagartija: pero yo no era<br />

quién para contradecir a un entendido.<br />

Me picó la curiosidad científica. Y el hombre tuvo la amabilidad de explicarme cómo había<br />

sido que el lago se había mudado tan lejos:<br />

–Cuándo fue, no sé. Yo no era nacido. Se lo llevaron las garzas.<br />

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