08.05.2013 Views

La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud

La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud

La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

preparada. En el rellano no había nadie. <strong>La</strong> señora <strong>de</strong> Gómez puso la mesa. Empezaron a cenar.<br />

Entre los dos, el sitio vacío. Pedro se quemó. <strong>La</strong> cuchara escapó <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>dos. <strong>La</strong> sopa le salpicó la<br />

camisa.<br />

- Voy a casa <strong>de</strong> Carlos. ¡A traerlo por las orejas!<br />

<strong>La</strong> mujer asintió con un gesto. Le dolían las manos <strong>de</strong> tanto frotarlas. Enterado el vecino, no<br />

escondió su alarma.<br />

- No. Nicolás no le ha visto... Bueno. Salieron juntos <strong>de</strong> la escuela. Pero Fredi se fue a tu casa.<br />

Pedro llamó a puertas conocidas, recorrió los bares, se metió en el salón <strong>de</strong> juegos, centro <strong>de</strong><br />

matones y porros, que su hijo no frecuentaba y hasta en el cine. Le <strong>de</strong>jaron mirar, aprovechando el<br />

<strong>de</strong>scanso:<br />

- De todas maneras no creo que esté. <strong>La</strong> película es fuerte. El portero no <strong>de</strong>ja pasar a los niños.<br />

Dos horas <strong>de</strong>spués, todo el barrio estaba buscando a Fredi. María, la <strong>de</strong> la tienda, recordó qué pasó a<br />

primera hora. Se llevó media botella <strong>de</strong> leche. Pedro le dijo que se confundía. Fue el sábado, cuando<br />

le mandaron por la leche. Interrogado el quiosquero, juró no haberle visto.<br />

- <strong>La</strong> verdad es que lo eché <strong>de</strong> menos. Me tíe acostumbraó a verlo los jueves.<br />

Nadie sospechó que su firmeza obstinada, escondía la mentira. Pedro subió las escaleras <strong>de</strong> Doña<br />

Filomena, <strong>de</strong> dos en dos. Maestra al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la jubilación, vivía en casa antigua, levantada cuando<br />

el ascensor era lujo <strong>de</strong> ricos. Conociendo a Fredi <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que nació, pudo asegurar que no tenía<br />

amigos, <strong>de</strong> los que incitan a la fuga o la droga. No siendo travieso ni imaginativo, le pareció<br />

improbable que se hubiese actuado por propia iniciativa.<br />

- Yo que usted iría a la policía - apuntó sonriendo, por disimular su inquietud. Al corriente <strong>de</strong> la<br />

actualidad, presentía lo peor. El aire testarudo <strong>de</strong> Fredi y su piel suave, recordaba a los últimos<br />

<strong>de</strong>saparecidos. No lo dijo, pero tuvo que llamar la atención a maestro, <strong>de</strong> los que en su opinión no<br />

<strong>de</strong>bían pisar una escuela, porque le pilló toquiteando al hijo <strong>de</strong> Pedro. <strong>La</strong> maestra insistió,<br />

procurando no asustar al padre más <strong>de</strong> lo que estaba.<br />

- Todo quedará en una chiquillada. Pero por más, no se peca. Denunciar no cuesta dinero.<br />

Pedro forzó la sonrisa. Y temió el ridículo.<br />

- Antes pasaré por casa. ¡Ya estará allí!. ¡Me va a oír!<br />

- ¡Estos niños!<br />

<strong>La</strong> maestra se dijo que los instantes eran preciosos. Aunque publicasen que a los niños recuperados<br />

hechos papilla, los mataban enseguida <strong>de</strong> raptarlos, estaba segura <strong>de</strong> que no era verdad.<br />

- <strong>La</strong> policía le coge <strong>de</strong> camino. Debía usted pararse un momento. No se pier<strong>de</strong> nada. ¡Con avisar si<br />

aparece!.<br />

Pedro no le hizo caso, pero se <strong>de</strong>tuvo en el kiosco.<br />

- Ya te dije que no vino. ¡Me acordaría! Pensé que lo habías castigaó....<br />

Encontró a su mujer llorando.<br />

- ¡Ya verás que será para nada! Para que te que<strong>de</strong>s tranquila, a las doce voy a la policía. Lo cogerán<br />

por ahí, haciendo el gamberro. Y se pegará un susto <strong>de</strong> muerte.<br />

Fredi bajó <strong>de</strong>l coche y se sintió bien. Incluso muy bien. Rió sin saber por qué. Sus acompañantes<br />

corearon, visiblemente aliviados. <strong>La</strong> hilaridad <strong>de</strong>l chico les ayudaba a olvidar una realidad, que<br />

<strong>de</strong>testaban. Empezaron sin saber lo que hacían. Por dinero y por drogas. Cuando supieron la verdad<br />

quisieron salirse. Pero no les <strong>de</strong>jaron. <strong>La</strong> solemnidad <strong>de</strong>l hall intimidó a Fredi. Nunca había pisado<br />

una alfombra <strong>de</strong> nudo. Miró alre<strong>de</strong>dor y silbó.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!