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La Ilustre degeneración - Géminis Papeles de Salud

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- Era mi primo. ¡Hace tanto que no nos veíamos!<br />

<strong>La</strong> recepcionista se reafirmo en la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que el prócer temía no reconocer a su muerto. Ignoraba la<br />

razón, pero cada vez eran más los que se presentaban a dar el pésame, en duelos <strong>de</strong> campanillas, sin<br />

haber visto al muerto en su vida. Ni a los dolientes. <strong>La</strong> importancia <strong>de</strong>l difunto se medía por el<br />

nombre <strong>de</strong> los remitentes <strong>de</strong> las coronas, la premura con que arribaban, dándose el caso <strong>de</strong> que<br />

precediesen al <strong>de</strong>stinatario y su número. Frecuente que rebasasen la capacidad <strong>de</strong> la cámara, se<br />

colocaban en la galería, enmarcando a los visitantes, que tras cumplir con la cabezada formaban<br />

grupos, intercambiando las frivolida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> costumbre. <strong>La</strong> recepcionista se refirió al signo <strong>de</strong><br />

distinción. Acostumbrada a tratar a sus inquilinos, como si fuesen huéspe<strong>de</strong>s, hablaba <strong>de</strong> los<br />

muertos en presente.<br />

- <strong>La</strong> primera que llegó, venía <strong>de</strong> palacio. <strong>La</strong> puse en lugar <strong>de</strong> honor, ¡cómo se merece!. El señor<br />

marqués es muy amigo <strong>de</strong>l rey. Corre que poco antes <strong>de</strong> morir, quería hacerle Duque <strong>de</strong> Ría. Apenas<br />

llegó, se comentó que vendrían Sus Majesta<strong>de</strong>s. Me ha dicho mi compañera que estuvieron anoche.<br />

No era mi turno. Pero si llego a saberlo, ¡vengo!. Me lo perdí y se lo perdió el director. Andaba por<br />

ahí <strong>de</strong> juega. Y no pudieron localizarle. Está que se lo llevan los diablos. Hoy dicen que vendrán las<br />

infantas. Por si o por no, el jefe duerme en el <strong>de</strong>spacho. Y yo no me pienso mover.<br />

No habían en aquel sector <strong>de</strong>l tanatorio muerto pobre, pero si diferencias. Muertos ro<strong>de</strong>ados <strong>de</strong><br />

amigos y relaciones, hasta filmados por la televisión, acompañado por la familia escueta e incluso<br />

solitarios.<br />

- A ese le vela el criado. No tiene a nadie. Un tipo con suerte. Dicen que le ha <strong>de</strong>jado una fortuna -<br />

apegada a la función <strong>de</strong> guía, la jefa <strong>de</strong> recepción informaba - Su pariente...<br />

- ¡Primo! - puntualizó Gerardo. Captada la importancia <strong>de</strong> quienes acudían a dar la cabezada, no<br />

consintió que sus lazos <strong>de</strong> sangre con Ubaldo, se relajasen. Recalcó el segundo grado.<br />

- ¡Eso es!, primo - rectifico la mujer. -<br />

Al final <strong>de</strong>l pasillo, doblaron a la <strong>de</strong>recha.<br />

- Es lo mejor <strong>de</strong> la casa. Cuesta igual, ¡pero aquí no entra cualquiera!.<br />

El suelo, igualmente peligroso, era <strong>de</strong> mármol blanco, cubriendo las pare<strong>de</strong>s ma<strong>de</strong>ras nobles. <strong>La</strong>s<br />

cámaras mortuorias estaban a la <strong>de</strong>recha. Mejor iluminadas, el <strong>de</strong>corador había individualizado los<br />

espacios, dándoles un toque <strong>de</strong> salón privado. Copias <strong>de</strong> cuadros conocidos, acor<strong>de</strong>s con el estilo<br />

<strong>de</strong>l mobiliario, animaban los tabiques, primando el estilo dorado y recargado, <strong>de</strong> los Luises<br />

francesas. Puertecilla discreta, disimulada y situada a la izquierda, se abrió. Lúgubre el lugar,<br />

Gerardo pegó un respingo <strong>de</strong> costado. Del ascensor asomaron los pies <strong>de</strong> una camilla. Risas y voces<br />

jóvenes.<br />

- ¡Con esa minina!.<br />

<strong>La</strong> mujer fulminó a los camilleros.<br />

- ¡¡Chist!!.<br />

<strong>La</strong>s ruedas se <strong>de</strong>slizaron discretas. <strong>La</strong> jefa <strong>de</strong> servicio consi<strong>de</strong>ró que <strong>de</strong>bía explicación al futuro<br />

cliente.<br />

- Tenemos un personal muy respetuoso. Estos <strong>de</strong>ben ser suplentes. ¡Ahora mismo van a la calle!. Lo<br />

traen <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong> belleza. El recuerdo que <strong>de</strong>jamos en los vivos, ¡es importante!. Preparamos a<br />

nuestros clientes, en función a su futuro. Hay quien quiere duelo <strong>de</strong> cuatro o cinco días. Porque<br />

esperan a un familiar. O por lo que sea. Otros un traslado. Cuando llegan a <strong>de</strong>stino, algunos quieren<br />

abrir la caja. Tienen que verlo como siempre estuvo. Nuestros embalsamadores y maquilladoras,<br />

son los mejores.<br />

Gerardo sintió que le hacían el artículo. Su aspecto no era brillante, pero tampoco tan lamentable,<br />

como para necesitar los servicio <strong>de</strong> la empresa a corto plazo. Se tranquilizó, pensando que le

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