La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud
La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud
La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
- Luis está saliendo mucho con Casilda - apuntó Angustias.<br />
- A mi no me importaría nada que se casasen. ¡Pero es que nada! - replicó Lola, según <strong>de</strong> costumbre.<br />
Comprometida oficialmente la aportación <strong>de</strong> <strong>La</strong> Tiesa, a título <strong>de</strong> arras y <strong>La</strong> Puta en el <strong>de</strong> dote. Luis<br />
fue autorizado a formular la última palabra. eligió el jardín <strong>de</strong>l Ritz, suponiéndolo romántico, por<br />
ser caro. Dotada <strong>de</strong> sensibilidad propia <strong>de</strong> la clase, la novia engurgitó el mensaje, junto con bocado<br />
<strong>de</strong> langosta a la americana, aceptando cerrar la operación cumplidos los diez meses, que le ocuparía<br />
la elección <strong>de</strong> domicilio, organización <strong>de</strong> ceremonia y guardarropa. Asumido el futuro, la novia<br />
formulo su <strong>de</strong>claración más ardiente:<br />
- ¿Te parece que el traje me lo haga Rodrigo?.<br />
Luis llamó a Ernesto en noviembre.<br />
- <strong>La</strong> semana que viene tenemos la tienta. Te llevo en mi coche. ¡Por cierto!. Te presentaré a mi<br />
novia.<br />
- ¿Novia?<br />
- Sí. Me caso en abril.<br />
Hombre <strong>de</strong> asfalto, Ernesto conocía la costa urbanizada y los campos <strong>de</strong> golf, pero nunca vivió en<br />
cortijo. Prolongada la estancia por espacio <strong>de</strong> tres semanas, aprendió a mantenerse sobre un caballo,<br />
disparar contra animales vivos, acertando a veces, manejar el capote y la muleta y a disfrutar <strong>de</strong><br />
muchachos, tan rústicos como inocentes, que creyendo cualquier promesa se <strong>de</strong>jaban acariciar,<br />
porque las dijeron que para ser ricos y famosos, <strong>de</strong>bían empezar por mostrarse complacientes.<br />
Observó que Luis privilegiaba a los maletillas, dispuestos a pasear en su compañía, bajo las<br />
estrellas, echándole vaquillas sin torear y hasta recomendándole a los apo<strong>de</strong>rados <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s,<br />
que también se presentaron, pero sobre todo, conoció a Casilda, <strong>de</strong>scubriendo mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> mujer<br />
objeto, ausente <strong>de</strong> su inventario. Sin conversación, opinión ni i<strong>de</strong>as, pero repleta <strong>de</strong> caprichos,<br />
imponía su voluntad, exigiendo obediencia inmediata, que Luis prestaba mansamente.<br />
Dotada <strong>de</strong> espíritu <strong>de</strong> contradicción insuperable, bastaba que cayesen chuzos <strong>de</strong> punta, haciendo los<br />
caminos intransitables, para que se empeñase recorrer cientos <strong>de</strong> kilómetros, sin más que el <strong>de</strong> pasar<br />
parte <strong>de</strong> la noche en discoteca <strong>de</strong> moda, a muchos kilómetros <strong>de</strong>l cortijo, para saludar a <strong>de</strong>recha e<br />
izquierda. O le daba por comer en venta, ubicada en las chimbambas, teniéndolas iguales, sí no<br />
mejores, en las inmediaciones. Caso <strong>de</strong> barruntar cuerpo viajero en Luis, quedaba clavada en el<br />
cortijo, empeñándose en ir <strong>de</strong> compras a la capital, si se levantaba se<strong>de</strong>ntario, arrancando a la tres<br />
<strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>, en otoño <strong>de</strong> calina. Cierta noche en que disfrutaron <strong>de</strong> libertad, por estar Casilda en<br />
Sevilla, requerida por la madre, para participar en los preparativos <strong>de</strong> la boda, Ernesto requirió<br />
información básica, para po<strong>de</strong>r analizar al sujeto.<br />
- <strong>La</strong> verdad es que no entiendo como aguantas. ¡Te lleva como a un fal<strong>de</strong>ro!.<br />
Luis se confesó impotente.<br />
- ¡Es así!. <strong>La</strong> novia manda hasta que te casas. Y si las cosas vienen como <strong>de</strong>ben, hasta que nace el<br />
primer el hijo. Después hará lo que le dé la gana en la casa, porque es asunto suyo. Pero tendrá que<br />
dirigir al servicio, organizar los festejos que pete y cargar con los embarazos, acompañándome<br />
don<strong>de</strong> me <strong>de</strong> la gana <strong>de</strong> llevarle. Cumplido todo esto, hará lo que quiera con su tiempo libre. Pero<br />
seré yo quien <strong>de</strong>termine el que le toca. Reservándome el que me dé la gana, sin aguantar escenas.<br />
- ¡Chico!. A la gente como tu no la entiendo. Teniendo el dinero que quiere, te buscas una tía que no<br />
es guapa. ¡Un petardo <strong>de</strong> persona!. ¡Porque no hay quien la aguante!. No sabe hacer nada ni hablar<br />
<strong>de</strong> nada. Y le andas al retortero, como si te hubiese enganchado Sofía Loren en sus buenos tiempos,<br />
sabiendo que <strong>de</strong>spués te importará un pimiento.<br />
- Que no sepa ni freír un huevo, ¡me trae al fresco!. Habrá quien lo haga por ella. Para hablar y para<br />
divertirme, te tengo a ti y a otros. Pero me hace falta para parir y para los compromisos. Cuando